La cocaína, una sustancia natural producida por la planta de la coca, se consume en diversas preparaciones (p. ej., hojas de coca, pasta de coca, hidrocloruro de cocaína y alcaloide de cocaína) que difieren en su potencia debido a los variados niveles de pureza y rapidez de acción. La cocaína es el ingrediente activo de cada preparación. Masticar hojas de coca es una práctica generalmente limitada a las poblaciones nativas de América Central y del Sur, donde se cultiva la cocaína. El consumo de pasta de coca, un extracto crudo de la planta de coca, aparece casi exclusivamente en los países productores de cocaína en América del Sur y Central, donde se denomina «basulca». Los disolventes usados en la preparación de la pasta de coca contaminan con frecuencia la pasta y pueden causar efectos tóxicos en el sistema nervioso central y en otros órganos cuando la pasta se fuma. El hidrocloruro de cocaína en polvo es habitualmente «esnifado» a través de la nariz o disuelto en agua e inyectado por vía intravenosa. Cuando se mezcla con heroína, produce una combinación conocida como «speedball».
Una forma habitual de consumo en Estados Unidos es el crack, un alcaloide de la cocaína que se extrae de una sal en polvo mezclándola con bicarbonato sódico y secándola en pequeñas piedras (rocks). El crack difiere de otras formas de cocaína por ser fácilmente vaporizable y, cuando se inhala, sus efectos son muy rápidos. El síndrome clínico y los efectos adversos asociados al crack son idénticos a los producidos por dosis comparables de otras preparaciones de cocaína. Antes de la introducción del crack, la cocaína era separada de su base de hidrocloruro por calentamiento con éter, amoníaco y otros disolventes volátiles. Se fumaba la cocaína de «base libre» resultante. Este proceso es peligroso debido al riesgo de que los disolventes se incendien y lesionen al usuario.
Este apartado contiene comentarios específicos de los trastornos relacionados con la cocaína. La descripción y los criterios diagnósticos ya se han expuesto en los aspectos genéricos de la dependencia de sustancias y del abuso de sustancias. La descripción específica para la dependencia y abuso de cocaína se hace a continuación, aunque no hay criterios diagnósticos específicos para la dependencia o abuso de cocaína. Luego, también se exponen la descripción específica y los criterios diagnósticos para la intoxicación por y la abstinencia de cocaína. Los trastornos inducidos por cocaína (al margen de la intoxicación por y la abstinencia de cocaína) se describen en las secciones del manual que tratan sobre trastornos con los que comparten características fenomenológicas (p. ej., el trastorno del estado de ánimo inducido por cocaína está incluido en la sección «Trastornos del estado de ánimo»). Se enumeran a continuación los trastornos por consumo de cocaína y los trastornos inducidos por cocaína.
* Trastornos por consumo de cocaína
F14.2x Dependencia de cocaína [304.20]
F14.1 Abuso de cocaína [305.60]
* Trastornos inducidos por cocaína
F14.00 Intoxicación por cocaína [292.89]
[Para CIE-9-MC especificar si: Con alteraciones perceptivas]
F14.04 Intoxicación por cocaína, con alteraciones perceptivas
F14.3 Abstinencia de cocaína [292.0]
F14.03 Delirium por intoxicación por cocaína [292.81]
F14.51 Trastorno psicótico inducido por cocaína, con ideas delirantes [292.11]
Especificar si: De inicio durante la intoxicación
F14.52 Trastorno psicótico inducido por cocaína, con alucinaciones [292.12]
Especificar si: De inicio durante la intoxicación
F14.8 Trastorno del estado de ánimo inducido por cocaína [292.84]
Especificar si: De inicio durante la intoxicación/De inicio durante la abstinencia
F14.8 Trastorno de ansiedad inducido por cocaína [292.89]
Especificar si: De inicio durante la intoxicación de inicio/De inicio durante la abstinencia
F14.8 Trastorno sexual inducido por cocaína [292.89]
Especificar si: De inicio durante la intoxicación
F14.8 Trastorno del sueño inducido por cocaína [292.89]
Especificar si: De inicio durante la intoxicación/De inicio durante la abstinencia
F14.9 Trastorno relacionado con cocaína no especificado [292.9]
* Trastornos por consumo de cocaína
F14.2x Dependencia de cocaína [304.20]
Véanse también la descripción y los criterios diagnósticos para la dependencia de sustancias. La cocaína posee potentes efectos eufóricos y puede dar lugar a dependencia tras su consumo durante breves períodos de tiempo. Un signo inicial de la dependencia de cocaína lo constituye la creciente dificultad para resistirse a su consumo cuando el sujeto dispone de ella. Debido a su corta vida media se necesitan dosis frecuentes para mantener su efecto euforizante. Los sujetos con dependencia de cocaína suelen gastar mucho dinero en un espacio breve de tiempo y, como resultado de ello, pueden llegar a implicarse en robos, prostitución o negocios con la droga, o solicitar anticipos para comprar la droga. Los sujetos con dependencia de cocaína a menudo necesitan discontinuar el consumo para descansar o para obtener fondos adicionales. Las responsabilidades laborales o familiares, como el cuidado de los hijos, pueden abandonarse para obtener o consumir la cocaína. Son frecuentes las complicaciones físicas o mentales como ideación paranoide, comportamiento agresivo, ansiedad, depresión y pérdida de peso. La tolerancia aparece con el consumo repetido, en función de la vía de administración. Pueden observarse síntomas de abstinencia, en especial estados de ánimo disfóricos, pero suelen ser transitorios y asociados al consumo de dosis altas.
