Biografía Mannoni Octave (1899-1989)
Mannoni Octave (1899-1989) Psicoanalista francés
Nacido en Lamotte-Beuvron, Sologne, Octave Mannom provenía de una familia de maestros originaria de Córcega. El padre era director de un reformatorio. Después de estudiar filosofía, fue designado profesor en el liceo Gallieni de Tananarive, Madagascar, donde residió durante veinte años, entre 1925 y 1945. Partidario de la independencia de la isla, la administración lo llamó a París. Cinco años más tarde, en 1950, publicó su Psychologie de la colonisation, que hizo correr mucha tinta. Inspirándose en Próspero y Calibán, los personajes de La tempestad, de William Shakespeare, intentó diferenciar la personalidad malgache de la personalidad colonial europea. Según él, la primera se caracterizaba por un complejo de dependencia y un sistema religioso jerárquico, en el cual los muertos constituían una instancia moral superior, un superyó, que determinaba la conducta de los vivos. La segunda, al contrario, se singularizaba por su individualismo y su emancipación respecto de las costumbres, las tradiciones y la religión. Ahora bien, la colonización tejía vínculos entre los dos sistemas. Según Mannoni, en efecto, los malgaches realizaban una transferencia dependiente que los llevaba a considerar al hombre blanco (el colonialista) como equivalente al antepasado muerto, y a pedirle protección y seguridad. De allí desprendía el europeo la idea de que el negro colonizado era un inferior que aceptaba su inferioridad. Mannoni calificó de interpretación abusiva esa transformación por el colonizador de un sentimiento de dependencia en un complejo de inferioridad, y llegaba a la conclusión de que la dependencia de los negros respecto de los blancos era el resultado de un miedo recíproco de naturaleza proyectiva: los blancos proyectaban en los indígenas sus propios pavores, y los negros proyectaban en los blancos una transferencia dependiente. De allí la fórmula «el negro es el miedo que el blanco se tiene a sí mismo». Mannoni no hacía más que retomar, con un espíritu universalista, las tesis del etnopsicoanálisis, añadiendo una interpretación fenomenológica. La obra sin duda anticolonialista, pero -en razón de su psicologismo y de un cierto coqueteo que explicaba las diferencias entre los colonizados y los colonizadores, entre el hombre blanco y el hombre negro, entre el verdugo y la víctima, como efecto exclusivo de una teatralidad, incluso de una ilusión óptica- fue recibida erróneamente como un manifiesto hostil a la liberación de los pueblos oprimidos. Sobre todo Aimé Césaire acusó a Mannoni de utilizar una terminología refinada para comparar a los «pobres negros» con niños grandes incapaces de occidentalizarse. Fue en particular Frantz Fanon quien, en 1952, descargó un golpe terrible al autor, en un libro militante, Peau noire, masques blancs, que se convertiría en un clásico de la lucha anticolonial. Psiquiatra formado en la psicoterapia institucional por Franlois Tosquelles (1912-1994), Fanon adoptó la tesis clásica del culturalismo, revisada y corregida por la fenomenología sartreana, para demostrar que el psicoanálisis y su complejo de Edipo eran incompatibles con la negritud. Octave Mannoni respondió muchas veces a estas críticas, defendiendo su libro o bien revisando algunas de sus posiciones. Después se orientó hacia el psicoanálisis. A continuación de una cura con Jacques Lacan y de su matrimonio en 1948 con Maud Van der Spoel (Maud Mannoni), joven terapeuta holandesa formada en el diván de Maurice Dugautiez, él se incorporó a la Société française de psychanalyse (SFP), y después a la École Freudienne de Paris (EFP), de la cual llegó a ser uno de los didactas brillantes, mientras publicaba textos en la revista de Jean-Paul Sartre (1905-1980), Les Temps modernes. En 1966, cinco años después de la muerte de Fanon y del fin de la guerra de Argelia, intentó una vez más, en la revista Race, explicar, a la luz de su experiencia de analista, los defectos y las virtudes de su Psychologie de la colonisation, subrayando que había asumido el riesgo de erosionar algunas «místicas útiles a la causa anticolonialista». No obstante, criticó la utilización que había hecho del concepto de dependencia, y su falta de atención a la cuestión económica, insistiendo en la necesidad de escribir un libro sobre la psicología de la descolonización. Anticolonialista, hombre de izquierda sensible a las marginalidades y las desviaciones, siguió siendo un Freudiano erudito y participó hasta su muerte en todas las actividades de su esposa, Maud Mannoni, quien iba a adquirir renombre internacional en el ámbito del psicoanálisis de niños. Junto a ella, fue en Francia uno de los defensores de las tesis de la antipsiquiatría inglesa, y marcó con su presencia las actividades de la escuela experimental de Bonneuil-sur-Marne, iniciadas en 1969. Publicó numerosas obras, entre ellas un notable ensayo sobre Sigmund Freud traducido en todo el mundo, varios estudios de crítica literaria, y un artículo en el que propuso denominar «análisis original» al autoanálisis de Freud.
Octave Mannoni, que fue sin duda uno de los clínicos más finos y originales de los últimos decenios, llegó al psicoanálisis bastante tarde, tras una cura emprendida en 1945. Antes había enseñado filosofía en Madagascar, y durante la guerra fue director de informaciones, cargo que perdió por estar a favor de la independencia. Espíritu curioso y muy cultivado, se interesó por la mayoría de las grandes corrientes que marcan la historia del psicoanálisis. Sin embargo, el encuentro decisivo de su vida fue con Lacan. Se puede seguir en los primeros Seminarios de este último el diálogo que llevaron adelante durante muchos años. La obra escrita de Octave Marmoni da testimonio de un real talento de escritor, ligado sin duda a un cuidado por la legibilidad. Esto explica por ejemplo que su pequeña obra sobre Freud ofreciera a fines de la década de 1960 una de las mejores introducciones al psicoanálisis que se podían encontrar. Más o menos por la misma época, presenta, con Clefs pour l’imaginaire ou l’Autre scène , una recopilación de artículos en los que pone al servicio del psicoanálisis un abordaje muy fino de los mecanismos literarios y, más en general, del lenguaje. Sus obras posteriores, siempre interesantes, ponen sin embargo al lector ante la alternativa de decidir si debe alabar en ellas ante todo la libertad de espíritu o lamentar que a su autor le haya faltado el deseo de afirmar con más vigor sus opciones y las consecuencias que implicaban. Octave Mannoni publicó, entre otras obras: Psychanalyse de la colonisation (1950); Freud (1968); Clefs pour l’imaginaire ou l’Autre scène (1969); Fictions Freudiennes (1978); Un commencement qui n’en finit pas (1980); Ça n’empêche pas d’exister (1982), Un si v!f étonnement (1988).