Las convicciones de Erich Fromm
Roberto Oscar Silva
Primera parte: El hombre
Capítulo 3 – El método
Lo que nos proponemos analizar en este capítulo es si existió un método particular de Erich Fromm ya sea para encarar los problemas psicoanalíticos o para los estudios sociológicos que son los dos ámbitos donde desarrolló su actividad. Nunca escribió un manual sobre técnica terapéutica aunque en el libro “El arte de escuchar” se recogen una serie de charlas donde abarcó este tema. Era muy reacio a las escuelas psicoanalíticas pues consideraba que llevaban irremediablemente al sectarismo y el fanatismo, ponía como ejemplo la conformación del grupo que rodeó a Freud que terminó organizándose tal si fuera un partido político.
También se sospecha que algunos conceptos del libro de Frieda Reichmann en los libros “Principios de Psicoterapia de Intensiva” reflejan los puntos de vista de él. Fue ella quién lo introdujo al psicoanálisis y lo motivó a tener esta actividad como su principal profesión, Fromm había estudiado sociología y la combinó con la psicología en lo que denominó psicología social analítica. 1 Todas las escuelas psicoanalíticas según la opinión de Fromm habían sido perjudiciales para la evolución de la teoría y para el mejoramiento profesional de los psicoanalistas. Esto se hizo más evidente en Freud que para mantener unidos a sus seguidores mediante una ideología en común, consideraba que cualquier discrepancia o intento de reforma era casi un sacrilegio. Fromm también fue víctima de los cuestionamientos de sus colegas que reaccionaron airadamente ante sus intentos de criticar ciertos aspectos de la teoría freudiana. El mismo Fromm parece que no pudo sustraerse a ese círculo que se conforma alrededor de personas destacadas, en México el grupo de sus principales discípulos derivó en una interna que mostró aquellos vicios que fueran señalados por el propio Fromm. Incluso es posible que su sorpresivo alejamiento de México se haya debido a estos problemas internos que no pudieron resolver, ni él ni sus colaboradores. La función que le asignaba al psicoanálisis iba mucho más allá de la solución de los problemas que hacían que el paciente visitara al analista. Llamó análisis transterapéutico al que continúa luego que el paciente haya curado sus síntomas, el análisis proseguía hacia nuevos fines como la liberación del hombre mediante la máxima consciencia que identificaba con el máximo bienestar, la independencia, el desarrollo de la capacidad de amar y del pensamiento crítico. En esta concepción “liberadora” del psicoanálisis creemos que hay cierta exageración. Por algún tiempo llamó psicoanálisis humanista a esta idea pero luego abandonó el término porque fue utilizado por gente con la cual mantenía serias divergencias y no quería que se lo asociara, además quiso evitar a toda costa estar dando la impresión que se proponía constituir una nueva escuela psicoanalítica.
El análisis transterapéutico revisaba algunas de las teorías de Freud, especialmente la teoría de la libido porque, según Fromm, no llegaba plenamente a la comprensión del hombre, las condiciones especiales de la existencia humana y la estructura de la sociedad podían tener mucha más incidencia que aquellas que se centran en la sexualidad y la familia, muchas de las pasiones que mueven al hombre no son esencialmente instintivas sino que están constituidas por la interacción con las condiciones existenciales y sociales.2 Indudablemente se esforzó por introducir el componente social y no reducir al individuo a un círculo cerrado donde sólo interactuaba con su familia, aún cuando la relación de la persona se limitara a su entorno familiar, siempre sostuvo que la familia era la correa de transmisión de las ideas y prejuicios de una determinada sociedad y de la clase social a la que pertenecía. Explicaba que su experiencia como psicoanalista le ayudó a comprender la necesidad de poner especial interés en la persona, no bastaba con el conocimiento profesional para llegar a conocer algo o a alguien. Fue adiestrado en la técnica freudiana ortodoxa de analizar al paciente sentándose detrás de él y escuchando sus asociaciones. Esta técnica fue desarrollada de acuerdo a prácticas de laboratorio, el paciente era el „objeto‟ a estudiar y el analista observaba el material producido por el paciente, en este contexto se suponía que el analista debía ser un observador distante más que un participante. Pero trabajando de esa forma llegó a sentirse frustrado y empezó a perder interés en el trabajo, cada vez tenía una mayor sensación de no llegar a entender a sus pacientes.