Especificaciones
Pueden aplicarse las siguientes especificaciones al diagnóstico de dependencia de cocaína:
0 Remisión total temprana/remisión parcial temprana
0 Remisión total sostenida/remisión parcial sostenida
2 En terapéutica con agonistas
1 En entorno controlado
4 Leve/moderado/grave
Especificar si:
Con dependencia fisiológica
Sin dependencia fisiológica
F14.1 Abuso de cocaína [305.60]
Véanse también la descripción y los criterios diagnósticos para el abuso de sustancias. La intensidad y frecuencia de la administración de cocaína son menores en el abuso que en los casos de dependencia. Los episodios de consumo con problemas, el descuido de las responsabilidades y los conflictos interpersonales aparecen a menudo en ocasiones especiales o en días de cobro, dando lugar a un patrón de consumo de dosis altas en períodos breves de tiempo (horas o días) seguidos por períodos más largos (semanas o meses) de consumo ocasional o de abstinencia sin problemas. Los problemas legales pueden ser resultado de la posesión o el consumo de la droga. Cuando los problemas asociados al consumo se acompañan de demostraciones de tolerancia, abstinencia o comportamiento compulsivo relacionado con la obtención y administración de cocaína, debe considerarse el diagnóstico de dependencia más que el de abuso.
* Trastornos inducidos por cocaína
F14.00 Intoxicación por cocaína [292.89]
Véanse también la descripción y los criterios diagnósticos para la intoxicación por sustancias. La característica esencial de intoxicación por cocaína es la presencia de cambios psicológicos o comportamentales desadaptativos clínicamente significativos que aparecen durante o poco tiempo después del consumo de cocaína (Criterios A y B). La intoxicación por cocaína empieza habitualmente con una sensación de euforia (high) e incluye uno o más de los síntomas siguientes: euforia con incremento de la sensación de vigor, sociabilidad, hiperactividad, inquietud, hipervigilancia, sensibilidad interpersonal, charlatanería, ansiedad, tensión, estado de alerta, grandiosidad, comportamientos estereotipados y repetitivos, rabia o cólera y deterioro de la capacidad de juicio y, en el caso de intoxicación crónica, afectividad embotada, cansancio o tristeza y retraimiento social. Estos cambios psicológicos y comportamentales se acompañan de dos o más de los siguientes signos y síntomas, que aparecen durante la intoxicación o poco tiempo después: taquicardia o bradicardia, dilatación pupilar, aumento o disminución de la tensión arterial, sudoración o escalofríos, náuseas o vómitos, pérdida de peso demostrable, agitación o retraso psicomotores, debilidad muscular, depresión respiratoria, dolor en el pecho o arritmias cardíacas y confusión, crisis comiciales, discinesias, distonías o coma (Criterio C). La intoxicación aguda o crónica se asocia a menudo con deterioro de la actividad social o laboral. La intoxicación grave puede conducir al coma. Para establecer el diagnóstico de intoxicación por cocaína los síntomas no han de ser debidos a enfermedad médica ni explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental (Criterio D).
