Carta 59 (6 de abril de 1897)
El chiste que se me ha escapado en la resolución de la histeria consiste en el descubrimiento de una nueva fuente, de la que deriva un elemento nuevo de la producción inconciente. Me refiero a las fantasías histéricas, que, según veo, por lo general se remontan a las cosas que los niños oyeron en época temprana y sólo con posterioridad {nachträglich} entendieron. Es asaz asombrosa la edad a que se recogieron tales noticias: ¡entre los 6 y los 7 meses!