Estimulado y alentado por algunos de sus colegas que habían tenido experiencias similares, inició la búsqueda de un método distinto que a la larga descubrió que era sencillo, en lugar de ser un mero observador debía ser un participante y asumir un compromiso con su paciente. Ir de centro a centro, en vez de vincularse de periferia a periferia. Descubrió que comenzaba a comprender al paciente en vez de interpretar lo que decía, dejó de sentirse cansado y empezó a mostrar un renovado interés. Pero también descubrió que se puede ser objetivo, lo que significa ver al paciente tal cual es y no como se desea que sea, ser objetivo se logra si uno no se plantea obtener algo del paciente, ni su sumisión, ni siquiera su “curación”. 3
Sin duda en ese cambio intervino la “teoría de la relaciones interpersonales” de Sullivan, a la vez que fue desarrollando su planteo socio psicológico entre 1929 y 1932 también introdujo los conocimientos de Sullivan, ideas que lo fueron alejando del freudismo ortodoxo, escuchémoslo formular esta idea: “Creemos que el hombre es primariamente un ser social y no como presupone Freud, un ser primariamente autosuficiente y sólo secundariamente necesitado de otros para satisfacer sus necesidades instintivas. En este sentido, creemos que la psicología individual es fundamentalmente psicología social o en términos de Sullivan, psicología de las relaciones interpersonales…” 4 Es precisamente la influencia de este psiquiatra y su método de interesarse activamente por el paciente lo que parece haber influido en Fromm en la aplicación de cambios en los métodos psicoanalíticos. Por esto sería erróneo hablar de un método propio de Fromm al menos en el terreno de la terapia psicoanalítica, pero ahora ingresaremos en el terreno de la psicología social donde sin duda efectuó aportes por demás interesantes sin que por ello se pueda hablar de un método propio.
Rainer Funk nos habla de la psicología social analítica delineada por Fromm en la década del 30 pero el mismo biógrafo nos dice que dichos conceptos casi carecían de influencia en los años 80. 5
El primer trabajo que realizó en este sentido fue en 1932 y se tituló “Método y función de una psicología social analítica. Notas sobre el psicoanálisis y materialismo histórico” texto que fue incluido en el libro “La crisis del psicoanálisis” de 1971. Veamos algunas definiciones efectuadas en dicho trabajo: “La psicología social analítica, entonces significa: comprender, a partir de su estructura socioeconómica, la estructura de sus pulsiones, la postura libidinal en gran medida inconsciente del grupo”. “La familia es el medio a través de la cual la sociedad, es decir la clase, imprime al niño – y con ello al adulto- la estructura específica que a ella le corresponde; la familia es el agente psicológico de la sociedad”
En este contexto definido por Fromm: “Las manifestaciones socio psicológicas han de entenderse como procesos de adaptación activa y pasiva del aparato pulsional a la situación socio económico. El aparato pulsional mismo aparece – en ciertas fundamentaciones- como biológicamente dado, aunque ampliamente modificable, las condiciones económicas cumplen el papel de factores conformadores primarios; la familia es el medio esencial a través del cual la situación económica ejerce su influencia conformadora sobre la psique del individuo. La psicología social debe explicar a partir de la influencia de las condiciones económicas sobre las pulsiones libidinales, las posturas psíquicas e ideológicas comunes –socialmente relevantes- y en especial sus raíces inconscientes”6
Intentó unificar sus dos actividades: el psicoanálisis y la sociología, a eso denominó la psicología social analítica donde predomina el materialismo histórico del marxismo, pero siempre actuó con un espíritu crítico sin aferrarse a dogmas que limitaran la creatividad, por eso afirmaba que al marxismo le faltaba considerar las pasiones humanas. 7
Veamos cómo explica esa confluencia entre lo individual y lo social: “Para entender la dinámica del proceso social tenemos que entender la dinámica de los procesos psicológicos que operan dentro del individuo, del mismo modo que para entender al individuo debemos observarlo en el marco de la cultura que lo moldea”.8
La psicología social debía necesariamente analizar el sistema educativo porque es el aparato cultural de una sociedad el que sirve para conformar una actitud socialmente necesaria, es decir lograr que los individuos actúen y piensen acorde a los intereses de su sociedad. 9
