Descartes R.: Art. 144. De los deseos cuya manifestación depende únicamente de nosotros

RENÉ DESCARTES

Tratado de LAS PASIONES DEL ALMA (1649)

SEGUNDA PARTE

DEL NÚMERO Y DEL ORDEN DE LAS PASIONES Y EXPLICACIÓN DE LAS SEIS PRIMARIAS

ORDEN Y ENUMERACIÓN DE LAS PASIONES

Art. 144. De los deseos cuya manifestación depende únicamente de nosotros.

Pero, como estas pasiones no nos pueden llevar a ninguna acción sino por medio del deseo que suscitan, es particularmente este deseo lo que debemos cuidamos de regular; y en esto consiste la principal utilidad de la moral; ahora bien, así como acabo de decir que el deseo es siempre bueno cuando le precede un verdadero conocimiento, no puede menos de ser malo cuando se funda en algún error. Y me parece que, en lo que se refiere a los deseos, el error que más generalmente se comete es que no distinguimos bastante las cosas que dependen enteramente de nosotros de las que no dependen en absoluto; pues, en cuanto a las que no dependen más que de nosotros, es decir, de nuestro libre arbitrio, basta saber que son buenas para que nunca fuera excesivo nuestro deseo de ellas, porque hacer las cosas buenas que dependen de nosotros es seguir la virtud, y es indudable que nunca puede ser excesivo el deseo de la virtud, además de que lo que deseamos de este modo no podemos menos de lograrlo, puesto que sólo de nosotros depende, y recibiremos de ello toda la satisfacción que hemos esperado. Pero la falta que en esto solemos cometer no es nunca desear demasiado, sino desear demasiado poco; y el remedio soberano contra esto es liberarse el espíritu cuanto nos sea posible de todos los demás deseos menos útiles, y luego procurar conocer bien claramente y considerar con atención la bondad de lo que es de desear.