Biografía Meyer Adolf (1866-1950)
Meyer Adolf (1866-1950) Psiquiatra norteamericano
Hijo de un pastor, y fundador de la escuela norteamericana de psiquiatría dinámica, Adolf (o Adolph) Meyer fue uno de los pioneros de la introducción del psicoanálisis en los Estados Unidos. Nacido en Suiza, en Niederweningen, cerca de Zurich, se inició en la psiquiatría en la Clínica del Burghölzli, con August Forel. Después de una estada en Londres, donde siguió la enseñanza de Hughlings Jackson, y después en París, donde asistió a las clases de Jean Martin Charcot, emigró a los Estados Unidos en 1893. Hasta 1896 fue patólogo en el Illinois Eastern Hospital for the Insane de Kankakee. Después de esa experiencia enseñó en la Clark University de Worcester, a la que Sigmund Freud sería invitado en 1909 por Stanley Hall. Fue también jefe de clínica en el Worcester Insane Hospital, donde James Jackson Putnam y William James constataron que él estudiaba cada caso como un todo. De hecho, en la tradición de la escuela de Zurich, que dio origen a esa nueva psiquiatría dinámica de la que Freud y Eugen Bleuler fueron también artífices, Meyer consideraba que la enfermedad mental se debía a una reacción, a un ambiente patógeno y al mismo tiempo a una estructura, donde se mezclaban la organogénesis y la psicogénesis. Entre 1902 y 1910 dirigió el New York State Psychiatric Institute; allí introdujo los tests asociativos de Carl Gustav Jung y la técnica del psicoanálisis en el tratamiento de la demencia precoz (esquizofrenia). Ese instituto se convirtió entonces en uno de los centros más importantes de la discusión de las ideas Freudianas en los Estados Unidos. Fueron muchos los psiquiatras, entre los alumnos de Meyer, que emprendieron más tarde la vía del psicoanálisis. En 1913 continuó su enseñanza en Baltimore, en la Johns Hopkins University, otro lugar en el que sus alumnos de psiquiatría se orientaron hacia el Freudismo, Aunque fue miembro de la American Psychoanalytic Association (APsaA), no adoptó la teoría Freudiana del inconsciente, y siguió convencido de que sólo el pensamiento consciente puede favorecer la integración del hombre a la sociedad. De tal modo encarnaba perfectamente los ideales de ese psicoanálisis «a la americana» (de todas las tendencias), centrado, a pesar de su adhesión a la doctrina vienesa, en la primacía de la conciencia y en una concepción de la adaptación extraña al Freudismo original. En 1907, después de la aparición de la obra de un ex enfermo mental que explicaba cómo había sido curado, Meyer comenzó a definir un programa de higiene mental basado en la prevención de los desórdenes del alma en ambiente hospitalario. Conforme a la ética protestante, que tanto inspiró a la escuela suiza de psiquiatría dinámica, desde Forel hasta Bleuler, pasando por Jung y Oskar Pfister, fue un pedagogo cuyos principios morales se adecuaban maravillosamente a un país marcado por la tradición puritana.