Los trastornos del apartado «Delirium» tienen en común la alteración de la conciencia y de las funciones cognoscitivas, pero se diferencian en su etiología: delirium debido a una enfermedad médica, delirium inducido por sustancias (incluyendo los efectos secundarios de los medicamentos) y delirium debido a múltiples etiologías. Además, los cuadros en los que el clínico no es capaz de determinar la etiología específica del delirium se incluyen en este apartado como delirium no especificado.
– Generalidades
– Características diagnósticas
La característica esencial de un delirium consiste en una alteración de la conciencia que se acompaña de un cambio de las funciones cognoscitivas que no puede ser explicado por la preexistencia o desarrollo de una demencia. La alteración se desarrolla a lo largo de un breve período de tiempo, habitualmente horas o días, y tiende a fluctuar a lo largo del día. A través de la historia, del examen físico o de las pruebas de laboratorio se demuestra que el delirium se debe a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica, de la intoxicación por o la abstinencia de sustancias, del consumo de medicamentos o de la exposición a tóxicos, o bien a una combinación de estos factores.
La alteración de la conciencia se manifiesta por una disminución de la capacidad de atención al entorno. La capacidad para centrar, mantener o dirigir la atención está deteriorada (Criterio A). Las preguntas deben repetirse debido a que la atención del sujeto es vaga, éste puede perseverar en una respuesta a una pregunta previa en lugar de focalizar su atención de forma adecuada, y los estímulos irrelevantes le distraen con facilidad. Debido a estos problemas, puede ser difícil (o imposible) mantener una conversación.
Hay otros cambios de las funciones cognoscitivas (deterioro de la memoria, desorientación o alteraciones del lenguaje) o existen alteraciones de la percepción (Criterio B). El deterioro de la memoria se manifiesta con más frecuencia en la memoria reciente y puede comprobarse preguntando al sujeto por algunos objetos no relacionados o haciéndose repetir una frase corta tras unos minutos de distracción. Frecuentemente, la desorientación está referida al tiempo (p. ej., pensando que es por la mañana cuando en realidad es medianoche) o al espacio (p. ej., pensando que está en casa cuando en realidad está en el hospital). En el delirium leve el primer síntoma que suele aparecer es la desorientación temporal. Menos frecuente es la desorientación autopsíquica. La alteración del lenguaje se hace evidente con la disnomia (p. ej., deterioro de la capacidad para nombrar objetos) o la disgrafia (p. ej., deterioro de la capacidad para escribir). En algunos casos el lenguaje es vago e irrelevante y en otros, caudaloso e incoherente, con saltos imprevisibles de unos temas a otros. Para el clínico puede ser difícil valorar los cambios de la función cognoscitiva, puesto que el sujeto suele estar poco atento e incoherente. En estas circunstancias ayuda la revisión cuidadosa de la historia y la obtención de información de otras personas, con preferencia los familiares.
Las alteraciones perceptivas pueden incluir interpretaciones erróneas, ilusiones o alucinaciones. Por ejemplo, el ruido de una puerta puede ser tomado por un disparo de pistola (interpretación errónea), las arrugas de la ropa de la cama pueden parecer objetos animados (ilusión) o el sujeto puede «ver» a un grupo de personas volando sobre su cama cuando, en realidad, allí no hay nadie (alucinación). Las alucinaciones y falsas percepciones sensoriales son sobre todo de tipo visual, pero también pueden pertenecer a otras modalidades sensoriales. Las percepciones erróneas pueden ser simples y uniformes o altamente complejas. A menudo hay una convicción delirante de la realidad de las alucinaciones y una respuesta emocional y comportamental congruente con sus contenidos.
La alteración se desarrolla en un breve espacio de tiempo y tiende a fluctuar a lo largo del día (Criterio C). Por ejemplo, durante la mañana el sujeto puede estar coherente y cooperador, pero a medianoche puede insistir en quitarse las vías de administración intravenosa y en ir a casa de sus padres, muertos hace años.
