Carta 55 (11 de enero de 1897)
Te comunico en caliente dos ocurrencias de hoy que me parecen viables, desde luego que basadas en los resultados de análisis.
1. Condición para que haya psicosis en lugar de neurosis (es decir, amentia o psicosis confusional, psicosis de avasallamiento, como la he descrito antes) parece ser que se produzca un abuso sexual antes del primer término {plazo} intelectual, o sea antes que el aparato psíquico esté terminado en su primera forma (antes de los quince meses, o del año y medio). Eventualmente, que el abuso sea tan temprano que tras las vivencias posteriores se escondan todavía estas, a las que de tiempo en tiempo se puede recurrir. Opino que a este mismo período corresponde la epilepsia. [ … ] Al tic convulsivo, que antes situé en este lugar, tengo que darle otro tratamiento. He aquí cómo llegué a esto. Uno de mis varones histéricos [ … ] ha puesto a la mayor de sus hermanas en una psicosis histérica que desembocó en una confusión completa. Ahora caí sobre el rastro del seductor de él, un hombre talentoso que, empero, ha tenido ataques de gravísima dipsomanía luego de cumplir cincuenta años. Esos ataques se iniciaban regularmente con diarrea, o bien catarro y ronquera ( ¡sistema sexual oral!), o sea, con la reproducción de sus propias vivencias pasivas. Ahora bien, hasta caer él mismo enfermo, ese hombre era un perverso, y por eso sano. La dipsomanía se genera por refuerzo, mejor dicho, por sustitución de un impulso a cambio del impulso sexual asociado.
(Esto mismo probablemente sea válido para la manía de juego del viejo F.) Entonces sobrevienen las escenas entre este seductor y mi paciente, en algunas de las cuales participa una hermana más pequeña, de menos de un año de edad. Con esta, el paciente retorna más tarde los vínculos y en la pubertad ella se vuelve psicótica. De ahí puedes deducir cómo la neurosis se acrecienta en la generación siguiente hasta la psicosis, lo que recibe el nombre de «degeneración», simplemente por resultar afectada una edad más tierna. Por lo demás, esta es la herencia en este caso .
Espero seguir contándote muchas cosas importantes todavía sobre este caso, que esclarece tres formas de contraer enfermedad.
2. Las perversiones por regla general desembocan en zoofilia y tienen carácter animal. No se explican por un funcionar de zonas erógenas después resignadas, sino por el efecto de unas sensaciones erógenas que después pierden este poder.
A raíz de esto, uno recuerda que en el animal el sentido rector (también para la sexualidad) es el olfato, que es depuesto en el ser humano. Mientras gobierna el olfato (o el gusto), los cabellos, la caca y toda la superficie del cuerpo, y hasta la sangre, producen el efecto de excitar sexualmente. El acrecentamiento del olfato en la histeria sin duda está conectado con ello. Que estos grupos de sensación tengan mucho que ver con la estratificación psicológica, es algo que surge de la distribución en el sueño y sin duda guarda relación directa con el mecanismo de las anestesias hístéricas.