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Rascovsky Arnaldo (1907-1995) Médico y psicoanalista argentino
Nacido en Córdoba en una familia de judíos rusos emigrados a la Argentina, Arnaldo Rascovsky vivió en Buenos Aires desde 1914. Allí se orientó hacia la medicina, y después hacia la pediatría y la endocrinología. En 1936 comenzó a interesarse por el psicoanálisis, leyendo las obras de Sigmund Freud en alemán y, dos años más tarde, conoció a Enrique Pichon-Rivière, con quien trabajaba en el Hospicio de Las Mercedes. Entusiasmados por el psicoanálisis, y con la idea obsesiva de salvarlo del peligro fascista ofreciéndole una nueva tierra prometida, reunieron a su alrededor a una familia de elegidos y pioneros, que constituyó el núcleo fundador del psicoanálisis en la Argentina: entre ellos Luis Rascovsky, hermano de Arnaldo; Matilde Wencelblat, su esposa; Simon Wencelblat, hermano de ésta; Arminda Aberastury, esposa de Pichón-Rivière, Guillermo Ferrari Hardoy y Luisa Gambier Álvarez de Toledo. Analizado en 1939 por Ángel Garma, Rascovsky fue uno de los fundadores de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). Allí presentó un trabajo sobre la sexualidad infantil. Más tarde desempeñó numerosas funciones en la COPAL (futura FEPAL, o Federación Psicoanalítica de América Latina), elaboró el concepto de psiquismo fetal y se interesó particularmente en el filicidio, inspirándose en las tesis de Hermann Nunberg.
Hijo de una familia de inmigrantes judíos rusos, Rascovsky ingresó a la Facultad de Medicina de la UBA, y se orientó hacia la pediatría. En 1926 ingresó al Hospital de Niños, y en 1932 fue practicante en su «Servicio de Neuropsiquiatría y Endocrinología». En esa especialidad tuvo destacadisima actuación. Así, años después, fue fundador de la «Asociación Endocrinológica Argentina».
Hacia fines de la década de 1930 se abrió profesionalmente hacia el psicoanálisis. Las lecturas de los más destacados psicoanalistas del mundo, en especial de Jung, lo impulsaron a romper con la pediatría clásica y a orientarse hacia la medicina psicosomática.
En 1939 conoció al psicoanalista Ángel Garma, y lideró el «Movimiento Psicoanalítico Argentino«. El Dr. Ángel Garma era un prestigioso psicoanalista, sólidamente formado, miembro de la Asociación Psicoanalítica Internacional y analizado en Alemania con Theodor Reik. Integraron un grupo de lectura de Sigmund Freud con otros profesionales y psiquiatras interesados en el psicoanálisis: Arminda Aberastury, Enrique Pichon-Rivière, Matilde Rascovsky, Teodoro Schlosberg, Marie Langer («Mimi»), Celes Cárcamo. De ellos surgió el grupo fundador de la «Asociación Psicoanalítica Argentina, APA»; firmaron el acta inaugural el l5 de diciembre de 1942: Ángel Garma, Arnaldo Rascovsky, Enrique Pichón Riviere, Celes Cárcamo, Marie Langer y Enrique Ferrari-Hardoy.3 4
El Dr. Celes Ernesto Cárcamo aportó su formación en Francia, donde se había analizado con Paul Schiff y era miembro de la Sociedad Psicoanalítica de París. Algunos meses antes de firmar el Acta Inaugural de la futura Asociación, llegó a Argentina la Dra. Marie Langer, formada en el Instituto de Viena. Esa Asociación fue piedra fundamental para la formación en psicoanálisis de numerosos médicos y psiquiatras argentinos, en especial luego de los 1950s.
En 1943 fundó la «Revista de Psicoanálisis», que incluía en su número inaugural «Primeros estadios del conflicto de Edipo y de la formación del superyó», el 8º capítulo de El psicoanálisis de niños (1932), y recogió después los escritos más valiosos de Melanie Klein.5
En 1956, Rascovsky y Garma organizaron el «Congreso de Medicina Psicosomática», motor de numerosos cursos posteriores que ambos dictaron en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
En 1960, Rascovsky integró el grupo fundador de la Federación Psicoanalítica de América Latina (FEPAL). Desde allí se convirtió en la cara pública, tanto de la APA como de la FEPAL, en la Argentina.
Le encantaba la exposición pública, aparecía frecuentemente en los medios de comunicación, y sus consejos médicos (en especial acerca de la pediatría) llegaron a todas las familias del país. Así logró una figura de respeto general, tanto de la comunidad científica como de la sociedad.