– Síntomas y trastornos asociados
El delirium se acompaña con frecuencia de una alteración del ciclo sueño-vigilia. Esta alteración puede incluir somnolencia diurna o agitación nocturna y dificultad para mantener el sueño. En algunos casos se presenta un cambio radical del ciclo sueño-vigilia y del ciclo noche-día. El delirium se acompaña con frecuencia de alteraciones del comportamiento psicomotor. Muchos sujetos están inquietos e hiperactivos y las manifestaciones del incremento de la actividad psicomotora pueden consistir en amasamiento o rotura de las sábanas de la cama, intentos de levantarse y ponerse de pie con movimientos súbitos e intempestivos. Por otro lado, puede haber una disminución de la actividad psicomotora, con inactividad y letargia cercanas al estupor. La actividad psicomotora puede oscilar de un extremo a otro a lo largo del día. El deterioro de la capacidad de juicio puede interferir el tratamiento médico.
Los trastornos emocionales que el sujeto puede manifestar son ansiedad, miedo, depresión, irritabilidad, ira, euforia y apatía. Algunos individuos mantienen el mismo tono emocional a lo largo de todo el delirium y otros pasan de un estado emocional a otro de manera rápida e imprevisible. El miedo es muy frecuente y algunas veces es el resultado de alucinaciones amenazadoras o ideas delirantes pobremente sistematizadas. Si el sujeto presenta miedo acusado, puede atacar a las personas que juzga amenazadoras. Puede producirse lesiones en los intentos por levantarse de la cama, quitarse las vías intravenosas, los tubos respiratorios, los catéteres urinarios y otros utensilios terapéuticos. La alteración del estado emocional se hace evidente por los gritos, llamadas de ayuda, maldiciones, musitaciones, quejas y otras vocalizaciones. Estos comportamientos predominan por la noche y cuando falta una estimulación ambiental adecuada.
Además de los hallazgos del laboratorio característicos de las enfermedades asociadas o de su etiología (estados de intoxicación o abstinencia), el EEG es típicamente anormal, mostrando tanto un enlentecimiento generalizado como una actividad rápida.
– Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo
En la evaluación de la capacidad mental debe tenerse en cuenta el ambiente cultural y educacional del sujeto. Algunos individuos de ciertos ambientes pueden no estar familiarizados con la información que se utiliza en determinadas pruebas de cultura general (p. ej., nombres de presidentes, conocimientos de geografía), memoria (p. ej., fechas de nacimientos en culturas que no celebran los aniversarios) y orientación (p. ej., el sentido de localización y situación puede ser conceptualmente distinto en algunas culturas).
Los niños son más susceptibles al delirium que los adultos, en especial cuando éste se debe a enfermedades con fiebre y a algunos medicamentos (anticolinérgicos). En los niños el delirium se toma a veces de forma errónea como un comportamiento de falta de colaboración y puede ser difícil obtener de aquéllos los signos cognoscitivos diferenciales. Es sugerente de delirium el hecho de que el niño no se calme con la presencia de familiares. La proporción en cuanto al sexo refleja que la población anciana (en la cual la proporción de mujeres a varones aumenta con la edad) es el grupo con mayor riesgo de presentar delirium.
– Prevalencia
Se ha descrito que de los sujetos mayores de 65 años hospitalizados a causa de una enfermedad médica, aproximadamente el 10 % pueden presentar delirium en el momento de su admisión, mientras que otro 10-15 % puede presentarlo durante su estancia hospitalaria.
– Curso
Los síntomas del delirium se desarrollan habitualmente en el espacio de horas o días. Puede empezar de forma brusca (p. ej., después de un traumatismo craneal), pero es más típico que los síntomas aislados evolucionen hacia el delirium completo en un período de 3 días. El cuadro se puede resolver en pocas horas o persistir durante semanas, en especial en sujetos con demencia coexistente. Si se corrige o autolimita pronto el factor etiológico subyacente, es más probable que la recuperación sea completa.
