El deambulador.
Lenguaje:
El uso del lenguaje implica una transformación general de la percepción, el pensamiento, los sentimientos y la inteligencia.
Al empezar a hablar puede transmitir a los otros.
El niño comprende más de lo que puede expresar con palabras.
Etapas en el aprendizaje del lenguaje: los bebés vocalizan mucho y es probable que esta vocalización preverbal contribuya para el hablar del niño.
-palabras aisladas: al final del primer año o comienzo del segundo año empieza a decir palabras aisladas con las cuales se comunica. Son predominantemente órdenes o pedidos.
-jerga expresiva: primeros intentos de pasar de las palabras aisladas a la narración. La jera expresiva es un fluido parloteo que trata de transmitir sentido.
– la jerga expresiva pronto desaparece para dar lugar a la combinación de verdaderas palabras hasta series cada vez más largas, empezando por dos a la vez.
-gradualmente aparecen las partes restantes de la oración. A los dos años y medio o tres los fundamentos del lenguaje quedan establecidos.
Hay una transición del lenguaje pasivo (comprensión) al lenguaje activo (habla).
El lenguaje característico de la etapa deambulatoria:
Jerga expresiva que imita sonidos, es un atajo de utilidad limitada y la mayoría utilizan sobre todo frases de una sola palabra (holofrases).
Los nombres concretos ocupan un gran lugar en su vocabulario.
Al principio no hay inflexiones para indicar plurales y los tiempos verbales.
Las holofrases del deambulador cumplen varias funciones.
Usa imperativos, órdenes y pedidos.
El proceso de aprender a hablar indica que el lenguaje es intrínsecamente gratificante.
Una vez que el deambulador posee un repertorio básico de palabras, empieza a reunirlas en frases de dos palabras, proposiciones o preguntas sencillas, generalmente un nombre más un predicado (¨ auto, viene ¨; ¨ nene, llora ¨).
El agrupamiento asociativo se manifiesta ya a los dos años.
Utiliza el lenguaje como instrumento y como juguete.
A los dos años el deambulador recurre mucho a la comunicación verbal, no sólo con los adultos sino también con los juguetes y consigo mismo.
En el deambulador el adulto le sirve de intermediario en la mayoría de las formas de comunicación consigo mismo. El niño no puede pensar directamente para sí, sino que lo hace en voz alta ante un adulto.
El deambulador conoce algunas palabras vinculadas con el tiempo (día, noche, primero, ahora).
Al final de la etapa deambulatoria el niño suele emplear palabras como ayer, hoy y mañana, pero confunde los términos, no puede decir cuál es su secuencia correcta. Pero tiene algún sentido de la simultaneidad.
Acompaña menudo sus otros juegos con lenguaje. A medida que el juego se vuelve más social y menos solidario, la verdadera conversación desempeña un papel creciente.
Fuente: Stone, J y Church, J. ¨Características del deambulador¨, en Niñez y adolescencia.Capítulo 5