En ambas enunciaciones se observan los efectos de un cierto discurso pedagógico que afirma que es necesario y positivo (“más didáctico”, en las palabras de los entrevistados) acercarse al lenguaje de los medios y “entretener” a los niños, como si eso debiera hacerse apelando a los modos y tecnologías visuales del cine y la televisión, y como si su aburrimiento y apatía fueran independientes de la mirada que produce al sujeto de aprendizaje (Antelo y Abramowski, 2000). Hay muchas experiencias muy efectivas de trabajo con textos escritos en los que los alumnos leen mucho más que 40 páginas, que indican que el problema es más bien la forma en que se los convoca y lo que se les propone hacer con esos textos, pero en esta perspectiva pedagógica, el obstáculo parece ser el soporte libro en sí mismo, y no la propuesta didáctica. También da la impresión de que muchos docentes adoptaron los discursos mediáticos que otorgan a priori valor y productividad
al régimen de atención de los medios audiovisuales, y condenan por inútiles y aburridas las tecnologías escriturales propias de la escuela moderna. Y les dan un valor de verdad incuestionable (“les mostrás en vivo y en directo”, como si el cine o la televisión no fueran representaciones mediadas de la realidad).
En estos enunciados docentes es llamativa la coexistencia de una gran convicción en el valor testimonial y de reflejo de la realidad de los medios, con una convicción igualmente fuerte de su escaso valor moral. David Buckingham señala lúcidamente que la formación docente en las nuevas tecnologías debería seguir pensándose como una formación en medios culturales, no solo de la Web 2.0 sino de los viejos y nuevos medios, porque las preguntas sobre cómo los medios representan la realidad, sus lenguajes, sus intereses y sus formas de construir la audiencia, siguen siendo centrales para entender los diarios
impresos tanto como a Facebook o a Google (cf. Buckingham, 2010).
Muchos docentes usan blogs como forma de intercambio con sus alumnos. Buena parte de ellos se iniciaron en el 2009 durante la epidemia de gripe A del 2009:
“Cuando fue la gripe A, usé una web y un blog de participación y de foro, y
participaron y se les daba la tarea… En todas las escuelas hice una webquest y los chicos me contestaban, y yo mandaba las correcciones.”
“Justo fue para la época de la gripe A, se armó el blog como una forma de comunicarnos y colgar actividades, era algo tradicional, pero está en soporte digital, no había una elaboración tecnológica; y a partir de ahí se empezó a usar como medio de comunicación y de contacto público.”
Los blogs son fáciles de crear y de actualizar. A diferencia de las páginas web, cuya actualización es más difícil de realizar por no especialistas, el contenido de los blogs puede ser continuamente puesto al día, y también puede ser rápidamente comentado por los lectores o usuarios. En las escuelas se usan, sobre todo, para mantener informados a alumnos y padres de las actividades que se realizan; son una especie de carteleras informáticas: “Sirven para promocionar actividades deportivas, si salen a algún torneo o a hacer alguna visita, con alguna asignatura en particular, ellos trabajando en el aula, recordatorios cuando llega época de exámenes, y también es útil para nosotros
los docentes.”
También se usan para que los padres puedan ejercer algún tipo de control o vigilancia sobre la escolaridad de sus hijos. Una docente del Noroeste señala:
“Así el padre que quiere, puede controlar qué materia se dicta. Surgió a partir de
una demanda de los padres, porque hay cosas que se las ponés a los chicos en el cuaderno de comunicación y [los padres] nunca se enteran, pero sobre todo cuando traen comunicaciones como clases de apoyo desaparece. Esta es una manera para que el padre pueda acceder a este tipo de información.”
Una profesora secundaria de la Ciudad de Buenos Aires relata que tiene un blog de su materia en el que trabaja contenidos:
“Yo también tengo [un blog] de mi materia y no me puedo quejar. Hace veinte
días terminé con un proyecto de trabajar la época renacentista, donde ellos [los
alumnos] tenían que elegir un pintor o un literato y buscar un museo y armar su
propia exposición. Lo hice luego con el Siglo de Oro español y salió bárbaro, pero todo lo tenían en el blog y me dio resultado.”
El blog en este caso es usado como una plataforma donde colgar contenidos (textos, pero también videos) y donde puedan exhibirse los trabajos de los estudiantes. Una profesora de una provincia patagónica señala: “Los chicos ahora cuidan más la escritura, porque saben que otros los van a leer.
Eso es importante. Te dicen: ‘Ay, profe, me hubiera avisado que lo iba a colgar, lo hubiera revisado mejor’.”
En el primer capítulo hicimos mención a la importancia de tener otras plataformas de exhibición de los textos, que permitan alcanzar a otras audiencias y en distintos soportes. A nuestro entender, esta es otra de las oportunidades que presentan las nuevas tecnologías para prácticas de producción de textos con sentidos más legítimos y vinculados a usos
reales de los lenguajes. Los alumnos de esta profesora parecen valorar el que sus textos vayan a ser leídos por otros alumnos o por desconocidos, y no solo por su profesora. El “para qué” de la escritura tiene un sentido más claro y parece promover mayor involucramiento de los estudiantes en la producción de sus textos.
Los blogs, y su desarrollo posterior en Facebook, permiten un trabajo con otros docentes y alumnos que ayudan a desarrollar espacios de afinidad en torno a intereses de conocimiento (Gee, 2007; Ito, 2010). Estos sitios de escritura compartida muestran que pueden hacerse usos más ricos y relevantes de la producción de textos. Una profesora del Noroeste señala:
“Desde La Rioja estoy trabajando en un proyecto con profesores de Catamarca
por medio del blog y del chat. Estamos haciendo un proyecto turístico y los chicos ya se están comunicando, vamos a hacer un folleto de turismo en inglés que van a escribir sobre las características de la ciudad que van a visitar, y la idea es que los chicos de Catamarca vengan un fin de semana y escriban sobre lo mismo. La vamos a subir a Internet para que se pueda consultar; socialmente se van a comunicar entre ellos y a la vez están trabajando en inglés.”