– Diagnóstico diferencial
Lo más habitual es que el diagnóstico diferencial consista en establecer si el sujeto padece una demencia en lugar de un delirium, si tiene sólo un delirium o si éste se sobreañade a una demencia preexistente. El deterioro de la memoria es debido con frecuencia tanto al delirium como a la demencia, pero en la demencia el sujeto está vigil y no tiene la alteración de la conciencia característica del delirium. Para determinar la preexistencia de una demencia cuando hay síntomas de delirium, la información de los familiares, los cuidadores del enfermo o los datos de la historia son de mucha ayuda.
El código de un delirium sobreañadido a los diferentes tipos de demencia se expone en «Procedimientos de tipificación» para cada tipo de delirium.
La supuesta etiología determina el diagnóstico específico del delirium (la descripción y los criterios para cada diagnóstico de delirium se especificarán después por separado). Se diagnostica delirium debido a una enfermedad médica cuando se juzga que el delirium se debe a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica. Si el delirium se debe a los efectos fisiológicos directos de abuso de una sustancia, se diagnosticará delirium por intoxicación por sustancias o delirium por abstinencia de sustancias, según se presente asociado con la intoxicación por la sustancia o con su abstinencia. Si el delirium es el resultado del consumo de un medicamento o de la exposición a tóxicos, se diagnosticará como delirium inducido por sustancias. No es raro que el delirium sea debido tanto a una enfermedad médica como al consumo de una sustancia (incluidos los medicamentos). Esto ocurre, por ejemplo, en sujetos de edad avanzada con una grave enfermedad médica, que es tratada con múltiples medicamentos. Cuando hay más de una etiología (p. ej., debido a una sustancia y a una enfermedad médica), se diagnosticará delirium debido a múltiples etiologías. Si no es posible establecer una etiología específica (p. ej., inducido por sustancias o debido a una enfermedad médica), se diagnosticará delirium no especificado.
Se realizará el diagnóstico de delirium por intoxicación por sustancias o delirium por abstinencia de sustancias en lugar del de intoxicación por sustancias o del de abstinencia de sustancias sólo si los síntomas del delirium exceden de los que son propios de los síndromes de intoxicación o de abstinencia y si son lo suficientemente graves para merecer una atención clínica independiente. Incluso en sujetos con signos evidentes de intoxicación o abstinencia deben ser examinadas otras posibles causas de delirium (delirium debido a enfermedad médica). Por ejemplo, un traumatismo craneal como consecuencia de una caída o de una pelea durante una intoxicación puede provocar un delirium.
El delirium que se caracteriza por alucinaciones vívidas, ideas delirantes, alteraciones del lenguaje y agitación debe distinguirse del trastorno psicótico breve, de la esquizofrenia, del trastorno esquizofreniforme y de otros trastornos psicóticos, así como de los trastornos del estado de ánimo con síntomas psicóticos. En el delirium los síntomas psicóticos fluctúan, son fragmentarios y no sistematizados, se presentan en el contexto de una disminución de la capacidad para mantener y dirigir la atención, y van a menudo asociados a alteraciones del EEG. En el delirium, es frecuente el deterioro de la memoria y la desorientación que no se dan en estos otros trastornos. Por último, en el delirium suele haber pruebas de la existencia de una enfermedad médica subyacente, de una intoxicación o una abstinencia de sustancias, o del consumo de un medicamento.
El delirium debe diferenciarse de la simulación y del trastorno facticio. La distinción se basa en que en ambos casos es frecuente la presentación atípica de los síntomas y en la ausencia de una enfermedad médica o de una sustancia que se relacione etiológicamente con la aparente alteración cognoscitiva.
Hay sujetos en los que pueden presentarse algunos, pero no todos los síntomas del delirium. Las presentaciones subsindrómicas requieren una cuidadosa evaluación, puesto que pueden ser el preludio de un delirium completo o indicar la existencia de una enfermedad médica subyacente, todavía no diagnosticada. Tales cuadros deben ser codificados como trastorno cognoscitivo no especificado.
