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Historia de la Psicología en Argentina
Panorama general de la psicología argentina de 1901 a 1950
Participación ampliada y participación restringida
Como anecdótico para ejemplificar
Introducción
1) Conceptualizamos la infancia como una institución social, ligada a la práctica familiar, modo de educación y en consecuencia, a clases sociales. A partir de esta definición, qué aspectos privilegia cada uno de los autores trabajados (Aníbal Ponce, Carolina Tobar García y Telma Reca).
Voy a comenzar con Carolina Tobar García, que surge después del ’30, y se destaca en Educación Diferenciada – con lo cual podemos decir que se preocupa por el «modo de educación» en tanto modelo para acceder a diferenciar al niño retardado del normal, buscando una Educación especial de adaptación, para posibilitar la transformación de aquellos niños en elementos ytiles para la sociedad, sin entorpecer la tarea de los niños normales ni la de los docentes.
Tobar García desarrolla un modelo organicista como médica psiquiatra, que le hace tener una visión de la infancia bajo un eje médico que destaca el déficit. La expresión «retardado pedagógico» constituye un síndrome bastante complejo, y su dificultad estriba en el diagnóstico; no por la distinción de lo normal, sino, al contrario, de lo anormal. Aún así, concluye que no se debe distinguir entre retardado médico o retardado pedagógico, ya que todos son retardados médicos-pedagógicos. Desde este esquema crea la primera Escuela Primaria de Adaptación para Deficientes Mentales, que contará con maestros, médicos para la asistencia, y gabinete psicopedagógico.
El momento de la historia en que surge tiene que ver con su tendencia, ya que había gran inestabilidad política, con lo cual la asistencia se vuelca hacia lo biotipológico y antropológico, donde importa la clasificación y la selección. También hay que considerar la gran inmigración y la consecuente dificultad para establecer parámetros, dando lugar a cierto criterio muy general que le hace confundir desde dónde considerar el retardo escolar en el niño, basándose sólo en test psicométricos y en promedios azarosos entre edades y grados escolares repetidos, o bien en modalidades temperamentales que complican al docente en su tarea y a los demás niños menos inquietos. Es indiscutible su intención de asistencia social.
Telma Reca, surgida en el mismo año, formada en el mismo ámbito educativo y preocupada por la infancia al igual que Tobar García, pone acento en otra instancia del niño, tomando así otro camino de asistencia, dónde se tiene en cuenta el medio y la familia.
Ella no se ocupa del niño retardado sino de la Psicología Infantil en general, siendo pionera de la Clínica Psiquiátrica Infante-Juvenil en la Argentina. Trabaja en el Hospital de Clínicas del año ’34 al ’60, y crea el Centro de Psicología y Psicopatología de la Edad Evolutiva, que cubría las necesidades de la infancia, realizando múltiples actividades y teniendo una asistencia con muy diversa modalidad, buscando un equipo integral interdisciplinario con investigación que funcionó hasta 1966, habiéndose creado en 1959.
Su enfoque, a diferencia de Carolina Tobar García, es genético, dinámico y profundo. Toma en cuenta el desarrollo del niño como una evolución total donde prepondera el desarrollo dinámico del sujeto en el sentido de Lewin, un exterior no estático, y la interrelación del niño y el mundo. Su enfoque es integrador, enemigo de rótulos y no sumatorio. El niño tiene rasgos individuales y por ello no hay enfermedades sino enfermos, tomando al Psicoanálisis como método terapéutico para aplicarlo en lo social. Dirá: «El estudio debe apuntar hacia el conocimiento histórico y actual del ser psicobiológico, de sus medios familiar y social, y de sus interacciones con ellos.» El diagnóstico debe efectuarse, para Telma Reca, según dos terrenos básicos: primero el niño, y segundo su familia y el medio general. Sólo así se puede elaborar un plan de tratamiento que incluya la fijación de objetivos que estarán determinados por el trastorno que padece el niño, su personalidad, y el medio en que actúa, sin olvidar la edad del pequeño. Su fin es siempre establecer las fuerzas que actúan en él, para darle la posibilidad de expresar sus conflictos, experiencias, sentimientos y emociones reprimidos o desconocidos para él mismo.
Transcribo finalmente algo que me pareció interesante en la Conferencia de Divulgación llamada «La Higiene Mental Infantil y la Escuela»: «Es premioso que la escuela diferencie y adapte su enseñanza a la capacidad de cada uno de los educandos, que se dé luego a éstos la posibilidad de orientar su vida en el mismo sentido, y que los familiares y personas que rodean al niño sepan adoptar, con respecto a él, una actitud sabia y justa, y pedir de él lo que él pueda dar, ni más ni menos.»
