El funcionamiento del aparato.
[En el original, a esta sección Freud le puso como título «Segunda parte», el cual fue omitido en AdA, pág. 397. La razón es que utilizó el mismo encabezamiento para la principal división que estableció luego, la de «Psicopatología». Parece lo más sensato seguir en esto a AdA y suprimir dicho título. Un hecho curioso es que estas dos «segundas partes» son las únicas divisiones numeradas que fijó el propio Freud. Los títulos «Parte I» y «Parte III» fueron introducidos por los editores de AdA, y los números arábigos que caracterizan las secciones, agregados por el traductor en la versión inglesa.]
Ahora uno puede representarse del siguiente modo la operación del aparato constituido por Φψω .
De afuera urgen las magnitudes de excitación sobre los terminales del sistema Φ ; primero chocan con los aparatos nerviosos terminales y son rebajadas por estos a unos cocientes probablemente de un orden superior al de los estímulos intercelulares (¿o quizá del mismo orden?). Hay aquí un primer umbral; por debajo de cierta cantidad, no se produce ningún cociente eficaz, de suerte que la capacidad eficiente de los estímulos está en cierta medida limitada a las cantidades medias. Además de esto, la naturaleza de las vainas nerviosas terminales actúa como filtro, de suerte que en cada uno de los lugares terminales no pueden operar estímulos de cualquier índole. Los estímulos que efectivamente llegan a las neuronas Φ poseen una cantidad y además un carácter cualitativo; forman en el mundo exterior una serie de cualidad idéntica y de cantidad creciente desde el umbral hasta la frontera del dolor.
Mientras que en el mundo exterior los procesos constituyen un continuum en dos direcciones, tanto en el orden de la cantidad como en el del período (cualidad), los estímulos que les corresponden son, según la cantidad, en primer lugar reducidos y en segundo lugar limitados por un corte; y según la cualidad son discontinuos, de manera tal que ciertos períodos no pueden actuar como estímulos.
Ahora bien, el carácter de cualidad de los estímulos se continúa desinhibido por Φ , a través de ψ , hasta ω , donde produce sensación; está constituido por un período particular del movimiento neuronal, período que sin duda no es el mismo que el del estímulo, pero mantiene con este cierta relación con arreglo a una fórmula reductora que ignoramos. Este período no se conserva mucho tiempo, y desaparece hacia el lado motor; puesto que se lo deja pasar, no tiene como secuela memoria alguna.
La cantidad del estímulo Φ excita la tendencia de descarga del sistema nervioso, trasponiéndose en una excitación motriz proporcional. El aparato de la motilidad está adosado directamente a Φ . Las cantidades así traducidas crean un efecto muy superior a ellas en lo cuantitativo cuando entran en los músculos, glándulas, etc., vale decir, ejercen ahí su acción eficiente mediante desprendimiento {Entbindung; o «desligazón»}, mientras que entre las neuronas sólo se produce una trasferencia.
En las neuronas Φ terminan además las neuronas ψ , a las que es trasferida una parte de la Qη , pero sólo una parte, tal vez un cociente que corresponde a una magnitud intercelular de estímulo. Cabe preguntar en este punto si la Qη trasferida a ψ no crece de manera proporcional a la Q que afluye a Φ , de suerte que un estímulo más grande ejercería un efecto psíquico más intenso. Aquí parece estar presente un dispositivo particular que, otra vez, aparta Q de ψ . En efecto, la conducción sensible Φ está construida de una manera particular, se ramifica de continuo y muestra vías más gruesas y más delgadas, que desembocan en numerosos lugares terminales, probablemente con el siguiente significado: Un estímulo más intenso(474) sigue otros caminos que uno más débil.
Por ejemplo, Qη seguirá sólo el camino I, y junto al lugar terminal a trasferirá un cociente a ψ . 2(Qη ) [Así en el original; en AdA, pág. 399, esto ha sido modificado, colocándose «(Qη)2»; también el «3(Qη)» que aparece luego fue cambiado por «(Qη)3».] no trasferirá en α el cociente doble, sino que podrá seguir el camino II, que es más estrecho, y abrir un segundo lugar terminal [en β ] hacía ψ . 3(Qη ) abrirá la vía más estrecha [IIII y trasferirá también por ץ . Así es aligerada cada vía Φ , y la cantidad más grande en Φ se expresa en que ella inviste en ψ a varias neuronas en vez de a una sola. A todo esto, las investiduras singulares de las neuronas y pueden ser aproximadamente iguales. Si Qη en Φ da por resultado una investidura en ψ , 3(Qη ) se expresa por una investidura en ψ 1 + ψ 2 + ψ 3- Cantidad en Φ se expresa entonces por complicación en ψ . A través de esto es apartada la Q de ψ , al menos hasta ciertos límites. Esto recuerda mucho a las constelaciones de la ley de Fechrier, que de tal suerte quedaría localizada. [La ley de Fechner establece la relación entre las variaciones en la intensidad de un estímulo y las variaciones en la sensación resultante. En términos matemáticos, enuncia que la sensación varía según el logaritmo de la fuerza del estímulo. Freud parece querer significar que la ley entra en funcionamiento en este punto particular del sistema nervioso.]
De esta manera, ψ es investido desde Φ en unas Q que normalmente son pequeñas. La cantidad de la excitación Φ se expresa en ψ mediante complicación, la cualidad mediante tópica, porque, con arreglo a las constelaciones anatómicas, cada uno de los órganos sensoriales sólo comercia, a través de Φ , con determinadas neuronas ψ . Ahora bien, ψ recibe además investidura desde el interior del cuerpo, y sin duda es procedente dividir las neuronas V en dos grupos: las neuronas del manto que son investidas desde Φ , y las neuronas del núcleo, que son investidas desde las conducciones endógenas.