– Relación con los Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10
El concepto general de delirium que aparece en el DSM-IV es similar al de la CIE-10 (es decir, un trastorno de la conciencia y de la capacidad cognoscitiva de inicio agudo y curso fluctuante). Los Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10 incluyen algunos puntos adicionales: afectación de la memoria a corto plazo con conservación de la memoria a largo plazo, desorientación, alteración psicomotriz y problemas de sueño. A diferencia del DSM-IV, la CIE-10 no recoge la categoría de delirium debido a múltiples etiologías.
* F05.0 Delirium debido a enfermedad médica [293.0]
– Diagnóstico y síntomas asociados
Los síntomas descriptivos del delirium debido a enfermedad médica (Criterios A-C) se exponen en las «Características diagnósticas del Delirium». Además, para establecer el diagnóstico de delirium debido a enfermedad médica, debe demostrarse a través de la historia, la exploración física y las pruebas de laboratorio que la alteración cognoscitiva es un efecto fisiológico directo de una enfermedad médica (Criterio D).
Para determinar si el delirium es debido a una enfermedad médica, primero el clínico debe establecer su presencia. Además, tiene que evaluar si el delirium está relacionado etiológicamente con dicha enfermedad. Para hacer este juicio es necesaria una valoración cuidadosa y comprehensiva de los múltiples factores que intervienen. Aunque no hay una guía infalible, algunas consideraciones pueden servir de orientación. La primera consideración es la presencia de una asociación temporal entre el inicio, la agudización o la remisión de la enfermedad médica y el delirium. En la literatura se pueden encontrar pruebas de esta asociación, y su consulta proporciona datos útiles para cada caso. Además, el clínico debe juzgar si la alteración no es más explicable por la acción de sustancias o por la presencia de un trastorno mental primario (p. ej., un episodio maníaco). Todo ello se comenta con mayor detalle en la sección «Trastornos mentales debidos a enfermedad médica»
El delirium puede asociarse con muchas y diferentes enfermedades médicas, cada una de las cuales exige un examen físico y pruebas de laboratorio características. Los signos neurológicos locales no se encuentran con frecuencia en enfermedades sistémicas y puede haber varias formas de temblor. El aleteo (flapping), movimiento de hiperextensión de las manos, fue descrito originalmente en la encefalopatía hepática, pero se ha encontrado asociado a otras causas de delirium. También hay signos de hiperactividad autonómica (p. ej., taquicardia, sudoración, vasocongestión facial, pupilas dilatadas y elevación de la tensión arterial). Además de las pruebas de laboratorio características de la etiología de la enfermedad médica (o de los estados de intoxicación o abstinencia), el EEG es generalmente anormal, mostrando un enlentecimiento generalizado o una actividad rápida.
– Procedimiento de tipificación
Para el registro del diagnóstico de delirium debido a enfermedad médica el clínico debe anotar en el Eje I tanto el delirium como la enfermedad médica identificada como causante de la alteración (p. ej., F05.0 Delirium debido a hipoglucemia [293.0]). Los códigos diagnósticos de la enfermedad médica deben también anotarse en el Eje III (p. ej., E16.2 Hipoglucemia [251.2]). En un sujeto con una historia de demencia, un delirium sobreañadido debe ser registrado de acuerdo con el código F05.1 Delirium sobreañadido a demencia. En situaciones en las cuales es poco claro que los déficit cognoscitivos se deban a delirium o demencia, puede ser útil realizar un diagnóstico provisional de delirium y observar al sujeto mientras se investiga la naturaleza de la alteración.
– Enfermedades médicas asociadas
Entre las enfermedades médicas que pueden provocar delirium se incluyen infecciones sistémicas y alteraciones metabólicas (p. ej., hipoxica, hipercapnia, hipoglucemia), alteraciones del equilibrio hídrico o electrolítico, enfermedades hepáticas o renales, deficiencia de tiamina, estados postoperatorios, encefalopatía hipertensiva, estados poscomiciales y secuelas de traumatismos craneales. Algunas lesiones locales del lóbulo parietal derecho y de la superficie inferomedial del lóbulo occipital pueden también conducir al delirium.
