Carta 50 (2 de noviembre de 1896)
Tengo que contarte un lindo sueo de la noche que sigui al entierro; estaba en un local y lea ah un cartel:
Se ruega cerrar los ojos.
Al local lo reconoc enseguida como la peluquer a que visito diariamente. El da del sepelio tuve que esperar algo ah y por eso llegu un poco tarde a la casa del duelo. Mi familia se mostr entonces descontenta conmigo por haber yo dispuesto que los funerales fuesen discretos y sencillos, lo cual luego se reconoci muy atinado. Tambi n me echaron un poco en cara el retardo. La frase del cartel es de doble sentido y quiere decir, en ambas direcciones: Uno tiene que cumplir con su deber hacia el muerto. (Una disculpa, como si yo no lo hubiera hecho y necesitara indulgencia; y el deber tomado literalmente.) El sueño emana, entonces, de aquella inclinación al autorreproche que regularmente se instala en los suprstites.
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