Introducción al Autismo: Autismo en el lenguaje

Introducción al Autismo

PTO.2. Autismo en el lenguaje.

El retraso en el lenguaje es el motivo más frecuente de consulta médica; si a los dos años no se ha iniciado el lenguaje es necesario valorar su conducta social. En muchas ocasiones sustituyen el lenguaje por una jerga muy elaborada que puede parecer una imitación del lenguaje de los adultos pero que está desprovista de cualquier contenido semántico. Dentro de la jerga que utilizan, en ocasiones aparece una palabra o frase sofisticada pero totalmente fuera de contexto. Otra característica del lenguaje es la ecolalia (trastorno caracterizado por la repetición
desordenada de frases o palabras que tienden a invadir todo el discurso) y la ausencia de interlocutor durante las largas conversaciones que pueden acompañar a los juegos infantiles; discursos vacíos de contenido pero con cuidada entonación como si fueran perfectamente elaborados. En el lenguaje suele haber falta de gesticulación o de expresión facial, o esta está disociada de la comunicación; por el contrario, puede utilizar el gesto para dirigir el adulto hacia su fin, pero como si el adulto fuera un objeto más, utilizado para satisfacer sus deseos.
Un fenómeno lingüístico indicativo de la enfermedad es el uso del «tu» o el «él» en lugar del «yo».
En resumen, las principales alteraciones del lenguaje son:
¨Agnosia auditiva verbal: Es la incapacidad para descodificar el lenguaje recibido por vía auditiva y no se compensa con un esfuerzo para comunicarse mediante elementos no verbales (dibujos, gestos, etc.). El niño utiliza al adulto como simple objeto para alcanzar su objetivo. Los niños con esta disfunción lingüística son los más graves, ya que se suele acompañar de retardo mental. Se asocia con frecuencia a epilepsia.
¨Síndrome fonológico−sintáctico: pobreza semántica y gramatical acompañada de una vocalización
deficiente.
¨Síndrome léxico−sintáctico: Incapacidad de recordar la palabra adecuada al concepto o a la idea.
¨Trastorno semántico−pragmático del lenguaje: Alteración del uso social o comunicativo del lenguaje. Los aspectos prácticos del lenguaje se basan en las habilidades lingüísticas pero también en la capacidad de comunicación, en la dificultad o facilidad para interpretar el pensamiento del interlocutor. Los aspectos del lenguaje que pueden estar alterados son los siguientes:
¨Turno de la palabra: en una conversación, mientras uno habla el otro escucha y viceversa y si no es así la comunicación queda muy limitada. En niños con trastorno del lenguaje puede haber dificultad en mantener un turno de palabra correcto durante la comunicación y tienden a adoptar el papel de «hablador». Además, los autistas tienen dificultad para utilizar el contacto visual para identificar el turno de palabra.
¨Inicios de conversación: se necesitan ciertas habilidades lingüísticas y saber qué se quiere decir y como se puede decir. La capacidad de iniciar una conversación o cambiar de tema requiere ciertas habilidades mentales − sociales, saber identificar en qué momento el interlocutor está receptivo para recibir un mensaje e incluso utilizar claves no verbales que indiquen el comienzo de una conversación. Los niños autistas tienen problemas para el inicio de una conversación y para cambiar de tema. Dentro de esta alteración del lenguaje se podría incluir la tendencia de los autistas a repetir la misma pregunta, independientemente de la respuesta.
¨Lenguaje figurado: nos volvemos a encontrar con una característica del lenguaje en la que se unen
habilidades lingüísticas con habilidades sociales. Cuando hablamos, nuestras frases están llenas de dobles sentidos, significados implícitos, formas de cortesía, metáforas, giros gramaticales, etc. que regulan el uso social del lenguaje. Un niño con trastorno específico del lenguaje se encuentra con serias dificultades para entenderlo y por lo tanto tenderá a desconectar. Es necesario comprender el pensamiento del otro para participar en el intercambio de ideas, sentimientos y afectos y el niño autista se encuentra en este aspecto totalmente desbordado.
¨Clarificaciones: con este término hacemos referencia a la necesidad, para una mejor comprensión de la conversación, de repetir frases con distintos giros, repetir ideas y conceptos de manera distinta. Evidentemente es necesario poseer capacidades expresivas lingüísticas pero también saber cuando el mensaje es detectado de manera correcta. Igualmente, cuando el interlocutor no entiende bien lo que le dicen pide aclaraciones. El niño autista o con trastornos del lenguaje puede interpretar que el problema reside en su incapacidad para hacerse entender y ello le conduce a no preguntar ni pedir aclaraciones.
¨Mutismo selectivo: los niños que padecen esta alteración pueden hablar correctamente, pero en determinadas situaciones no utilizan prácticamente ningún lenguaje. Suele darse en niños autistas de funcionamiento alto.
¨Trastornos de la prosodia: la prosodia se refiere a la entonación y al ritmo que se aplica al lenguaje. En niños autistas de funcionamiento alto no es raro observar una anomalía en esta propiedad del lenguaje.
¨Hiperlexia: es un trastorno de la lectura que se da con mucha frecuencia en los niños autistas, aunque no exclusivamente en ellos, que consiste en la capacidad de leer con una perfección impropia para su edad pero con una comprensión muy limitada; leen muy bien pero no entienden nada. Esta dificultad conduce al fracaso escolar y si el problema no es detectado el niño no puede recibir la ayuda adecuada. Este trastorno se da con mayor frecuencia en niños autistas de funcionamiento elevado.