– Diagnóstico diferencial
Véase «Diagnóstico diferencial del delirium»
– Criterios para el diagnóstico de F05.0 Delirium debido a… [293.0]
(indicar enfermedad médica)
A. Alteración de la conciencia (p. ej., disminución de la capacidad de atención al entorno) con disminución de la capacidad para centrar, mantener o dirigir la atención.
B. Cambio en las funciones cognoscitivas (como déficit de memoria, desorientación, alteración del lenguaje) o presencia de una alteración perceptiva que no se explica por la existencia de una demencia previa o en desarrollo.
C. La alteración se presenta en un corto período de tiempo (habitualmente en horas o días) y tiende a fluctuar a lo largo del día.
D. Demostración a través de la historia, de la exploración física y de las pruebas de laboratorio de que la alteración es un efecto fisiológico directo de una enfermedad médica.
Nota de codificación:
si el delirium está sobreañadido a una demencia preexistente, código F05.1.
Nota de codificación:
incluir el nombre de la enfermedad médica en el Eje I, por ejemplo, F05.0 Delirium debido a encefalopatía hepática [293.0]; codificar también la enfermedad médica en el Eje III.
* Delirium inducido por sustancias
– Diagnóstico y síntomas asociados
Anteriormente se ha procedido a la descripción de los síntomas del delirium inducido por sustancias (Criterio A-C). Para el diagnóstico de delirium inducido por sustancias debe haber demostración a través de la historia, de la exploración física o de las pruebas de laboratorio de que la intoxicación o abstinencia de sustancias, los efectos secundarios de la medicación o la exposición a tóxicos se estiman etiológicamente relacionados con el delirium (Criterio D). Un delirium que se presenta durante la intoxicación por una sustancia se diagnostica como delirium por intoxicación por sustancias, un delirium que se presenta durante la abstinencia de una sustancia se diagnostica como delirium por abstinencia de sustancias y un delirium que se asocia con efectos secundarios de la medicación o con exposición a tóxicos, se diagnostica como delirium inducido por sustancias.
El delirium que aparece durante la intoxicación por sustancias puede desarrollarse minutos u horas después de haber ingerido dosis relativamente altas de algunas drogas como Cannabis, cocaína y alucinógenos. Con otras sustancias como el alcohol, los barbitúricos o la meperidina, el delirium a veces sólo se presenta después de una intoxicación mantenida durante algunos días. Con frecuencia, el delirium se resuelve en pocas horas o días cuando la intoxicación cede (aunque la duración puede prolongarse tras la intoxicación con fencielidina).
El delirium por abstinencia de sustancias se desarrolla a medida que la concentración de la sustancia en los tejidos y el plasma va disminuyendo después de la reducción o cese de su consumo a dosis altas. La duración del delirium tiende a variar de acuerdo con la vida media de la sustancia en cuestión: las sustancias de acción prolongada se asocian con frecuencia a una abstinencia más prolongada. El delirium por abstinencia de sustancias puede mantenerse desde unas horas hasta 2-4 semanas.
Se debe establecer este diagnóstico en lugar de los diagnósticos de intoxicación por sustancias o abstinencia de sustancias sólo cuando los síntomas cognoscitivos excedan de los que son propios de los síndromes de intoxicación y de abstinencia, y cuando los síntomas sean de la suficiente gravedad como para merecer una atención clínica independiente. Ver en «Trastornos relacionados con sustancias» una discusión más detallada de los síntomas asociados.