Ahora, por último, hablaré de Aníbal Ponce, antecesor de Tobar García y Telma Reca, que aparece en 1920 dictando «Psicología Infantil» en el Instituto Nacional del Profesorado. Siendo alumno de José Ingenieros, hacia los 20 años toma contacto con el discurso sobre la Revolución Rusa que el mismo Ingenieros pronuncia, y realiza un cambio profundo de orientación política que lo lleva más adelante a la adhesión a las ideas marxistas, derivando en su militancia dentro de la Unión Latino-Americana, movimiento de izquierda. Su práctica se verifica en una vida consagrada al ejercicio docente y la militancia, ya que no poseyó título habilitante para ejercer una clínica, si bien estudió Medicina hasta Ser. año.
Aníbal Ponce también se ocupa de la infancia, y da primacía dentro de su enfoque no sólo a la evolución del niño, sino además a la clase social a la que el niño pertenece, creyendo que según el sistema político-económico en que está inserto, será la educación del niño. Su interés recae en la Inteligencia tomada como índice de desarrollo mental infantil, siempre teniendo presente fenómenos de la vida mental en el hombre, entendido como totalidad.
Su idea de inteligencia se opone a la de reacción instintiva, siendo definida como la capacidad general de adaptación a nuevos problemas y a nuevas condiciones. Piaget es considerado por Ponce como la figura más notable de la Psicología Infantil, y toma de él la idea de que en el desarrollo de la inteligencia no sólo hay crecimiento sino transformaciones sucesivas que permiten el pasaje de una etapa a otra. Cada etapa tiene características distintas, y dirá que son cuatro:
1 – Maduración: en tanto biológica – no adquirida; hasta los 18 meses.
2 – Técnica: desde los 18 meses a 3 años; se refiere a la construcción de la realidad por la misma acción del niño en el medio.
3 – Egocéntrica: de 3 a 7 años; se refiere al desarrollo verbal y se caracteriza por el monólogo, ya que parece que el niño guarda el lenguaje para sí, cayendo en la fábula, la incoherencia y la fantasía individual.
4 – Pensamiento Racional: se construye en la discusión por hacer lógica compartida y llegar a la objetividad socializada y analítica.
No toma al niño como un adulto en miniatura y será por eso que mas adelante realiza vinculaciones de la educación y la lucha de clases; para esto se basa en el concepto de clase social y conciencia de clase del Marxismo. Ronce dirá que la sociedad contemporánea capitalista está dividida en dos clases: la burguesía, que posee el monopolio de los medios de producción; y la proletaria, que vende su fuerza de trabajo para subsistir. Cada una posee intereses generales y duraderos que se excluyen entre sí por encontrarse en pugna. Cada persona, según Ronce, piensa y opina con mayor independencia cuanto mayor sea la conciencia de clase a la que pertenece; por eso piensa a la escuela de ese momento como un sistema de producción de obreros desde una clase dominante (burguesía), que está legitimada por la división de clases. La escolaridad debería ayudar a desplegar la inteligencia racional para lograr una sociedad educada con formación de conciencia, para crear una «clase para sí», no una «clase en sí». Cree que el sistema social inculca a los niños, desde la escuela y con los maestros como agentes, una ideología que se encarga de hacer creer el carácter natural de la diferencia de estratos, y así el educando se hace enemigo interno que juega en contra de la formación de una conciencia de clase. Desde esta perspectiva establece una articulación entre las elaboraciones psicológicas y las condiciones de organización social.
Transcribo una frase del texto «La Nueva Educación»: «Suponer que la escuela rechaza a una parte enorme de la población infantil -no por biológicamente inadaptable, que es a todas luces inadmisible- sino por no saber retenerlos mediante un plan adecuado de enseñanza, constituye una afirmación pérfidamente calculada…».
Para concluir diré que Ronce y Telma Reca utilizan criterios psicológicos en su elaboración, si bien el primero se orienta más hacia la función de la escuela y del docente, y la otra hacia la clínica teniendo en cuenta el contexto familiar y la historia del sujeto. Tobar García pone el acento en la escolarización ya que es la forma de tener un niño útil a la sociedad, aunque sea diferencialmente, y utiliza un criterio psiquiátrico para considerar el síndrome de retardo escolar, sin tener en cuenta las condiciones sociales de la familia para explicar las deficiencias.
