RENÉ DESCARTES
Tratado de LAS PASIONES DEL ALMA (1649)
PRIMERA PARTE
DE LAS PASIONES EN GENERAL Y ACCIDENTALMENTE DE TODA LA NATURALEZA DEL HOMBRE
Art. 42. Cómo encontramos en nuestra memoria las cosas que queremos recordar.
Así, cuando el alma quiere recordar algo, esta voluntad hace que la glándula, inclinándose sucesivamente hacia diversos lados, impulse los espíritus hacia diversos lugares del cerebro, hasta que encuentran aquel donde están las huellas que ha dejado el objeto que se quiere recordar; pues estas huellas no son otra cosa sino que los poros del cerebro por donde los espíritus salieron antes a causa de la presencia de dicho objeto adquirieron por esto más facilidad que los otros para que los espíritus que llegan a ellos los abran nuevamente de la misma manera; de suerte que, al llegar los espíritus a estos poros, entran en ellos más fácilmente que en los otros, suscitando así un movimiento que representa al alma el mismo objeto y hace a esta conocer que es aquel que quería recordar.