La magnitud y el tipo de los cambios psicológicos o comportamentales dependen de muchas variables, que incluyen la dosis consumida y las características individuales del sujeto que consume la sustancia (p. ej., tolerancia, grado de absorción, cronicidad del consumo y contexto en el que se ingiere la droga). Los efectos estimulantes observados más frecuentemente son euforia, aumento del pulso y la tensión arterial, y actividad psicomotora. Los efectos depresores como tristeza, bradicardia, descenso de la tensión arterial y disminución de la actividad psicomotora son menos frecuentes y sólo aparecen con el consumo crónico de dosis altas.
F14.04 Intoxicación por cocaína, con alteraciones perceptivas.
Este diagnóstico puede realizarse cuando los criterios coinciden con intoxicación por cocaína y las alucinaciones auditivas, visuales o táctiles, con juicio de realidad intacto, o las ilusiones aparecen en ausencia de delirium. Juicio de realidad intacto significa que el sujeto sabe que las alucinaciones son inducidas por la sustancia y que no representan la realidad externa. Cuando las alucinaciones aparecen en ausencia de juicio de realidad intacto debe considerarse el diagnóstico de trastorno psicótico inducido por sustancias con alucinaciones.
Criterios para el diagnóstico de F14.00 Intoxicación por cocaína [292.89]
A. Consumo reciente de cocaína.
B. Cambios psicológicos o comportamentales desadaptativos clínicamente significativos (p. ej., euforia o afectividad embotada; aumento de la sociabilidad; hipervigilancia; sensibilidad interpersonal; ansiedad; tensión o cólera; comportamientos estereotipados; deterioro de la capacidad de juicio, o deterioro de la actividad laboral o social) que se presentan durante, o poco tiempo después, del consumo de cocaína.
C. Dos o más de los siguientes signos, que aparecen durante o poco tiempo después del consumo de cocaína:
(1) taquicardia o bradicardia
(2) dilatación pupilar
(3) aumento o disminución de la tensión arterial
(4) sudoración o escalofríos
(5) náuseas o vómitos
(6) pérdida de peso demostrable
(7) agitación o retraso psicomotores
(8) debilidad muscular, depresión respiratoria, dolor en el pecho o arritmias cardíacas
(9) confusión, crisis comiciales, discinesias, distonías o coma
D. Los síntomas no se deben a enfermedad médica si se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental
Nota de codificación:
Codificar F14.04 si Con alteraciones perceptivas
F14.3 Abstinencia de cocaína [292.0]
Véanse también la descripción y los criterios diagnósticos para la abstinencia de sustancias. La característica esencial de la abstinencia de cocaína es la presencia de un síndrome característico de abstinencia que aparece en pocas horas o algunos días después de interrumpir (o disminuir) el consumo abundante y prolongado de cocaína (Criterios A y B). El síndrome de abstinencia se caracteriza por la presencia de un estado de ánimo disfórico acompañado por dos o más de los siguientes cambios fisiológicos: fatiga, sueños vívidos y desagradables, insomnio o hipersomnia, aumento del apetito y retraso o agitación psicomotores. Puede haber, sin formar parte de los criterios diagnósticos, anhedonía y deseo irresistible de cocaína (craving). Estos síntomas provocan un malestar clínico significativo o deterioro laboral, social o de otras áreas importantes de la actividad del individuo (Criterio C). Los síntomas no se deberán a enfermedad médica ni se explicarán mejor por la presencia de otro trastorno mental (Criterio D).
Los síntomas de abstinencia aguda («crash») se observan con frecuencia después de períodos de consumo de dosis altas y repetidas («runs» o «binges»). Estos períodos se caracterizan por sentimientos intensos y desagradables de lasitud y depresión que requieren generalmente algunos días de descanso y recuperación. Pueden aparecer síntomas depresivos con ideas o comportamiento suicidas, que constituyen el problema más grave observado durante el «crashing» u otras formas de abstinencia de cocaína. Un número no despreciable de sujetos con dependencia de cocaína tienen pocos o ningún síntoma demostrable de abstinencia al interrumpir su consumo.
Criterios para el diagnóstico de F14.3 Abstinencia de cocaína [292.0]
A. Interrupción (o disminución) del consumo prolongado de abundantes cantidades de cocaína.
B. Estado de ánimo disfórico y dos (o más) de los siguientes cambios fisiológicos que aparecen pocas horas o días después del Criterio A:
(1) fatiga
(2) sueños vívidos y desagradables
(3) insomnio o hipersomnia
(4) aumento del apetito
(5) retraso o agitación psicomotores
C. Los síntomas del Criterio B causan un malestar clínicamente significativo o un deterioro de la actividad laboral, social o de otras áreas importantes de la actividad del sujeto.
