Autor: Susana Seidmann
LA HISTORIA DEL PENSAMIENTO ACERCA DEL HOMBRE.
El camino recorrido por el pensamiento humano para abordar y explicar los
problemas de la vida fue históricamente dicotómico.
Desde los antiguos griegos (Platón, 427-347 a.C.) se buscó comprender dos
órdenes de fenómenos:
- la naturaleza de la realidad – lo objetivo –
- el carácter del alma – la mente, inmortal y eterna, no sometida a las
leyes de la naturaleza, lo subjetivo, lo intuitivo.
El énfasis en una u otra perspectiva fue variando a lo largo de los años.
Hipócrates de Cos (469-361 a. C.) incluye en su consideración de lo humano
aspectos fisiológicos, psicológicos y sociales, aunque su perspectiva del hombre tiene bases claramente biológicas.
Aristóteles (384-322 a. C.)destaca la pertenencia del hombre al mundo de la
naturaleza. El hombre es un animal capaz de pensar e inhibir un impulso natural. La mente humana al nacer es una tabula rasa, adquiere el conocimiento por la experiencia y debe ser estudiada con los métodos de las ciencias de la naturaleza. Aristóteles sienta los principios básicos de la influencia y la persuasión sociales. Se interesó por la manera en
que la persona se relaciona con el mundo, a través de los sentidos, en los que la realidad deja sus huellas. Fue un precursor del empirismo, así como Platón lo fue del racionalismo.
El pensamiento cristiano medieval retrasó radicalmente la posibilidad de estudiar la conducta humana, que se había empezado a perfilar en la cultura griega. El mundo posee una estructura jerárquica con Dios a la cabeza. El hombre es concebido como una criatura divina que no pertenece a la naturaleza. El alma procede directamente de Dios y las formas de vida social derivan de un diseño divino.
Será a partir del siglo XIV, con el Renacimiento, que aparece un nuevo interés por el hombre percibido como miembro de la naturaleza.
Los siglos XVI y XVII conducen el pensamiento humano hacia la ciencia
moderna, un vínculo más estrecho entre teoría y evidencia empírica, especialmente en el área de las ciencias naturales, alejándolo de la especulación metafísica.
El pensamiento de René Descartes (siglo XVII) significó un cambio de paradigma, aunque legó a las ciencias humanas una consideración dualista del hombre: res cogitans, alma pensante, origen de las ideas – la mente es incorpórea, no forma parte del mundo natural – y res extensa, el cuerpo concebido como una máquina que puede funcionar autónomamente – esto dio un gran impulso a investigaciones anatómicas y fisiológicas-.
Este dualismo llega hasta nuestros días y las diferentes teorías psicológicas adhieren ya sea a uno u otro polo o intentan su superación.
Esta oposición que se origina con los griegos, llega hasta los orígenes de la
psicología bajo el ropaje de diferentes pares antitéticos planteados por el pensamiento filosófico (Platón, Santo Tomás de Aquino, Descartes). Cada disciplina buscaba su propia definición, un status propio que la diferenciara de otras disciplinas vecinas – la sociología de la psicología, la psicología de la fisiología, la psicología de la filosofía-. Se buscaba el tipo de explicación más adecuada para los fenómenos humanos y los de la realidad física: - materia / espíritu
- cuerpo / mente
- irracional / racional
- objetivo / subjetivo
- colectivo / individual
- cultura / conciencia
- cultura / mente
- cultura/ naturaleza
- empirismo / racionalismo
(Locke, Berkeley, Hume (Descartes)
todo conocimiento deriva de la experiencia) - ciencias de la naturaleza / ciencias del espíritu
explicación / comprensión - exógeno / endógeno
- explicaciones centradas en el medio/ explicaciones centradas en el
individuo La historia del pensamiento humano va a dar cuenta de las maneras en que estas concepciones se distancian, se oponen o se integran en explicaciones más abarcativas de los fenómenos humanos. Los distintos pensadores darán prioridad a los fenómenos naturales, la mente concebida como una tabula rasa, un producto del sistema nervioso central (Locke, siglo XVII, empirismo inglés – no puede aceptarse nada que no sea evidente a los sentidos. Lo real es lo que se puede ver, oír, tocar-) o bien con una cualidad activa previa a la experiencia o contacto con el mundo (Leibniz, siglo XVII) entre las que se destacan las categorías apriorísticas,
innatas del pensamiento – la mente es activa, organiza la experiencia humana reuniendo información sensorial y dotándola de sentido antes de la experiencia – que señala Immanuel Kant (siglo XVIII). No se podía experimentar con una mente que no pertenecía al mundo natural. Este pensamiento demoró el desarrollo de la psicología experimental e influyó sobre el pensamiento fenomenológico posterior – el mundo significativo para el ser humano es aquél al que éste le atribuye significado en su experiencia.
Existen condiciones históricas y sociales – consolidación de una clase burguesa e impulso y apoyo a la filosofía y las ciencias desde la estructura del poder- para que una sociedad y una cultura abandone la especulación metafísica y aborde el estudio científico del mundo natural y del hombre. El logro de autonomía de disciplinas científicas, tales como la fisiología, la astronomía y la biología, brindó a la psicología un modelo de desarrollo. Será en la segunda mitad del Siglo XX que la psicología surge como disciplina científica autónoma de la filosofía.
El desarrollo del pensamiento humano progresa a través de saltos cualitativos, cambios discontinuos. Son las rupturas epistemológicas que plantea G. Bachelard (1934) o los cambios de paradigma que formula T.S. Kuhn (1962) a través de los cuales se cambia la perspectiva, se realiza un enfoque cualitativamente distinto de los hechos. - Continúa en «LA PSICOLOGÍA SOCIAL (Definición)«
Fuente: Material de la Materia de Psicología Social, Cátedra I, N° 35, de la carrera de Lic. en psicología de la UBA
https://www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras/obligatorias/035_psicologia_social1/material/descargas/historia_psico_social.pdf