Carta 84 (10 de marzo de 1898)
No fue un logro tuyo desdeñable haber visto ah! terminado el libro de los sueños. Es que ha vuelto a reposar, y el problema entretanto se ha ahondado y ampliado. Me parece como si con la teoría del cumplimiento de deseo sólo estuviera dada la solución psicológica, no la biológica o, mejor, metapsíquica. (Por otra parte, te pregunto seriamente sí para mi psicología que lleva tras la conciencia es lícito usar el nombre de «metapsicología».) Biológicamente, me parece que la vida onírica parte por entero de los restos de la época prehistórica de la vida (de uno a tres años) -la misma que es la fuente de lo inconciente y la única en que se adquiere la etiología de todas las psiconeurosis, época para la cual normalmente existe una amnesia análoga a la histérica. Vislumbro esta fórmula: Lo que en la época prehistórica es visto, da por resultado el sueño; lo que en ella es oído, las fantasías; y lo que en ella es vivenciado sexualmente, las psiconeurosis. La repetición de lo vivenciado en esa época sería en sí y por sí un cumplimiento de deseo; y un deseo reciente sólo llevaría al sueño cuando pudiera ponerse en conexión con un material de ese período prehistórico, cuando el deseo reciente fuera un retoño de uno prehistórico o pudiera ser adoptado por este último. Es todavía incierto hasta dónde habré de comprobar esta teoría que llega hasta lo último, y hasta dónde podré revelarla ya en el libro de los sueños.