2.1. Lenguaje no Verbal y paralenguaje.
Los niños autistas se comunican más allá del lenguaje ordinario, manifiestan un lenguaje no verbal.
¿En qué consiste este lenguaje no verbal?
Pues en una serie de expresiones faciales, corporales que acompañan el juego y la interacción de estos pequeños con su medio. Las palabras en los autistas carecen de una importancia superlativa, de hecho son insignificantes para ellos. En nuestra sociedad hay una tendencia a descorporeizar la comunicación −básicamente por la inclusión de programas, instrumentos y tecnologías que, avocadas a facilitar la vida de las personas, simplifican también la comunicación, y en ese sentido, la hermenéutica, la deducción, la interpretación subjetiva entre líneas, etc.− y los autistas se vuelven doblemente incomprendidos, ya que ellos utilizan sus propios cuerpos para comunicarse.
El lenguaje no verbal en los autistas es un compendio, en efecto, de puestas en escena. Esa «presencia ausente» es en realidad una pose, y de hecho tiene un carácter comunicativo, ciertamente limitado −no vamos a negar que los autistas tienen severas dificultades−, pero indefectiblemente incomprendido. Este lenguaje no verbal está acompañado de una serie de condiciones bajo las cuales se da la interacción, en las que las peculiaridades del contexto −llámese el ambiente, el espacio, los objetos, las personas, etc.− son tremendamente importantes. El paralenguaje debe también ser tomado en cuenta −una serie de elementos extralingüísticos, entre los que destacan la pragmática, aunque para efectos de este tema no es tan importante, el paralenguaje es algo así como el correlato descriptivo de la comunicación, información parcialmente oculta, implícita−.
Desde el lenguaje no verbal hay que entender que los niños autistas sí se comunican. Hay una sintonía de los cuerpos, un sistema de comunicación arcaico o alternativo −en cierta manera, los autistas inventan su propio sistema de comunicación−. Hay que, pues, centrarnos en las señales que estos niños autistas manifiestan, interpretar sus sutilezas. Es cierto que los códigos que emplean para comunicarse son difícilmente compartidos, ambiguos. El autista, al no ser comprendido, es estigmatizado, rechazado, discriminado.
El autismo es considerado una enfermedad, pese a que no presenta síntomas reales. Se retoma aquí la idea de la estigmatización: se les menosprecia, se les animaliza. Sucede que al haberle dado una importancia superlativa a la palabra en la sociedad, los autistas han sido relegados, disminuidos, y sus sistemas de comunicación − o de precumunicación, en todo caso, esto se tiene que investigar profundamente.

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