RENÉ DESCARTES
Tratado de LAS PASIONES DEL ALMA (1649)
PRIMERA PARTE
DE LAS PASIONES EN GENERAL Y ACCIDENTALMENTE DE TODA LA NATURALEZA DEL HOMBRE
Art. 33. Las pasiones no residen en el corazón.
En cuanto a la opinión de los que piensan que el alma recibe sus pasiones en el corazón, no es nada consistente, pues se funda sólo en que las pasiones hacen sentir en él alguna alteración; y es fácil observar que esta alteración únicamente se siente como en el corazón por medio de un pequeño nervio que baja del cerebro a él, así como el dolor se siente como en el pie por medio de los nervios del pie, y los astros los percibimos como en el cielo por medio de su luz y de los nervios ópticos: de suerte que no es necesario que nuestra alma ejerza inmediatamente sus funciones en el corazón para sentir en él sus pasiones, como no lo es que el alma está en el cielo para ver en él los astros.