– Procedimiento de tipificación
El diagnóstico de delirium inducido por sustancias empieza con el nombre de la sustancia específica (más que con el tipo de sustancias) que se estima ha provocado el delirium (p. ej., «diacepam», y no «sedante, hipnótico, o ansiolítico»). El código diagnóstico se selecciona de la lista de tipos de sustancias proporcionadas por los criterios establecidos. En el caso de sustancias que no se encuentren en ninguno de los tipos (p. ej., digital) debe usarse el código «otra sustancia». Para las sustancias que producen intoxicación o abstinencia, el nombre de la sustancia irá seguido del contexto en el que han aparecido los síntomas (p. ej., F15.03 Delirium por intoxicación por dextroanfetamina [292.81]; F10.4 Delirium por abstinencia de alcohol [291.01]. Se usa el término «inducido» para los efectos secundarios de la medicación o la exposición a tóxicos (p. ej., F19.03 Delirium inducido por digital [292.81]). Cuando se estima que hay más de una sustancia que desempeña un papel significativo en el desarrollo del delirium, deben enumerarse por separado. Si una sustancia se estima como factor etiológico, pero la sustancia específica o el tipo de sustancias no son conocidas, el diagnóstico será F19.03 Delirium inducido por sustancias desconocidas [292.81].
– Sustancias específicas
El delirium por intoxicación por sustancias puede presentarse con los siguientes tipos de sustancias: alcohol, alucinógenos; anfetaminas y sustancias afines; Cannabis; cocaína; fenciclidina y sustancias de acción similar; inhalantes; opioides; sedantes, hipnóticos y ansiolíticos, y otras sustancias desconocidas. El delirium por abstinencia de sustancias se puede dar con los siguientes tipos de sustancias: alcohol (a menudo denominado «delirium tremens»); sedantes, hipnóticos y ansiolíticos, y otras sustancias desconocidas.
Entre los medicamentos señalados como causantes de delirium se incluyen anestésicos, analgésicos, agentes antiasmáticos, anticonvulsivantes, antihistamínicos, medicación cardiovascular y antihipertensiva, antimicrobianos, fármacos antiparkinsonianos, corticosteroides, medicación gastrointestinal, relajantes musculares y medicaciones psicotrópicas con efectos secundarios anticolinérgicos. Los tóxicos señalados como causa de delirium incluyen anticolinesterasas, insecticidas organofosfatados, monóxido de carbono, dióxido de carbono y sustancias volátiles como la gasolina o la pintura.
– Diagnóstico diferencial
Véase la exposición general del diagnóstico diferencial del delirium y también la exposición general del diagnóstico diferencial de intoxicación y abstinencia de sustancias.
– Criterios para el diagnóstico de delirium por intoxicación por sustancias
A. Alteración de la conciencia (p. ej., disminución de la capacidad de prestar atención al entorno) con reducción de la capacidad para centrar, mantener o dirigir la atención.
B. Cambio en las funciones cognoscitivas (como deterioro de la memoria, desorientación, alteración del lenguaje) o presencia de una alteración perceptiva que no se explica por una demencia previa o en desarrollo.
C. La alteración se presenta en un corto período de tiempo (habitualmente en horas o días) y tiende a fluctuar a lo largo del día.
D. Demostración, a través de la historia, de la exploración física y de las pruebas de laboratorio, de (1) o (2).
(1) los síntomas de los Criterios A y B se presentan durante la intoxicación por la sustancia
(2) el consumo de medicamentos se estima relacionado etiológicamente con la alteración*
Nota:
Este diagnóstico debe hacerse en lugar del diagnóstico de intoxicación por sustancias sólo cuando los síntomas cognoscitivos excedan de los que son propios del síndrome de intoxicación y cuando los síntomas sean de la suficiente gravedad como para merecer una atención clínica independiente.
Nota:
El diagnóstico debe registrarse como delirium inducido por sustancias si está relacionado con el uso de la medicación.
Códigos para el delirium por intoxicación por (sustancia específica):
F10.03 Alcohol [291.0]
F16.03 Alucinógenos [292.81]
F15.03 Anfetaminas (o sustancias afines) [292.81]
F12.03 Cannabis [292.81]
F14.03 Cocaína [292.81]
F19.03 Fenciclidina (o sustancias de acción similar) [292.81]
F18.03 Inhalantes [292.81]
F11.03 Opiáceos [292.81]
F13.03 Sedantes, hipnóticos o ansiolíticos [292.81]
F19.03 Otras sustancias (o sustancias desconocidas) [292.81] (p. ej., cimetidina, digital, benztropina)
– Criterios para el diagnóstico de delirium por abstinencia de sustancias
A. Alteración de la conciencia (p. ej., disminución de la capacidad de prestar atención al entorno) con reducción de la capacidad para centrar, mantener o dirigir la atención.