D. Los síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental.
* Otros trastornos inducidos por cocaína
Los siguientes trastornos inducidos por cocaína se describen en otras secciones del manual que tratan sobre los trastornos con los que comparten características fenomenológicas:
Delirium por intoxicación por cocaína
Trastorno psicótico inducido por cocaína
Trastorno del estado de ánimo inducido por cocaína
Trastorno de ansiedad inducido por cocaína
Trastorno sexual inducido por cocaína
Trastorno del sueño inducido por cocaína
Estos trastornos se diagnostican en lugar de los diagnósticos de intoxicación por abstinencia de cocaína sólo cuando los síntomas exceden de los habitualmente asociados al síndrome de intoxicación por abstinencia de cocaína y son de suficiente gravedad como para merecer una atención clínica independiente.
Información adicional sobre los trastornos relacionados con cocaína
Características y trastornos asociados
Características descriptivas y trastornos mentales asociados.
La cocaína es una droga de acción corta que tiene efectos potentes y rápidos sobre el sistema nervioso central, especialmente cuando se consume por vía intravenosa o cuando es fumada en forma de crack. La cocaína, cuando es inyectada o fumada, produce de forma típica una sensación instantánea de bienestar, confianza y euforia. Pueden presentarse cambios de comportamiento espectaculares en poco tiempo, sobre todo cuando hay dependencia. Los sujetos con dependencia de cocaína gastan miles de dólares en corto espacio de tiempo para obtener la sustancia dando lugar a catástrofes económicas que suponen la pérdida de los ahorros y de la propia casa. Los sujetos emprenden actividades delictivas para conseguir dinero. La dependencia a largo plazo produce comportamientos erráticos, aislamiento social y disfunción sexual. El comportamiento agresivo puede ser debido a los efectos de la cocaína, la violencia se asocia también con el mercado de la droga. Como resultado del aumento del deseo sexual o de la utilización del sexo con el propósito de obtener cocaína (o dinero para comprarla) se desarrolla un comportamiento sexual promiscuo que llega a ser un factor de propagación de transmisión de enfermedades sexuales, incluyendo el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
La intoxicación aguda por dosis altas de cocaína puede asociarse a lenguaje prolijo o confuso, dolor de cabeza, ideas transitorias de referencia y tinnitus. Puede haber ideación paranoide, alucinaciones auditivas con conciencia clara y alucinaciones táctiles («coke bugs»), que el propio usuario reconoce como efectos de la cocaína. Pueden aparecer una cólera extrema con amenazas 0 comportamientos agresivos. Son frecuentes los cambios del estado de ánimo, como depresión, ideas suicidas, irritabilidad, anhedonía, labilidad emocional o alteraciones de la atención y concentración, especialmente durante la abstinencia de cocaína.
Los sujetos con dependencia de cocaína presentan a menudo síntomas depresivos que cumplen los criterios diagnósticos para el trastorno depresivo mayor (véase trastorno del estado de ánimo inducido por sustancias). No son raras historias de repetidas crisis de angustia, comportamiento afín a la fobia social y síndromes afines a la ansiedad generalizada (véase trastorno de ansiedad inducido por sustancias). Los trastornos de la conducta alimentaria pueden también asociarse a esta sustancia. Uno de los casos más graves de toxicidad de la cocaína es el trastorno psicótico inducido por cocaína, un trastorno con ideas delirantes y alucinaciones que se parece a la esquizofrenia de tipo paranoide. Las alteraciones mentales que aparecen asociadas a la cocaína se resuelven habitualmente horas después de interrumpir el consumo de cocaína, aunque pueden persistir semanas.
Los sujetos con dependencia de cocaína presentan con frecuencia respuestas condicionadas a los estímulos relacionados con la cocaína (p. ej., necesidad irresistible de mirar sustancias afines al polvo). Estas respuestas contribuyen probablemente a la recaída, son difíciles de extinguir y persisten de forma típica largo tiempo después de completada la desintoxicación. Los trastornos por consumo de cocaína se asocian a menudo con dependencia o abuso de otras sustancias, especialmente alcohol, marihuana y benzodiacepinas, que son ingeridas para reducir la ansiedad y otros efectos estimulantes secundarios desagradables de la cocaína. La dependencia de cocaína puede asociarse al trastorno por estrés postraumático, trastorno antisocial de la personalidad, trastorno por déficit de atención con hiperactividad y al juego patológico.
