Biografía Musatto Cesare (1897-1989)
Musatto Cesare (1897-1989) Psicoanalista italiano
Nacido en Dolo, en la provincia de Venecia, de madre católica y padre judío, abogado, militante socialista y antifascista elegido senador, Cesare Musatti estudió matemáticas y filosofía en la Universidad de Padua, donde conoció a Vittorio Benussi, profesor de psicología experimenta] que también daba conferencias sobre el psicoanálisis. Se convirtió en su asistente, y en 1928 lo sucedió. No obstante, su relación con el psicoanálisis parece haber sido más antigua. Como lo indica el título de uno de sus libros, él se presentaba a sí mismo, con humor, como «hermano gemelo del psicoanálisis, haciendo referencia a su fecha de nacimiento: el 20 de septiembre de 1897. Ese mismo día, Sigmund Freud, proveniente de Padua, había pasado frente a la casa natal de Musatti. Al día siguiente, en Viena, había escrito su célebre declaración a Wilhelm Fliess: «Ya no creo en mi neurótica». Profesor y director del Instituto de Psicología Experimenta], Musatti, junto con Emilio Servadio, Nicola Perrotti y algunos otros, formó parte del pequeño grupo que se constituyó en Roma en torno a Edoardo Weiss para formar la nueva Societá Psicanalitica Italiana (SPI). Entre 1932 y 1934 dio un conjunto de cursos sobre el psicoanálisis que iba a constituirse en el fundamento de su futuro tratado. El contenido de ese libro, pero también el origen judío del autor, dieron sustancia en 1938 a la parte central de la inculpación que concluyó con su expulsión de la universidad. Enseñando psicología durante algunos meses en la Universidad Libre de Urbino, autorizado a permanecer en Italia, durante la guerra trabajó de modo más o menos clandestino en el marco de la empresa Olivetti, donde fundó el primer laboratorio de psicología industrial. En 1945 Musatti volvió a la enseñanza superior como profesor de psicología en la Universidad de Milán. Realizó entonces investigaciones sobre temas de epistemología y acerca del estudio experimenta¡ de la percepción del espacio y el movimiento, así como sobre la visión de los colores. Es notable que este sostenido interés por la psicología experimental nunca le haya parecido contradictorio con su trabajo de psicoanalista. Siempre trató de basar la unidad de la psicología sobre la idea de racionalidad. Pero muy rápidamente su interés por el psicoanálisis prevaleció sobre sus otra actividades: retomó entonces sus cursos en la Universidad de Padua, y en 1949 publicó su célebre Trattato di Psicanalisi, exposición rigurosa y ortodoxa de la teoría Freudiana, con algunos ejemplos tomados de sus propios trabajos. En 1955 hizo reaparecer la Rivista italiana di psicanalisi, que reemplazaba a las dos publicaciones efímeras anteriores a la Liberación: Psicanalisi, fundada por Joachim Flescher, y Psyche, fundada por Perrotti. La nueva revista se convirtió en el órgano oficial de la SPI, de la cual Musatti fue presidente entre 1951 y 1955, y entre 1959 y 1963. En 1963 asumió la dirección, en la editorial Boringbieri de Turín, de la edición de las obras completas de Freud, completada en 1980; esa versión constituye un modelo en el plano filológico. Su actividad institucional y editorial, sumada a una producción prolífera, convirtieron a Musatti en el verdadero «padre» del psicoanálisis en Italia, aunque él mismo rechazaba este título, que a su juicio le correspondía a Edoardo Weiss. En la década de 1960 Musatti se encontró enfrentado a lo que él consideraba un doble peligro para el psicoanálisis en Italia: que se convirtiera en un discurso consolador, en la perspectiva del humanismo cristiano derivado del Concilio Vaticano II, o bien en un arma al servicio de una revolución social y política conducida a la luz de un marxismo liberalizado. Al mismo tiempo, él, que en 1949-1950 había militado por un psicoanálisis libre de toda ideología, sobre todo en el curso de una violenta polémica desplegada en las columnas del diario comunista L’Unità con el filósofo marxista Antonio Banfi (que acusaba al psicoanálisis de ser sólo una ideología burguesa pansexual), se convirtió en defensor intransigente de un psicoanálsis perfectamente adecuado a las normas de la International Psychoanalytical Association (IPA) y, como tal, cada vez menos subversivo. Con este espíritu, a partir de la década de 1970, fue uno de los más violentos opositores a la discusión de las ideas de Jacques Lacan en Italia. Pudo aparecer entonces como el representante de las ideas más conservadoras, mientras seguía siendo un hombre de izquierda que hablaba sin rodeos, fiel en esto a la tradición familiar. Al final de su vida, aprovechando su talento pedagógico y su carisma, Musatti multiplicó las intervenciones en los medios, popularizando las ideas psicoanalíticas con artículos de vulgarización y crónicas televisadas que le valieron un inmenso renombre y un enorme capital de simpatía.