Tausk Viktor
(1879-1919). Abogado, psiquiatra y psicoanalista austríaco
Ha sido sin duda Lou Andreas-Salomé, de quien él fue amante, la que en su Diario de un año
proporcionó el retrato de Viktor (o Victor) Tausk que impresiona con más fuerza. Lou percibió en
él una energía primitiva, el "animal de presa", como decía Sigmund Freud, y fue sensible al modo
en que Tausk se obligaba a pensar "analíticamente": "Desde el principio yo sentí en Tausk esa
lucha de la criatura humana, y fue eso lo que me tocó más profundamente. Animal, hermano mío,
tú."
Nacido en Zsilina, Eslovaquia, en una familia judía de lengua alemana, Tausk pasó su infancia en
Croacia, educado por un padre tiránico y una madre masoquista y perseguida. Ya abogado y
padre de dos hijos (Marius y Victor-Hugo), se separó de su esposa Martha Frisch-Tausk
(1881-1957), y se instaló en Berlín, donde trató de hacer carrera en la literatura. Víctima de una
enfermedad pulmonar, se internó en una clínica, y después cayó en una profunda depresión. Al
salir viajó a Viena para encontrarse con Martha y sus hijos, e iniciar un juicio de divorcio.
Como muchos pioneros de su generación, Tausk se volvió hacia el psicoanálisis esperando que
la nueva ciencia lo ayudara a superar los fracasos de su vida amorosa e intelectual. Lleno de
entusiasmo, en 1908 comenzó a estudiar medicina, con la ayuda económica de miembros de la
Sociedad Psicológica de los Miércoles: Ludwig JekeIs, Paul Federn y Eduard Hitschmann. Tausk
se convirtió entonces en uno de los freudianos más brillantes de la primera generación.
Obsesionado por el odio al padre, adoptó respecto de Freud una actitud hecha a la vez de
rebelión, adoración y sumisión. Tomado en el torbellino de esta relación ambivalente, terminó por
acusarlo de que le robaba sus ideas.
La Primera Guerra Mundial lo llevó al frente serbio. Después volvió a Viena, y presenció el
derrumbe del Imperio Austro-Húngaro. Sus múltiples relaciones amorosas terminaban a menudo
en rupturas violentas, lo que lo hundía cada vez más en la desdicha. Además, cuando la crisis
económica lo golpeó de frente se encontró en un atolladero. Le pidió entonces a Freud que lo
tomara en análisis. Freud se negó categóricamente. Sin embargo, ante la obstinación y el
sufrimiento de su discípulo, puso en marcha uno de esos enredos transferenciales a los que
estaba acostumbrado en esa época: en enero de 1919 envió a Tausk a analizarse con Helene
Deutsch, que a su vez estaba realizando una cura con él.
De tal modo pensaba "controlar", a través de su alumna, el desarrollo del análisis de Tausk. El
episodio terminó en un desastre. Tausk, en efecto, dedicaba la mayor parte de sus sesiones a
desahogar sus agresiones contra Freud, sabiendo perfectamente que Helene Deutsch se las
repetía al maestro. En marzo de 1919, por consejo de Freud, ella detuvo la cura en el momento
en el que Tausk estaba por casarse con llde Loewi, una de sus ex pacientes a la que había
embarazado.
Tres meses más tarde, el 3 de julio, Tausk puso fin a sus días estrangulándose con un cordón
de cortina y disparándose un balazo en la sien. Acababa de redactar un texto admirable, que se
convertiría en clásico, titulado "De la génesis del aparato de influir en el curso de la
esquizofrenia". Entre líneas aparecía la trágica despersonalización que él mismo había padecido
en el curso de su relación triangular con Freud y Deutsch.
Freud escribió sobre Tausk una nota necrológica elogiosa, y en una carta a Lou
Andreas-Salomé incluyó las siguientes palabras: "El pobre Tausk, que su amistad ha distinguido
durante cierto tiempo, se suicidó de la manera más radical. Había vuelto cansado, minado por los
horrores de la guerra-, se había visto en la obligación de tratar de restablecerse en Viena en las
circunstancias más desfavorables de una existencia arruinada por la entrada de las tropas; trató
de introducir una nueva mujer en su vida, tenía que casarse ocho días más tarde… pero decidió
otra cosa. Sus cartas de adiós a la novia, a su primera mujer y a mí mismo son igualmente
afectuosas, dan testimonio de su perfecta lucidez, no acusan a nadie sino a su propia
insuficiencia y a su vida frustrada, y por lo tanto no arrojan ninguna luz sobre su acto supremo."
Después añadió: "Confieso que no lo echo verdaderamente de menos. Hacía ya mucho tiempo
que lo consideraba inútil e incluso una amenaza para el futuro."
En 1926, cuando estudiaba medicina, Marius Tausk se encontró con Federn, quien lo recibió con
calidez y le habló del padre emotivamente. Más tarde, Victor-Hugo Tausk realizó un análisis
gratuito con Hitschmann. Como ocurría a menudo, la comunidad psicoanalítica vienesa tomaba a
su cargo a los hijos de un compañero desdichado. Con la intención de saldar las deudas de su
padre, Marius Tausk se dirigió a Freud, quien le respondió que no tenía la menor idea de la suma
que le había prestado a Viktor Tausk, y que por otra parte el hecho carecía de importancia.
En 1938, en el momento de la entrada de los nazis en Viena, Jelka, la hermana de Tausk, se
suicidó con su marido y el hermano de este último.
Las circunstancias del suicidio de Tausk fueron cuidadosamente ocultadas por la historiografía
oficial, y la última frase de Freud, censurada por su hija Anna (Anna Freud), no apareció en la
edición de la correspondencia del maestro con Lou AndreasSalomé. Anna temía que Marius
Tausk se sintiera ofendido por la dureza de Freud respecto de su padre.
En 1969 Paul Roazen sacó a luz esta horrenda historia en un libro discutible, en el que Tausk
aparecía como la víctima de un complot transferencia¡ fabricado totalmente por Freud. Dos años
más tarde, en Talent and Genius, y posteriormente en 1983, en otra obra, Kurt Eissler le
respondió, glorificando la bondad de Freud y presentando a Tausk como un personaje odioso,
sádico, exhibicionista, y sobre todo enteramente "responsable" de su suicidio. Fue Marius Tausk
quien supo encontrar las mejores palabras para hablar de su padre y restablecer la verdad.
Este episodio demuestra hasta qué punto Freud era ambivalente cuando enfrentaba ese tipo de
rebelión frente al padre, o situaciones que le recordaban los "robos de ideas" de Wilhelm Fliess.
También da testimonio de los extravíos M psicoanálisis frente al suicidio en general.