Fromm cita por primera vez a Marx sin mencionarlo en un escrito de 1929 titulado “Psicoanálisis y sociología” y lo hizo para remarcar la función del hombre en la historia y la importancia de su voluntad. No obstante su estudio sistemático de Marx comienza cuando ingresa en el Instituto de Investigación Social, al año produce su trabajo “El dogma de Cristo”, el enfoque socio psicológico no buscaba conocer las particularidades psíquicas de un miembro de un grupo, sino detectar las tendencias comunes de los integrantes de ese grupo las cuales juegan un papel decisivo en el proceso social y político. 10
El materialismo histórico de Marx constituyó una guía para los trabajos de Fromm, en su libro “Marx y su concepto del hombre” reproduce fragmentos de “La ideología Alemana”, extraemos algunos párrafos que tuvieron particular influencia para su vida intelectual: “Totalmente al contrario de lo que ocurre en la filosofía alemana, que desciende del cielo a la tierra, aquí se asciende de la tierra al cielo. Es decir, no se parte de lo que los hombres dicen, se representan o se imaginan, ni tampoco del hombre predicado, pensado, representado o imaginado, para llegar, arrancando de aquí, al hombre de carne y hueso; se parte del hombre que realmente actúa y arrancando de su proceso de vida real, se expone también el desarrollo de los reflejos ideológicos y de los ecos de este proceso de vida” Continuando con un concepto que repetirá varias veces: “No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia”
Más adelante Marx expresaba: “Mientras que en la vida vulgar y corriente todo tendero sabe perfectamente distinguir entre lo que alguien dice ser y lo que realmente es, nuestra historiografía no ha logrado todavía penetrar en un conocimiento tan trivial como éste. Cree a cada época por su palabra, por lo que ella dice acerca de sí misma y lo que se figura ser” 11 En “El dogma de Cristo” escrito en 1930 realiza un análisis donde hace derivar las ideas y pensamientos religiosos de la estructura social y económica. Algo similar realizó en “El miedo a la libertad” y en general en todos aquellos libros donde incursionó en temas políticos o religiosos.
Este libro fue un estudio que se proponía determinar si el cambio de ciertas ideas religiosas es expresión de un cambio psicológico experimentado por la gente en general y hasta qué punto esto estaba determinado por el cambio de las condiciones de vida. El libro fue un intento por comprender las ideas y los hechos dentro de las condiciones históricas que forjan los hombres pero limitados por ciertas condiciones objetivas. Dedica un espacio considerable a detallar las condiciones de vida de los sectores sociales incursionando en la situación espiritual, económica, social y política. 12
La meta de los estudios socio psicológicos de Fromm era comprender el dogma a partir de estudiar la vida de la gente, trataba describir la clase social donde se apoyó el surgimiento del cristianismo, comprendiendo la psicología de la gente y como fue variando la composición social de los que apoyaron el cristianismo a medida que esta religión se convirtió en la religión oficial. 13 En el planteo efectuado en el libro se aparta de los conceptos defendidos por otros intelectuales que trataban explicar la conducta de los hombres a partir de su ideología, en vez de entender que la ideología es producto de los hombres. En tanto que en el libro “Humanismo socialista” definió la relación entre marxismo y psicología: “La psicología apta para servir al pensamiento marxista debe ser aquella capaz de entender la evolución de estas fuerzas psíquicas como un proceso de interacción constante entre las necesidades del hombre y la realidad social e histórica en la cual éste participa. Debe ser, desde sus mismos comienzos, una psicología social. Eventualmente debe ser una psicología crítica, sobre todo crítica de la conciencia del hombre”. Muchos marxistas insistieron en ignorar el psicoanálisis de Freud, quién elaboró su teoría dentro del materialismo mecanicista que a la larga perjudicó el desarrollo de los grandes descubrimientos efectuados por Freud y que en muchos aspectos eran incompatibles con el materialismo histórico. Pero estos cuestionamientos no invalidaban de ninguna manera los geniales aportes realizados por el padre del psicoanálisis.
En el mismo libro proclamaba que había llegado la hora que los socialistas humanistas reconozcan que el empleo de la psicología dinámica, crítica y socialmente orientada tiene una importancia crucial para el desarrollo de la teoría marxista y la práctica socialista. Insistiendo que el primer tema que se debía abordar era el del carácter social que permite determinar la característica común de un grupo (nación o clase) y que determina los actos y las ideas de sus miembros.14 Luchó fervientemente por introducir los conceptos de Freud en los ámbitos políticos y los conceptos marxistas en el ámbito del psicoanálisis, si hoy vemos eso con cierta naturalidad, por aquellos años chocaba con la resistencia de muchos intelectuales que distaban de tener su amplitud de espíritu.
