Biografía Rittmeister John (1898-1943)
Rittmeister John (1898-1943) Psiquiatra y psicoanalista alemán
La historia de John Rittmeister y sus relaciones con Werner Kemper bajo
el Tercer Reich constituye una de las páginas más negras de los anales
del Freudismo. Forma parte de la aventura de los militantes de la
Orquesta Roja, también narrada por el escritor Gilles Perrault.
Inmersos en la organización estalinista de los partidos comunistas
occidentales, dominados por un Komintern que a veces no vacilaba en
entregarlos al enemigo, fueron no obstante héroes de la lucha antinazi
en el mundo poco común de los agentes dobles, los espías, las
traiciones y los cambios de bando intempestivos. Nacido en Hamburgo en
una vieja familia de comerciantes acomodados, Rittmeister estudió
medicina en París, Londres y Zurich, donde pasó por la Clínica del
Burghölzli. Instalado en Suiza, al principio se interesó por las tesis
de Carl Gustav Jung, afiliándose al mismo tiempo a círculos marxistas.
En 1933 le reprochó al junguismo que fuera "el portavoz del alma
alemana". Se orientó entonces hacia las ideas Freudianas, sin dejar de
militar en la izquierda comunista. Aunque pretendía ser un heredero de
la tradición del romanticismo alemán y del pesimismo de Schopenhauer,
Rittmeister adoptó los principios del pensamiento Freudiano en nombre
de un humanismo universalista al cual opuso el "egoísmo" burgués,
místico e introvertido de Jung y sus partidarios. Amenazado con la
expulsión por su militancia, entró a Alemania para continuar en la
clandestinidad su lucha contra el nazismo. El instituto "arianizado"
fundado por Matthias Heinrich Göring le sirvió entonces de "cubierta"
para sus actividades. Allí ejerció las funciones de director del
policlínico mientras realizaba una formación psicoanalítica en el diván
de Werner Kemper y se incorporaba a una organización de resistencia. En
1939 se casó con Eva Knieper, una actriz de teatro que pertenecía a la
misma red. En 1942, los dos se convirtieron en miembros de la famosa
organización comunista Orquesta Roja, dirigida desde Francia por
Leopold Trepper, y en Berlín por Harro Schulze-Boysen, oficial de la
fuerza aérea que había logrado infiltrar los servicios de información
alemanes de la Luftwaffe, y por lo tanto del mariscal Hermann Göring,
en beneficio de la Unión Soviética. Resulta difícil saber en qué
condiciones Rittmeister fue arrestado por la Gestapo, junto con su
mujer, el 26 de septiembre de 1942. ¿Fue denunciado por Werner Kemper o
simplemente cayó en la redada desencadenada contra la Orquesta Roja,
después del arresto de Schulze-Boysen un mes antes? El papel
desempeñado en este asunto por Werner Kemper está lejos de haberse
aclarado. Kemper tenía en análisis tanto a Rittmeister como a Erna, la
mujer de Matthias Heinrich Göring. En su autobiografía pretendió haber
"protegido" a Rittmeister aprovechando con Matthias la influencia
transferencial que había adquirido sobre Erna. Pero, de haber sido éste
el caso, ¿por qué Rittmeister no fue prevenido de la inminencia de su
arresto? El 13 de mayo de 1943, John Rittmeister fue guillotinado sin
otra forma de juicio, después de haber llevado un diario de la cárcel,
en el cual escribió lo siguiente: "San Agustín y el psicoanálisis:
tomar en serio la vida interior. Definir los pecados, remitir a los
textos. Las pasiones, etcétera, sí, pero incluyendo lo social y la
provincia [ … ] ahora estoy sentado [bajo la vigilancia de los
guardias], frente a mi último trocito de hora. Estoy muy calmo, dueño
de mí, fumo cigarrillos, he recibido también un paquetito de manteca y
polvo de cacao [ … ]." Este asunto contribuyó a desestabilizar a la
familia Göring. A los ojos de Hitler y de la alta jerarquía nazi,
Hermann, en efecto, había sido incapaz de impedir que la Orquesta Roja
desarrollara sus actividades de espionaje en el corazón mismo de la
dirección de la Luftwaffe. En cuanto a Matthias, temblaba ante la idea
de que sus actividades psicoterapéuticas fueran comprometidas por la
Gestapo a causa de la infiltración de su instituto. Entonces logró
volver la situación a su favor, explicando a todos sus colaboradores
que Rittmeister había sido ante todo un traidor a su país, puesto que
en tiempos de guerra entregaba informaciones a una potencia extranjera.
Esta versión de la historia, que convertía a un comunista antinazi en
un traidor a la patria, fue aceptada por el conjunto de los
psicoterapeutas y psicoanalistas del Instituto Göring y, desde luego,
por Felix Boelim, Kemper, Harald Schultz-Hencke, y más tarde por Ernest
Jones y el conjunto de la dirección de la International
Psychoanalytical Association (IPA). Pero hubo más: después de la
capitulación de Alemania, Kemper y Schultz-Hencke tomaron parte en una
reunión de psiquiatras en la Zona Este de Berlín, ocupada por las
tropas soviéticas. De tal modo contribuyeron a la reconstrucción, en la
República Democrática Alemana, de una escuela de psicoterapia de tipo
pavloviano que apuntaba a liquidar al Freudismo. Después de haber
colaborado con el nazismo en la destrucción del psicoanálisis debido a
su judeidad, estos dos hombres participaron con idéntica pasión en la
política estalinista de rechazo del Freudismo, que se extendería a
todos los países dominados por el socialismo real después del reparto
de Yalta. En cuanto al destino heroico de Rittmeister, fue transformado
en una ficción falaz. Para los alemanes del oeste, ese brillante
intelectual Freudiano fue durante cuarenta años un espía soviético
traidor a su patria, mientras que para los alemanes del este se
convirtió en una figura legendaria y gloriosa, no del comunismo, sino
de la epopeya estalinista.