Reseña de H. Averbeek, Die akute Neurasthenie: ein ärztliches KuIturbild
El ejemplo de la «neurastenia» muestra de la manera más llamativa, quizá, cuán insuficiente es la llamada «formación clínica» que se adquiere en nuestros hospitales para las necesidades del ejercicio práctico de la medicina. Esta afección patológica del sistema nervioso puede ser cómodamente descrita como la más común de todas las enfermedades de nuestra sociedad; ella complica y agrava la mayoría de los restantes cuadros clínicos en pacientes de las mejores clases, y sigue siendo bastante desconocida para los numerosos médicos de formación científica, o bien es considerada por estos como un mero rótulo moderno de contenido arbitrariamente mezclado. La neurastenia no es un cuadro clínico en el sentido de los libros de texto, basados en forma demasiado exclusiva en la anatomía patológica; más bien habría que ver en ella una modalidad de reacción del sistema nervioso. Merecería que le prestaran la más general atención los médicos que trabajan científicamente -una atención no menor que la que ya ha recibido por parte de los médicos terapeutas, directores de sanatorios, etc.-. Hacer esta recomendación a círculos más amplios es, pues, el compromiso que contrae la breve obra que aquí comentamos, con sus felices (aunque deliberadamente extremadas) descripciones, y sus propuestas y puntualizaciones vinculadas con las condiciones sociales. Como el autor sospecha, estas no siempre contarán con el acuerdo de sus colegas, aunque despertarán el interés de todos ellos. Hay opiniones del autor sujetas a múltiples objeciones, como la de que el servicio militar obligatorio puede servir de cura para los males de la vida civilizada, o su propuesta de que el Estado asista a la clase media trabajadora en épocas de buena salud para posibilitar su recuperación periódica. Debe admitirse, sin embargo, que el opúsculo aborda con imaginación importantes cuestiones de la atención médica.