Consideraba que el concepto del carácter social daba unas enormes posibilidades para el análisis que el marxismo no había explorado. Uno de los temas cruciales sobre los que insistió era preguntarse sobre la razón por la cual los miembros de una determinada sociedad mostraban lealtad aún cuando pudieran llevar una vida para nada agradable. Y se respondía que se debía a que la sociedad moldeaba la estructura de carácter de los individuos de modo que le guste realizar aquello que es conveniente para la sociedad y que se sienta satisfecho con las condiciones que esa sociedad le impone.15 Aún con una determinante influencia de Marx de ninguna manera se limitó a repetir, fue más allá al introducir el concepto del carácter social al que vinculaba con la base económica y la ideología. Es la estructura económica la que determina un carácter social en particular y ese carácter el que impulsa una determinada ideología, pero si la cuestión se cortaba ahí como decían la mayoría de los marxistas se caía en el riesgo de establecer una versión meramente mecanicista del materialismo, como efectivamente ocurrió con muchos de ellos.
Fromm indicó que se producía una retroalimentación es decir establecía un camino de ida y vuelta, una vez consolidada una ideología, ésta también influye sobre el carácter y éste a su vez establece influencia sobre la estructura económica, de alguna manera lo graficaba en el siguiente esquema 16:
Volviendo al principio, podemos descartar la existencia de un método de Fromm tanto en el plano de la terapia psicoanalítica, que por otra parte no fue su intención crearlo, ni en el plano de la psicología social. Pero esto no indica que no haya realizado importantes aportes en ambos planos aunque a nosotros nos interesa en particular el segundo aspecto, queda a todas luces registrado su amplitud de espíritu al aceptar e integrar ideas y conceptos de otros estudiosos, por ejemplo Sullivan en el plano de la terapéutica o Marx en el análisis sociológico. Al adoptar ideas de otros, lejos estuvo de realizar meras copias, por el contrario enriqueció ese pensamiento y le agregó una cuota propia creando ideas novedosas y creativas.
Fue uno de los primeros en integrar conceptos del psicoanálisis con los de la sociología, en “El miedo de la libertad” utiliza la idea de la individuación de una persona y la aplica al de una sociedad o un grupo, obteniendo a nuestro entender, una riqueza de conceptos que arrojaron luz sobre los acontecimientos que se sucedieron en su país con el nazismo. También fue uno de los adelantados al relacionar a Freud con Marx, y en esa conjunción estaba marcada su preocupación constante por el equilibrio entre lo individual y lo colectivo, era la armonía de ambos extremos lo que debía llevar al ser humano a establecer un tipo de sociedad más equilibrada y justa, es decir sin explotación de ningún tipo. Su propio biógrafo Rainer Funk y algunos de sus críticos indican que Fromm ha sido muy poco mencionado por otros autores, eso no significa de ninguna manera, que su aporte haya sido nulo, muestra que muchas de sus ideas se han integrado al patrimonio cultural de la humanidad y que las generaciones siguientes no conocían al autor de dichos pensamientos. Es indudable que en la década del 60 y 70 Fromm fue un intelectual influyente, el silencio posterior muy posiblemente pueda deberse al silenciamiento intencional que hubo sobre pensadores transformadores y los intentos dominantes por imponer un pensamiento único con la reacción conservadora primero y el llamado neoliberalismo luego. Lejos estamos de creer que el silencio sobre Fromm se deba a una casualidad o a que sus ideas carecen de interés.
Sobre toda otra consideración vemos en Fromm a un pensador crítico, libre e independiente que no se dejó encorsetar por ninguna metodología o dogma y que buscó en cada momento las mejores ideas de su época a las que enriqueció y le dio un nuevo impulso creativo.
Volver al índice principal de «Las convicciones de Erich Fromm«
Notas:
1 Fromm, Vida y Obra, pags. 86, 87 y 88
2 Del tener al ser, Erich Fromm, Paidós, 2007, pags. 102, 103 y 104
3 Ob.Cit., pags. 220, 221 y 222
4 Fromm, Vida y Obra, pag 84
5 Ob.Cit., pag 96
6 Ob. Cit., pags 110 y 111
7 El amor a la vida, pags 203y 204
8 El miedo a la libertad, Erich Fromm, Pidós, 1974, pag. 22
9 La crisis del psicoanálisis, Erich Fromm, Paidos, 1976, pags. 195, 196 y 197
10 Fromm, vida y obra., pags.102 y 103
11 Marx y su concepto del hombre, Erich Fromm, Fondo de Cultura Económica, 1973, pags. 206 y 225
12 El dogma de Cristo , Erich Fromm, Editorial Paidós, 1976, pags 14 y 15 13Ob. Cit., pags 18, 19 y 27
14 Humanismo socialista, Varios autores, Ediciones Paidós, 1980 , pags. 251 y 252
15 Ob. Cit. , pags 254 y 255
16 Fromm, vida y obra.,pags 111 y 112