Hallazgos de laboratorio.
La mayoría de los laboratorios determinan la benzoilecgonina, metabolito de la cocaína, que permanece típicamente en la orina 1-3 días después de una dosis única y puede estar presente durante 7-12 días en los sujetos que consumen dosis altas de forma repetida. Pruebas de función hepática moderadamente alteradas se observan en sujetos que se inyectan cocaína o consumen alcohol en exceso asociado a la cocaína. El consumo de cocaína puede asociarse a hepatitis, a enfermedades de transmisión sexual que incluyen el VIH y la tuberculosis. Ocasionalmente se observan en las radiografías de tórax neumonía y neumotórax. La interrupción del consumo crónico se asocia a menudo con cambios electroencefalográficos, alteraciones de la secreción de prolactina y desregulación (down-regulation) de los receptores de la dopamina.
Hallazgos de la exploración física y enfermedades médicas asociadas.
Puede darse una amplia gama de enfermedades médicas según la vía de administración de la cocaína. Las personas que la consumen por vía intranasal («esnifándola» = «snort») presentan con frecuencia sinusitis, irritación y hemorragia de la mucosa nasal, y perforación del tabique nasal. Los que fuman cocaína tienen un riesgo mayor de presentar problemas respiratorios (p. ej., tos, bronquitis y neumonía debido a la irritación e inflamación de los tejidos de revestimiento del tracto respiratorio). Las personas que se inyectan cocaína tienen marcas de los pinchazos en los antebrazos, como los sujetos que presentan dependencia a los opiáceos. La infección por VIH se asocia a la dependencia de cocaína debido al uso frecuente de inyecciones intravenosas y al aumento de la promiscuidad sexual. Se observan también otras enfermedades de transmisión sexual, hepatitis, tuberculosis y otras infecciones pulmonares. La dependencia de cocaína (en cualquier forma de administración) se asocia frecuentemente a pérdida de peso y malnutrición debido a los efectos supresores del apetito.
El dolor en el pecho también es un síntoma frecuente. Las maniobras parecidas a las de Valsalva que se hacen para absorber mejor la cocaína inhalada pueden provocar neumotórax. En sujetos jóvenes y con buena salud el consumo de cocaína se asocia a infarto de miocardio, muerte súbita por paro respiratorio o cardíaco y accidentes vasculares cerebrales. Estos incidentes son provocados por la capacidad de la cocaína para aumentar la tensión arterial, provocar vasoconstricción y alterar la actividad eléctrica del corazón. Con el consumo de cocaína se han observado crisis comiciales, palpitaciones y arritmias. Entre las personas que venden cocaína son frecuentes las peleas y comportamientos violentos que dan lugar a lesiones traumáticas. El consumo de cocaína entre las mujeres embarazadas se ha asociado a irregularidades placentarias, placenta previa y aumento del nacimiento de niños con bajo peso.
Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo
El consumo de cocaína y los trastornos que provoca afectan a todas las razas, a todos los grupos socioeconómicos, edad y sexo de Estados Unidos. Los trastornos relacionados con la cocaína son más frecuentes en sujetos entre los 18 y 30 años. Aunque la epidemia actual de consumo de cocaína empezó en los años setenta entre la gente rica, esto ha cambiado y ahora incluye a grupos socioeconómicos más bajos residentes en áreas metropolitanas. Las áreas rurales que antes estaban libres de problemas relacionados con drogas ilegales también han sido afectadas. Como ocurre con otros trastornos relacionados con sustancias, los varones los presentan con mayor frecuencia que las mujeres. Los trastornos por consumo de cocaína están repartidos por igual entre varones y mujeres.