2) Los períodos de democracia de participación ampliada y participación restringida producen distintos momentos en el tratamiento de los temas psicológicos y en especial en la concepción del sujeto. Desarrolle tomando algunos autores argentinos.
Panorama general de la psicología argentina de 1901 a 1950
Desde 1901 a 1918, la psicología argentina tiene como mayores exponentes a Horacio Pinero y José ingenieros, quienes tratan de acceder a una psicología cientificista de características empiristas tal como era la corriente llegada del exterior; con dos vertientes: una Psicología Experimental como la de Pinero, con influencia de pensadores como Charcot, Rivot y Wundt; y una Psicología Genética como la de Ingenieros, con influencia de pensadores como James, Darwin y Spencer.
Típicamente positivistas y deterministas, para ellos el sujeto es concebido como vacío que se va modelando con el ambiente. La psicología tiene un correlato en lo físico. Así Pinero crea el Primer Laboratorio Experimental de la Facultad de Filosofía y Letras. Se maneja con el modelo inductivo de la ciencia de la época, donde todo debe ser comprobado y es muy importante la objetividad, basado en una ideología monista, mecanicista y materialista. Se aplicaban técnicas de laboratorio semejantes a las de las Ciencias Naturales para el estudio del comportamiento y los fenómenos psíquicos, como percepción, memoria, aprendizaje, etc., siendo su campo aplicativo la educación y lo laboral. Ingenieros es el primero en traer la Teoría Evolucionista de Darwin, y se dedicará a la Psicología Genética, entendiendo el funcionamiento de la psiquis por la evolución.
Fue el primero en fundamentar la Psicología Criminalista, con el fin de diferenciar la locura del delito, problemática que surgía del ámbito social. Ambos responden a necesidades político-sociales, ya que Argentina, por la gran inmigración, se veía compelida a clasificar, diferenciar y seleccionar en lo laboral, educativo, institucional y criminal.
En la década de 1920 a 1930 aparece otra corriente que tiene base fenomenológica, existencialista y vitalista donde el sujeto es pensado como libre, no determinado por nada. Revaloriza al ser humano con su interioridad, con una base humanista, preocupada por los valores y con una filosofía nacionalista, no especulativa, que fomenta la libertad creadora, presente en todos los sujetos. Sus fundamentos son dualistas: por un lado, lo físico, y por otro, lo psíquico. Este modelo antipositivista tiene grandes exponentes en la Argentina, como Alberini, Korn y Mouchet, siendo sus referentes Dilthey, Max Scheller, Husserl y más tarde Sartre y Merlo Ponti.
Alberini: Ex alumno de Pinero, filósofo, metafísico, entra en oposición con el positivismo que gobierna la escena universitaria y queda definido por el pensamiento Bergsoniano. Defiende la irreductibilidad y complejidad de lo psíquico, centrándose en considerar la significación y los criterios axiológicos, por creer en una persona distinta al animal.
Korn: Discípulo de Alberini, sigue su misma línea, siendo quien se preocupa por la locura, pero la considera plausible de rehabilitación con tratamientos. Instala la labor-terapia.
Mouchet: Funda la Psicología Vitalista y revaloriza la subjetividad, si bien trabajó como un biólogo de la introspección. Surge con él, el concepto de «percepción vitalizada»: el hombre no percibe la realidad tal cual es, ya que le agrega lo que es. Así va en contra de la homogeneización científica.
Podemos concluir que esta época se caracteriza por estas dos corrientes, positivista-antipositivista, que conviven en la Argentina hasta 1950.
Participación ampliada y participación restringida
La historia político-social de la Argentina afecta a las posiciones en cuanto a la psicología y su campo asistencial y aplicativo.
Al correr de nuestra historia hemos atravesado gobiernos democráticos, antidemocráticos y otros que se disfrazaban sin saber donde ubicarlos. En los períodos de inestabilidad política como los del ’30 al ’43, la asistencia se vuelca más hacia lo biotipológico y antropológico, con una visión del sujeto con déficit, y donde importa la clasificación y selección del mismo. Ahora bien: si en lo aplicativo la inclinación es ésta, se debe aclarar que en lo conceptual el devenir exploratorio de diferentes criterios frente a la psicología no cesa ni descansa; sea en el ámbito universitario o por fuera de él, hay interés por nuevas teorías que se afianzan en estudiantes argentinos, dando lugar a partir del ’48 a una fuerza que independiza la idea de la Psicología de otras ciencias.
