Biografía Kemper Ana Katrin Nacida van Wickeren (1905-1979)
Kemper Ana Katrin Nacida van Wickeren (1905-1979) Psicoanalista alemana
Fue un extraño destino el de esta profesional nacida en Bochun, Alemania, y cuyo itinerario no ha dejado de ser enigmático. El misterio tiene que ver con el silencio que ella observó sobre las circunstancias de su vida entre 1933 y 1944, cuando su esposo, Werner Kemper, colaboró con el régimen nazi junto a Matthias Heinrich Göring. Nunca adoptó la nacionalidad brasileña, pero llegó a tener el título de «ciudadana honoraria de Río de Janiero». Primero grafóloga, se casó con Kemper en 1934, y realizó su formación psicoanalítica con Harald Schultz-Hencke, en el marco del Instituto Göring. En 1948 emigró a Brasil con su marido y sus tres hijos (Jochen, Mathias y Christian), y después participó en la creación de la Sociedade Psicanalitica de Rio de Janeiro (SPRJ). Se incorporó como miembro en mayo de 1962, pero más tarde una comisión constituida para examinar su «caso» le reprochó que nunca hubiera sido analizada según los criterios de la International Psychoanalytical Association (IPA). En realidad, lo que no se aceptaba era su formación con Shultz-Hencke, que había sido excluido de la IPA a continuación de la Segunda Guerra Mundial. Esa comisión le recomendó a Katrin que realizara un análisis de control en Buenos Aires con Marie Langer. Después de numerosos conflictos, Katrin renunció a la SPRJ. En la misma época se separó de Werner Kemper. Se orientó entonces hacia otra vía. Fue decisivo su encuentro con Igor Caruso. En marzo de 1969, con cuatro de sus ex pacientes y otros cuatro profesionales, creó el Círculo Psicoanalítico da Guanabara, vinculado a la Internationale Föderation der Arbeitskreise für Tiefenpsychologie. Dos años más tarde, con Hélio Pellegrino, organizó los Encontros psicodinámicos, destinados a recibir parejas en situación difícil. De esa experiencia colectiva surgió en 1973 la famosa Clínica Social de Psicoanálisis destinada a promover tratamientos y curas para los más carecientes: niños y adultos, psicóticos y neuróticos. Fuertemente influidos por los trabajos de Sandor Ferenczi, Melanie Klein y Donald Woods Winnicott, los profesionales de la Clínica, entre los que se contaba Chaim Samuel Katz, convirtieron ese lugar en el laboratorio de un Freudismo antidogmático y libertario. En 1974, en plena dictadura militar, la SPRJ presionó a Ana Katrin Kemper para que la clínica cambiara de nombre y se convirtiera en Clínica Social de Psicoterapia. Esta exigencia apuntaba a marginar una experiencia considerada poco ortodoxa, en el momento mismo en que la Associa~áo Brasileira de Psicanálise (ABP) pretendía imponer una ley que limitara el ejercicio del psicoanálisis a los médicos y a los miembros de las instituciones afiliadas a la IPA. Ana Katrin Kemper se negó. Después de su muerte, la Clínica fue bautizada con su nombre, en homenaje a la actividad que Ana Katrin había realizado en ella. En el plano terapéutico, desarrolló el psicoanálisis de niños basándose en la idea de que el analista debía estimular la transferencia y la contratransferencia con pasajes al acto. En ciertas situaciones, no vacilaba en caminar en cuatro patas para establecer con el niño una relación que no fuera simplemente la de la palabra. Con el mismo enfoque tomó algunas tesis de Schultz-Hencke sobre la posibilidad de desinhibir al yo mediante la rememoración afectiva. Pero, a diferencia de Shultz-Hencke, no rechazaba el concepto de inconsciente Freudiano.