B. Cambio en las funciones cognoscitivas (como deterioro de la memoria, desorientación, alteración del lenguaje) o presencia de una alteración perceptiva que no se explica por una demencia previa o en desarrollo.
C. La alteración se presenta en un corto período de tiempo (habitualmente en horas o días) y tiende a fluctuar a lo largo del día.
D. Demostración, a través de la historia, de la exploración física y de las pruebas de laboratorio, de que los síntomas de los Criterios A y B se presentan durante o poco después de un síndrome de abstinencia.
Nota:
Este diagnóstico debe hacerse en lugar del diagnóstico de abstinencia de sustancias sólo cuando los síntomas cognoscitivos excedan de los propios del síndrome de abstinencia y cuando los síntomas sean de la suficiente gravedad como para merecer una atención clínica independiente.
Códigos para el delirium por abstinencia de (sustancia específica):
F10.4 Alcohol [291.0]
F13.4 Sedantes, hipnóticos o ansiolíticos [292.81]
F19.4 Otras sustancias (o desconocidas) [292.81]
* Delirium debido a múltiples etiologías
La categoría de delirium debido a múltiples etiologías se incluye para llamar la atención del clínico acerca de la frecuencia del delirium debido a más de una etiología. Puede haber más de una enfermedad médica relacionada etiológicamente con el delirium (p. ej., delirium debido a encefalopatía hepática, delirium debido a traumatismo craneal) o el delirium puede deberse a los efectos combinados de una enfermedad médica (p. ej., encefalitis vírica) y el consumo de sustancias (p. ej., abstinencia de alcohol).
– Procedimiento de tipificación
El delirium debido a múltiples etiologías no tiene un código propio y no debe registrarse como un diagnóstico. Por ejemplo, para codificar el delirium debido tanto a una encefalopatía hepática como a la abstinencia de alcohol, se debe anotar en el Eje I F05.0 Delirium debido a encefalopatía hepática [293.0] y F10.4 Delirium por abstinencia de alcohol [291.0], y en el Eje III K72.9 Encefalopatía hepática [572.2].
– Criterios para el diagnóstico de delirium debido a múltiples etiologías
A. Alteración de la conciencia (p. ej., disminución de la capacidad de prestar atención al entorno) con reducción de la capacidad para centrar, mantener o dirigir la atención.
B. Cambio en las funciones cognoscitivas (como deterioro de la memoria, desorientación, alteración del lenguaje) o presencia de una alteración perceptiva que no se explica por una demencia previa o en desarrollo.
C. La alteración se presenta en un corto período de tiempo (habitualmente en horas o días) y tiende a fluctuar a lo largo del día.
D. Demostración, a través de la historia, de la exploración física o de las pruebas de laboratorio, de que el delirium tiene más de una etiología (p. ej., más de una enfermedad médica, una enfermedad médica más una intoxicación por sustancias o por efectos secundarios de los medicamentos).
Nota de codificación:
Utilizar los códigos necesarios que reflejen el tipo de delirium y su etiología específica, por ejemplo, F05.0 Delirium debido a encefalitis vírica [293.0] y F 10.4 Delirium por abstinencia de alcohol [291.0].
* F05.9 Delirium no especificado [780.09]
Esta categoría debe utilizarse para el diagnóstico del delirium que no cumpla los criterios para ningún tipo específico de delirium descrito en esta sección.
Como ejemplos se citan:
1. Un cuadro clínico de delirium del que se sospecha pueda ser debido a una enfermedad médica o al consumo de una sustancia, pero del que no hay las pruebas suficientes para establecer su etiología específica.
2. Delirium debido a causas no enumeradas en esta sección (p. ej., de privación sensorial).
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