Biografía Simmel Ernst (1882-1947)
Simmel Ernst (1882-1947) Psiquiatra y psicoanalista norteamericano
Nacido en Breslau (Wroclaw), en una región de Polonia incorporada al
Imperio Alemán, Ernst Simmel pasó toda su infancia en Berlín, donde su
madre dirigía una agencia de empleos. Hasta 1914 ejerció como
psiquiatra en un barrio pobre de la ciudad, y después asumió la
dirección de un hospital psiquiátrico militar, durante la Primera
Guerra Mundial. Allí comenzó a familiarizarse con la hipnosis y las
teorías Freudianas; en el tratamiento de los traumas ligados a la
guerra usaba un maniquí sobre el cual los pacientes podían descargar su
agresividad. En 1918 publicó un libro sobre este tema; Sigmund Freud lo
elogio en una carta a Karl Abraham del 17 de febrero: "Ésta es la
primera vez que un médico alemán se sitúa totalmente, sin
condescendencia protectora, en el terreno del psicoanálisis, se hace
abogado de su utilidad eminente en la terapia de la neurosis de guerra,
la prueba con ejemplos y da asimismo muestras de una perfecta
honestidad en la cuestión de la etiología sexual. Es cierto que no
sigue al psicoanálisis en todos los puntos, que se atiene en el fondo a
un punto de vista catártico, aplicado con hipnosis [ … ]. Creo que un
año de formación haría de él un buen analista." En octubre, Simmel
comenzó un análisis con Abraham, quien atemperó el entusiasmo de Freud:
"De ningún modo ha superado el punto de vista Breuer/Freud. Presenta
fuertes resistencias -de las que él mismo tiene una idea muy confusa-
ante la sexualidad [ … ]. Quizás evolucione." Apasionado por la
medicina hospitalaria, Simmel se incorporó al movimiento
psicoanalítico, participando con Max Eitingon en la creación del
Berliner Psychoanalytisches Institut (BPI) y en la fundación del
Policlínico. Allí desarrolló seminarios y analisis de control, mientras
se ocupaba de la redacción de una obra colectiva sobre las neurosis de
guerra que incluía artículos de pioneros (Ernest Jones, Sandor
Ferenczi, y otros) y cuyo prefacio redactó el propio Freud. Al morir
Abraham, en 1925, Simmel fue elegido presidente de la Sociedad
Psicoanalítica Berlinesa, y al año siguiente creó su sanatorio en
Scliloss Tegol, siguiendo el modelo de las grandes clínicas de la
época: Bellevue, Burghölzli, etcétera. Ernst Freud diseñó el interior
del edificio. El "castillo" de Tegel se convirtió en uno de los
principales lugares de introducción de los métodos Freudianos en el
tratamiento de las toxicomanías, las psicosis y las neurosis graves.
Sirvió más tarde como modelo de las grandes clínicas norteamericanas.
Entre 1927 y 1930 se atendían allí veinticinco pacientes por día; Freud
se albergó en el sanatorio cuando fue a tratar su cáncer en Berlín.
Cuando tropezó con dificultades financieras, Simmel tuvo la ayuda de la
generosa Marie Bonaparte, Dorothy Burlingham, Raymond de Saussure y,
por supuesto, el propio Freud, quien le ofreció uno de los anillos del
Comité Secreto y, junto con Albert Einstein (1879-1955), apeló por
escrito al ministro de cultura de Alemania. A pesar de todos los
esfuerzos del movimiento Freudiano, la clínica debió cerrar sus puertas
en 1931. Simmel pensó entonces en renovar la experiencia en California,
pero en 1933 lo arrestó la Gestapo por su pertenencia a la Asociación
de Médicos Socialistas. Gracias a Ruth Mack-Brunswick, que pagó un
rescate a los nazis, logró huir a Bélgica e Inglaterra, para llegar más
tarde a la Costa Oeste de los Estados Unidos, con la ayuda de Franz
Alexander y Harms Sachs. Los locales del Tegel fueron entonces ocupados
por las SA. Habiendo sido en 1942 presidente de la novísima San
Francisco Psychoanalytical Society (SFPS), fundada por Siegfried
Berrifeld en 1941, Simmel, cinco años después, creó en Los Ángeles una
nueva sociedad, dotada de un instituto psicoanalítico cuya organización
seguía el modelo del instituto de Berlín: la Los Angeles Psychoanalytic
Society (LAPS). Junto a Otto Fenichel y Berrifeld, militó en el seno de
la American Psychoanalytic Association (APsaA) en favor del análisis
profano. Como ellos, durante toda su vida sintió nostalgia por la vieja
Europa, lamentando el cariz "mecanicista" del psicoanálisis a la americana. Esto
no impidió que, como muchos otros pioneros del Freudismo en Alemania,
se convirtiera en uno de los mejores representantes del psicoanálisis
en Norteamérica. Tuvo una práctica floreciente, sobre todo en el
ambiente cinematográfico de Hollywood; a su consultorio afluían todos
los intelectuales europeos perseguidos por el nazismo. En 1993 su obra
fue redescubierta en Alemania gracias al trabajo de varios eruditos del
Freudismo (Michael Schróter, Ludger Hermanns, Ulfich Schultz-Venrath),
quienes la han vuelto a presentar a la consideración del público.