Sófocles
(497 o 495 – 405 a.C.)
El teatro griego
Las representaciones se hacían primitivamente en la plaza pública y ante el templo de Dionisos.
El año 500 a.C. se edificó en Atenas, al pie de la Acrópolis, el primer teatro. Era, lo mismo que los
construidos posteriormente en todo el mundo griego, de forma semicircular, en piedra y al aire
libre. Constaba de tres partes: el anfiteatro, formado por gradas para los espectadores, una
plataforma, llamada escena, y el espacio intermedio entre ambos, u orquesta destinada a las
evoluciones de los que componían el coro (12 o 15 personas). Los actores iban cubiertos con
una máscara y calzaban unos zapatos especiales (coturnos) provistos de un gran tacón para
aumentar la estatura. La recitación, lenta y solemne, daba a la representación un carácter de
ceremonia religiosa oficial en honor de Dionisos y a ella acudía la ciudad entera.
Al principio, las piezas formaban trilogías, es decir, grupos de tres tragedias que trataban el
mismo asunto en tres fases sucesivas. Sólo se conserva una trilogía completa (La Orestíada de
Esquilo). Después, cada tragedia era independiente. El diálogo de una obra teatral se componía
en los primeros momentos de largos y lentos discursos, pero posteriormente éstos fueron más
vivos y cortados. Las intervenciones del coro, que constituían una especie de himnos, se
intercalaban en el diálogo de los actores. Estos, los histriones, eran siempre tres hombres,
incluso cuando se trataba de representar papeles femeninos, y el primero y principal se
denominaba protagonista. Como llevaban el rostro cubierto por una careta, la mímica no podía
consistir en los cambios de fisonomía, sino sólo en las actitudes del cuerpo. Las amplias túnicas,
la voz grave y potente y los ademanes majestuosos daban a la tragedia un tono imponente de
solemnidad religiosa. Los temas que desarrollaban procedían de antiguas leyendas heroicas y,
alguna vez, de acontecimientos históricos recientes. Apenas existía lo que hoy llamamos intriga
y el dramaturgo no trataba de interesar al público, sino más bien de despertar en él intensos
sentimientos de piedad, admiración o terror
El autor
Poeta trágico griego, nació en Colona, cerca de Atenas. Tuvo una vida muy brillante y contó con
la veneración de sus contemporáneos, quienes lo estimaron como a un semidiós. Fue
verdaderamente un artista prototipo de la gloriosa época de Pericles, bien parecido, de
estructura física atlética, rico, y desempeñó altos cargos políticos durante toda su vida.
A los 27 años ya ejercía el oficio de las letras, edad a la que derrotó en un concurso público a su
maestro Esquilo. Su carrera dramatúrgica empieza con grandes éxitos. Entre las casi 200 obras
que escribió, sólo se conservan completas las de su madurez como Ayax, escrita alrededor del
445 a.C., Edipo en Colona, Las Traquinias y Antígona escritas entre 441 y 440 a.C. Electra.
Edipo rey y Filóctetes son posteriores.
Sófocles incluye un tercer actor en el drama, pues hasta ese momento únicamente dos actores
protagonizaban la obra; esto hace que el diálogo sea más rico y complejo. En cuanto al tiempo,
introduce la medida de éste en el drama. Tiene la habilidad de reflejar en un segundo la emoción
en el diálogo del interlocutor. Los conflictos personales son interpretados por el dramaturgo,
quien considera que de las acciones de los hombres surgen las consecuencias.
Junto con Eurípides y Esquilo, rescataron la historia de las victorias griegas sobre los persas,
que llevaron a Atenas a ser el centro de la cultura de Occidente.
Era un hombre equilibrado y flexible, de educación exquisita. Fue muy conservador y amante de
la tradición, sin embargo, enjuició algunas veces las decisiones de los hombres por boca de sus
personajes, en nombre de la justicia que también era parte esencial de su carácter. Sófocles
murió en Atenas.
Las obras
Edipo rey es sin duda la obra maestra de Sófocles, la que tiene una mayor fuerza dramática.
Cuenta la historia de Edipo, quién ignorante de su condición de rey, pues había sido apartado de
su verdadera familia siendo un niño, mata a su propio padre y se convierte en esposo de su
propia madre, Yocasta. La ignorancia de su procedencia y cometer unos crímenes tan horribles
como son el parricidio y el posterior incesto sin habérselo propuesto son el núcleo trágico, el
cumplimiento de su fatal destino, que lo había señalado para tales horrores aun antes de nacer.
Sófocles plantea aquí que las leyes de la naturaleza toman terrible venganza contra quien las
quiebra, aunque ignore que está cometiendo tal delito.
La belleza y la justicia de la personalidad de Edipo acentúan en el espectador ese sentimiento de
la impotencia ante el destino, que es la esencia de la tragedia. Su visión de ella va más allá de los
conflictos personales. Los personajes se mezclan entre seres humanos y dioses, aunque éstos
no se guían por las mismas leyes de los humanos.
Su tragedia Antígona le valió ser coronado cuando contaba 85 años, y recitar un trozo de ella, le
valió no ser declarado en interdicción judicial para manejar sus bienes, acusado por su celoso
hijo.
En Antígona, Sófocles presenta y desarrolla el tema del conflicto entre el rey Creonte y la joven
Antígona, quien se opone al poder y a las órdenes del rey, pues éste ha declarado a Polinices,
hermano de Antígona, enemigo de la patria y por esa razón ha decidido que su cadáver sea
presa de las aves de rapiña, impidiendo que reciba sepultura, en cumplimiento de las rígidas
leyes de la ciudad. La joven atiende a su amor fraternal, que la impulsa a enterrar a su hermano
por encima de la ley civil. Ella sabe que, al cumplir esta orden de sus sentimientos y de su
conciencia, está de antemano condenada a morir, pero ejecuta la contravención y se quita la
vida antes de caer en manos de Creonte.
Tanto Antígona como su hermana Ismene son hijas de Edipo, cuya tragedia también fue escrita
por Sófocles. El diferente tratamiento del destino que Sófocles pone en boca de cada uno de
estos personajes es la verdadera base de la tragedia: Antígona va hacia su destino, lo acepta,
sabe que va a morir y, con un estoicismo de potente contenido ético, que incluye un desafío a la
autoridad absoluta, lo acata, lo asume y lo cumple. Por el contrario, su hermana teme, ve hacia
otro lado, lo elude.