En lo referente al duelo por los padres de la infancia la aceptación de la perdida no solo viene del hijo o hija, sino de los padres. El adolescente debe procesar que sus padres cuidadores y protectores ante cualquier circunstancia han desaparecido y que los seres que lo cuidaban como un “niño” ya no lo harán gracias al tiempo y los cambios que ha sufrido; igualmente los padres deberán aceptar la perdida de su hijo “niño” y todo lo que esto implica, las libertades que le deberá dar y la conciencia de su propia edad, ya que al tener un hijo adolescente se darán cuenta que su misma juventud ya se ha extinguido y que sus responsabilidades ahora son otras, enfrentase a la vejez será uno de los asuntos mas grandes que deberá tramitar el padre de un adolescente.
Lo primero que los padres deberán comprender es “la complejidad del conflicto que surge como consecuencia de haber sido desidealizados por sus hijos adolescentes y que forma parte del importante cambio que experimentas frente a las ideologías, sistemas de valores y de las nuevas perspectivas desde las que contemplan al mundo”. De esta manera el adolescente fluctúa entre una dependencia y una pseudoindependencia, es decir, aun depende y exige sustento económico de sus padres, pero al mismo tiempo demanda la libertad de manejarse como un individuo “independiente” y poder disponer de su espacio, de su tiempo y de “su” dinero de la manera en la cual el decida. Este tiempo de contradicciones significan una encrucijada para los padres y a su vez demuestran la poca integración que posee el adolescente de algunos elementos psíquicos (como el de la unión del valor del dinero y el como se obtiene este). Este tipo de situaciones origina “perplejidad en el manejo de las relaciones objetales parentales internalizadas y rompe la comunicación con los padres reales externos, ahora totalmente desubicados en el contexto de su personalidad”. De esta manera el adolescente se encuentra confundido a cerca de los padres que antes eran figuras idealizadas y todopoderosas y ahora son sujetos que, el piensa, le coartan su libertad y solo están para complicar su existencia, esto hace que choque con los padres en lo real, siendo la principal causa de desavenencias y conflictos entre ellos.
Ahora que el adolescente ha perdido aquellas figuras que durante muchos años lo acompañaron interiormente y que tenia idealizados, deberá encontrar nuevas figuras a las cuales idealizar y reconocer. Es aquí donde surgen figuras de los medios de comunicación, artistas, deportistas destacados, en el círculo más cercano amigos y mentores, los cuales llegaran a ocupar el espacio de la idealización vacante, por el momento, en el sujeto.
Ante la nueva función que ocupan los padres y que el adolescente ve mas como de limite y restricción que de cuidado y protección este puede reaccionar desde una “percepción – acción, sin pensamiento” ante las negativas a ciertos asuntos y libertades, es decir, este actuara sin medir en consecuencias (dependiendo de cada estructura psíquica); esto finalizara, en algunas ocasiones, en actos que vayan en contra de lo establecido por los padres y aumentara aun mas el conflicto ya existente con ellos. Al seguir el sujeto con el proceso evolutivo y formar su personalidad será capaz del integrar y asumir la norma, actuando y previendo las consecuencias de sus actos y actuara según este estilo de pensamiento le indique. Entre tanto los padres deberán buscar la manera de asumir la imposición de la norma y las libertades que ellos mismos deberán generar y brindar respectivamente.
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