Si recorremos la creación de diferentes campos aplicativos, al correr de la historia, vemos con claridad que en momentos de participación ampliada pero que devienen en restringida fue común la creación de varios laboratorios que perduraron en el tiempo, como el Gabinete Psicofisiológico de Aeronáutica (del ’22 al ’55), mientras que otros fueron cerrados como el Instituto de Psicotecnia y Orientación Profesional, o bien algunos cambiaron varias veces de nombre, mostrando los cambios de criterios que circulaban (ejemplo: la sección Psicotecnia del Instituto Joaquín V. González de Rosario, que luego pasa a llamarse Gabinete de Psicotecnia, y más tarde, en el ’48, Instituto de Psicotecnia y Orientación Profesional).
A modo de aclaración, como explica la Prof. Rossi: «El laboratorio como el gabinete detentan criterios fisiológicos. El primero se usa con fines de investigación y el otro con fines aplicativos, mientras que los institutos apuestan a la asistencia y a la formación de prestadores». También es bueno revisar, después del ’43, la ausencia de personajes como Alberini y Mouchet, que sólo reaparecen en el Congreso de Filosofía de 1949 en Mendoza y en el Congreso de Psicología de 1954 en Tucumán, debido a no encontrar un campo propicio para sus teorías hasta ese momento; si bien luego se vieron representados por personajes como Marco Victoria o Thelma Reca.
La Psicotecnia y el Psicodiagnóstico toman nuevas fuerzas a partir del ’48, siendo necesitadas socialmente para clasificar y seleccionar, apareciendo la Psicometría con aplicación de Tests. Los años ’50 llegan con un Psicoanálisis maduro, diferente al del ’30 que había llegado gracias a Ortega y Gasset, filósofo español que influyó en la visión humanista del hombre.
Si bien la A.P.A. se fundó en 1942 con Ángel Garmma, era una asociación privada con fines de lucro dedicada a la formación psicoanalítica completa en forma elitista. Recién en el Congreso del ’54 participan en un acontecimiento social, dando lugar a un» Psicoanálisis Social», defendido por Pichón Riviere y Bleger.
La década del ’50 aglomera diferentes ideologías y vertientes, que luego de la caída de Juan D. Perón intensifican la necesidad de una Psicología independiente, dando lugar a la creación de la carrera en el ’57.
Como anecdótico para ejemplificar
Como figura positivista Bosch, médico, presidente y fundador de la Liga de Higiene Mental y a cargo de Clínica Psiquiátrica de la Facultad de Medicina dirige la formación de Thelma Reca y Carolina Tobar García, las cuales se destacan: la primera en Psicología Infantil y la otra en Educación Diferenciada. Thelma Reca se caracteriza por una postura más fenomenológica, genética y dinámica, con el fin del conocimiento de la personalidad del niño, su problema y su medio. Carolina Tobar García desarrolla un modelo más organicista, como médica psiquiátrica, y funda la primera «Escuela Primaria de Adaptación para Deficientes Mentales». Su visión de la infancia tiene un eje médico que detecta el déficit. Pasados los años, Braslavsky, quien tuvo a cargo una cátedra paralela a la de Tobar García (del ’59 al ’62), dice: «Todo era una concepción médica donde se analizaban casos clínicos….. A nosotros nos interesaba saber que efectos tenían estos problemas en el pensamiento, en la afectividad y en la personalidad total del individuo. No nos interesaba como estaba formado el ojo, sino lo que le pasa al ciego».
Gracias a momentos de participación ampliada donde se puede continuar la búsqueda del conocimiento, observamos que de un mismo profesor surgen dos corrientes distintas; y años después, con una psicología independiente, aparece otra visión del Sujeto.
Para referirme a la élite de la A.P.A., que se puede asociar a otras épocas en donde la educación general era elitista, reproduzco una cita de Eduardo Pavlovsky del libro «La ética del cuerpo», que ejemplifica épocas de participación restringida: «Nos dábamos cuenta de que la formación psicoanalítica que teníamos en la A.P.A. era muy buena,… pero nos resultaba insuficiente, porque nos parecía que nos aislaba de la comprensión de ciertos fenómenos sociales que nos rodeaban. Me daba la impresión de que había un límite que imponía la clase social del paciente. Como psicoanalista uno podía atender a siete empresarios y vivir quince años con esas entradas sin problemas. Pero esto nos alejaba de los problemas de la salud mental en general. Nos cuestionábamos nuestro rol como intelectuales….. en un momento de luchas sociales (1968-1969). Nos daban bibliografías muy acotadas, que producían una subjetividad elitista y reaccionaria…»