Prevalencia
Una encuesta comunitaria realizada en Estados Unidos en 1991 encontró que el 12 % de la población había consumido cocaína una o más veces en su vida; el 3 % lo había hecho en el último año y menos del 1 % en el último mes. Debido a que el estudio valoraba patrones de consumo más que diagnósticos, se desconoce cuántos de los que consumen cocaína tienen síntomas que cumplan los criterios diagnósticos para la dependencia o el abuso. Una encuesta comunitaria realizada en Estados Unidos entre 1980 y 1985 usando criterios DSM-III, que sólo reconoce el abuso de cocaína, encontró que cerca del 0,2 % de la población adulta había abusado de la cocaína alguna vez en su vida. Entre ellos, el 17 % la había consumido en el último mes, el 46 % había tenido algún problema con la cocaína en este tiempo y el 46 % había tenido algún problema con la cocaína en el último año. Estos datos dan idea del aumento del consumo de cocaína experimentado desde mediados de los años ochenta.
Curso
Como con las anfetaminas, la dependencia de cocaína se asocia a dos patrones de autoadministración: consumo episódico o diario (o casi diario). En el patrón episódico, el uso de cocaína tiende a estar separado por 2 o más días del no uso (p. ej., consumo intenso los fines de semana o consumo varios días a la semana). Los atracones («binges») son una forma de consumo episódico que implica de forma típica un consumo de dosis altas en un período de horas o días, que con frecuencia se asocia a dependencia. Los atracones terminan habitualmente cuando se termina la cocaína. El consumo diario puede implicar dosis altas o bajas y puede aparecer a lo largo del día o estar restringido a unas horas. En el consumo crónico diario generalmente no hay fluctuaciones muy amplias de las dosis, pero sí un aumento de las dosis a lo largo del tiempo.
El consumo intravenoso o fumado de cocaína tiende a asociarse particularmente con una progresión rápida del uso al abuso o dependencia, que aparece con frecuencia en semanas o meses. El consumo intranasal se asocia con una progresión más gradual, apareciendo la dependencia habitualmente en meses o años. La dependencia se asocia frecuentemente a una progresiva tolerancia a los efectos indeseables de la cocaína, lo que lleva a un aumento de las dosis. Con el consumo continuado hay una disminución de los efectos agradables debidos a la tolerancia y a un aumento de los efectos disfóricos. Hay pocos datos disponibles sobre el curso a largo plazo de los trastornos por consumo de cocaína.
Diagnóstico diferencial
Véase el comentario general sobre el diagnóstico diferencial de los trastornos relacionados con sustancias. Los trastornos inducidos por cocaína se caracterizan por síntomas (p. ej., estado de ánimo deprimido) que se parecen a los de los trastornos mentales primarios (p. ej., trastorno depresivo mayor versus trastorno del estado de ánimo inducido por cocaína, con síntomas depresivos, de inicio durante la abstinencia). Las acusadas alteraciones mentales que pueden ser el resultado de los efectos de la cocaína deben distinguirse de los síntomas de esquizofrenia de tipo paranoide, trastorno bipolar y otros trastornos del estado de ánimo, trastorno de ansiedad generalizada y trastorno de angustia.
La intoxicación por anfetamina y la intoxicación por fenciclidina pueden provocar un cuadro clínico similar, que con frecuencia se distingue de la intoxicación por cocaína por la presencia de metabolitos de la cocaína en muestras de orina o plasma. La intoxicación y la abstinencia de cocaína se distinguen de los otros trastornos inducidos por cocaína (p. ej., trastorno de ansiedad inducido por cocaína, de inicio durante la intoxicación) en que los síntomas de estos últimos trastornos exceden de los que habitualmente se asocian a la intoxicación por cocaína o a la abstinencia de cocaína y son de suficiente gravedad como para merecer una atención clínica independiente.
Relación con los Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10
Los criterios diagnósticos de la CIE-10 y del DSM-IV para la intoxicación y abstinencia de cocaína son prácticamente iguales, excepto en el hecho de que los criterios de la CIE-10 para la abstinencia de esta sustancia incluyen el anhelo (craving) por la cocaína como síntoma adicional.
F15.9 Trastorno relacionado con cocaína no especificado [292.9]
La categoría trastorno relacionado con cocaína no especificado se reserva para los trastornos asociados con el consumo de cocaína que no se clasifican como dependencia de cocaína, abuso de cocaína, intoxicación por cocaína, abstinencia de cocaína, delirium por intoxicación por cocaína, trastorno psicótico inducido por cocaína, trastorno del estado de ánimo inducido por cocaína, tras tomo de ansiedad inducido por cocaína, disfunción sexual inducida por cocaína o trastorno del sueño inducido por cocaína.