Biografía Sachs Wulf (1893-1949)
Sachs Wulf (1893-1949) Médico y psicoanalista sudafricano
Judío lituano educado en San Petersburgo, médico y periodista de
izquierda, Wulf (o Wolfi Sachs fue durante la primera mitad del siglo
el único hombre que practicó el psicoanálisis en el continente
africano. En este sentido, su posición, su itinerario y sus objetos de
estudio son comparables con los de Giándrashekhar Bose en la India,
salvo que Sachs fue un inmigrante, formado en el círculo cerrado del
primer Freudismo, y no un nativo del país donde ejerció su actividad.
Alumno de Ivan Pavlov (1849-1936), dejó Rusia después de la Revolución
de Octubre, para estudiar medicina, primero en Colonia, Alemania, y
después en Londres, donde obtuvo su diploma en 1921 Ese mismo año
emigro con su familia a Sudáfrica, instalándose en Johannesburgo.
Emprendió entonces una confortable carrera de médico generalista entre
la rica burguesía blanca. Evidentemente, Wulf Sachs no estaba
satisfecho con su vida. En 1928 comenzó a orientarse hacia la
psiquiatría, tratando enfermos negros afectados de psicosis en un
hospital de Pretoria para gente de color. En ese momento descubrió las
obras de Sigmund Freud, decidió tomar contacto con él y visitarlo en
Europa. En 1929 pasó seis meses en Berlín, realizó a continuación su
análisis con Theodor Reik, y en 1934 pasó a ser miembro de la British
Psychoanalytical Society (BPS). En 1946 fue designado didacta titular.
De vuelta en Johannesburgo, reunió a su alrededor a un pequeno grupo de
estudio dedicado al pensamiento Freudiano, que fue reconocido por la
International Psychoanalytical Association (IPA) en 1935, en razón de
su afiliación a la BPS. Sachs se prodigó sin límites para promover el
psicoanálisis en su país de adopción. En el marco del departamento de
filosofía de la Universidad de Witswatersrand, enseñó los principios de
la disciplina. Sus cursos fueron por otra parte reunidos en 1934 en un
libro dedicado a las aplicaciones y la práctica del psicoanálisis, que
Freud prologó con una breve introducción. En 1937 publicó su obra
principal: Black Hamlet. Su objetivo era refutar las
tesis de la psiquiatría colonial, que diferenciaban e inferiorizaban al
hombre negro, pretendiendo que su psique no era de la misma naturaleza
que la del europeo blanco. Se decía en particular que la psique negra
(y primitiva) no podía acceder a la perfección. Con el mismo enfoque
diferencialista y antiigualitario, el psiquiatra B. J. F. Laubscher
sostenía, basándose en el psicoanálisis, que existía una similitud
entre un africano considerado "normal" y un europeo afectado de
psicosis; en otras palabras, el clivaje entre la norma y la patología
no atravesaba de idéntica manera a los sujetos pertenecientes a
distintas comunidades, y sobre todo distintas "razas". Para conjurar
estos prejuicios, que por otra parte habían refutado Freud, en Tótem y tabú y después Geza Roheim, Sachs estudió en Black Hamlet el
caso de un hechicero, sosteniendo que los fenómenos de la psicosis y la
neurosis no variaban con la raza del sujeto y la naturaleza de su
comunidad de origen. Ultimo representante de un gran linaje de
curanderos-brujos, John Chavafambira, emigrado de Zimbabue, vivía en la
miseria en Johannesburgo, donde Sachs lo ubicó gracias a una amiga
antropóloga. Al morir el padre, la madre se había casado con el hermano
de aquél (como en la costumbre del levirato). John se encontró entonces
rivalizando con ese tío, que era también brujo. Se fue, con la
intención de volver a la aldea y vengarse, demostrándole al tío la
superioridad de sus propios poderes curativos. Sachs comparó el caso de
Chavafambira con el de Hamlet, subrayando que éste sufría una neurosis
caracterizada por la indecisión cuya sintomatología era universal. Black Hamlet tenía
la forma de un diálogo entre los dos hombres, un intercambio de saber
entre un psicoanalista y un brujo, en una época en la que se preparaban
las leyes segregacionistas que iban a llevar a la instauración del apartheid en
1949. Ahora bien, Sachs vio conmovidas sus certidumbres psicoanalíticas
por las manifestaciones de su interlocutor, que padecía tanto su
neurosis como las persecuciones reales de las que era víctima. En el
curso de uno de sus encuentros, Chavafambira, después de ser maltratado
por la policía, le dijo a Sachs: "Me ha pasado por la mente que usted y
el policía son muy semejantes. Ustedes tienen el aspecto de ser el
mismo hombre. Esta es una idea terrible." Esa idea, en efecto,
demostraba hasta qué punto es difícil, si no imposible, practicar el
psicoanálisis en un país en el que no rige un estado de derecho, basado
además en la desigualdad. Sachs fue sensible a ello; más tarde ayudó a
Cavafambira a resistir a la opresión, y lo alentó a completar su
educación occidental. Esta experiencia lo transformó. Sin dejar de ser
un profesional del Freudismo, Sachs asumió un compromiso de izquierda,
se convirtió en periodista y adhirió a una organización sionista. La
obra de Sachs no les agradó a los representantes conservadores de la
IPA, quienes sostuvieron que su compromiso político entorpecía su
práctica clínica y su espíritu científico. Esto surge con claridad de
la nota necrológica publicada en el International Journal of Psycho-Analysis después
de su muerte. No obstante, en los momentos en que Europa era diezmada
por el nazismo, Ernest Jones pensó en hacer emigrar a profesionales (en
particular a Richard Sterba) a Sudáfrica, para que ayudaran a Sachs.
Las autoridades de Pretoria se negaron a acordarle la visa. Cuando
Marie Bonaparte se instaló en El Cabo, no arregló las cosas. Lejos de
apoyar a Sachs, en una conferencia con psiquiatras atacó las posiciones
de aquél, a sus ojos demasiado poco ortodoxas. Además, en
Johannesburgo, Sachs comenzó a enfrentar la competencia de Frederick
Perls (1893-1970), creador de la terapia guestáltica y en disidencia
radical con el Freudismo. Transformado por su experiencia con
Chavafambira, en 1946 Sachs procedió a una revisión de su obra.
Suprimió algunas palabras que consideró de inspiración demasiado
colonial, pero sobre todo renunció a interpretar la negativa a actuar
del brujo como una patología "hamletiana". Cambió el’ título de la obra
y le puso Black Anger. Murió abruptamente a los 56 años, inmediatamente antes eje que se instaurara el apartheid. El
grupo psicoanalítico que había fundado y animado desapareció con él:
"Era nuestro director, nuestro organizador, nuestro supervisor
-escribió un testigo- y, para la mayoría de nosotros, nuestro
analista". Después de la muerte de Sachs se volvió difícil continuar
con las actividades psicoanalíticas en Sudáfrica. La mayoría de los
alumnos y colegas tomaron el camino del exilio, mientras que algunos
profesionales siguieron analizando sin ningún respaldo institucional.
En 1979 se creó en Johannesburgo un grupo de estudio psicoanalítico
bajo la dirección de la BPS, cuya política consistió en implantar el
kleinismo a través de seminarios y análisis realizados por didactas
ingleses,