LOS PRECURSORES (HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL)

LOS PRECURSORES (HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL)

Historia de la psicología Social

Autor: Susana Seidmann

Los comienzos de la Psicología Social se remontan a fines del siglo XIX, en
Francia, con los trabajos de Gabriel Tarde (Francia, 1843-1904, Las leyes de la
imitación, 1890 y Estudios de Psicología Social, 1898) y en Austria, con el aporte de Gustav Ratzenhofer (Die Soziologische Erkenntnis – La Toma de conciencia sociológica, 1898).
Gabriel Tarde fue reconocido tardíamente como un precursor de la Psicología
Social, asociado a la figura de Emile Durkheim, con quien polemizó acerca de la
influencia fundante del ser humano: lo individual vs. lo social.
Así como Durkheim afirmaba que lo social, las normas sociales son exteriores al
individuo y ejercen sobre él una coerción que le es extraña, Gabriel Tarde enfatizó el papel del individuo, de sus innovaciones y sus invenciones sobre el desarrollo social. La persona, según Tarde, interioriza las normas que se transforman en lo más íntimo del sujeto. La conciencia colectiva no tiene una existencia independiente de los individuos.
Asimiladas a la conciencia, la coerción normativa se hace interior, frente a las creencias y deseos. Esta idea es germen de posteriores estudios de opiniones y actitudes.
Es a través del estudio de la imitación (Las leyes de la imitación, 1890) por lo que se incorporó la figura de Gabriel Tarde a la historia de la Psicología Social, no siempre con un énfasis correcto en lo que para G. Tarde fueron los conceptos fundantes de la Psicología Social.
Tarde subraya el carácter dinámico y selectivo de la imitación. Somos el resultado de la combinación de una multiplicidad de otros. Tarde preanuncia así la posterior teoría del rol y la perspectiva social del sí mismo que deriva de “asumir el rol del otro”.
El estudio del individuo puede aplicarse al conocimiento del grupo, ya que éste
está compuesto por individuos y la consideración de las relaciones sociales –
interpsicología – está asociada con un claro énfasis en lo interaccional, que Tarde denomina intermental e interespiritual. La interpsicología se refiere, en G. Tarde, a la reciprocidad de las imitaciones. En el proceso social, los individuos se influyen recíprocamente, construyendo una conciencia colectiva. La interacción entre las “conciencias”, la conversación perfila la posterior teoría de la comunicación.
Tarde anticipa también desarrollos metodológicos y técnicos futuros, la creación de laboratorios de interpsicología, el uso de estadísticas y de la observación.

En Alemania, en la segunda mital del siglo XIX, cobra importancia la
transformación universitaria generada por Humboldt que enfatiza la importancia de la investigación y que atraerá 10.000 estudiantes americanos a Alemania entre 1865 y 1914.
Se discuten dos formas de conocimiento: Natürwissenschaft/ Geisteswissenchaft, ciencias naturales/ ciencias humanas y sociales, que responden a dos filosofías diferentes, el paradigma cartesiano frente al paradigma hegeliano. Descartes preparó el terreno para la emergencia de las ciencias naturales en los siglos XVII y XVIII y Hegel lo hizo para el surgimiento de las ciencias humanas y sociales en los siglos XIX y XX a través de su “Fenomenología del Espíritu” y el acceso al saber absoluto, a la consideración de la subjetividad, de la interioridad, el self considerado en relación al
otro, superando la dicotomía.
Este fue el contexto conflictivo en el que surgió la psicología como ciencia
experimental y social.

En la historia de la psicología se destaca la figura de Wilhem Wundt (1832-
1920), un científico prolífico que crea simultáneamente

una psicología experimental – no social – como disciplina autónoma,
ciencia de la naturaleza

una metafísica científica y

una psicología social histórica –ciencia social no experimental, ciencia del espíritu.
La creación de la psicología fisiológica experimental (Grundzüge der
Physiologische Psychologie – Rasgos fundamentales de la Psicología Fisiológica, 1873- 74 – coincide con la del primer laboratorio de Psicología(1879). Wundt crea una psicología que estudia estados o contenidos de la conciencia, procesos sensoriales
básicos, con el método de la introspección o análisis de la experiencia consciente, acentuando la consideración de lo psíquico como estructura de sensaciones y sentimientos.
La introspección se manifiesta para el sujeto como percepción interna de
elementos de la propia conciencia, la reacción a un estímulo mensurable, una conciencia que aísla al individuo de los otros y del fenómeno cultural. El objeto legítimo de la investigación científica es aquello presente en la conciencia. “…el único camino que la Psicología puede tomar es aquél que parte de los más elementales problemas de la vida anímica, los cuales se hallan ocultos en los fenómenos de la percepción sensible…” dirá W. Wundt en 1920. Wundt insiste en la cuantificación y control de las variables
psíquicas, aspectos centrales del método experimental.
De especial interés para la Psicología Social es su Psicología de los pueblos.
Apuntes para una psicología histórica del desarrollo de la humanidad (1916, 10 tomos), un trabajo de corte etnológico que estudia las formas de comportamiento colectivo, los procesos mentales que trascienden a los individuos y que surgen por asociación en una comunidad cultural y son importantes para la comprensión de procesos cognitivos
superiores no cognoscibles por introspección. Estudia la relación entre lenguaje y pensamiento.
Con esta obra, Wundt desarrolla la historia psicológica de la humanidad, diferente de una psicología de la conciencia individual, aborda el Volkgeist o espíritu o mente del pueblo, buscando aquello que hace de varios individuos un solo pueblo, cómo la diversidad se transforma en comunidad , fenómeno inexplicable desde la perspectiva individual. Wundt apunta a mostrar los espíritus y mentes de diferentes pueblos, razas y comunidades, cómo piensan, hacen y se instalan en el mundo, así como los productos
culturales, el lenguaje, las costumbres, los mitos, la religión, la magia y las cogniciones.
La cultura se define como un proceso colectivo influido por los cambios históricos.
Analiza la mente en sus manifestaciones externas, es decir, en términos de cultura que se halla más allá del percatamiento individual consciente. Wundt busca develar los procesos mentales superiores, producto de creaciones sociales, culturales y artísticas únicamente explicables a partir de un punto de vista histórico.
Estas ideas de Wundt tienen un antecedente importante en la psicología social rusa (aproximadamente 1860), una psicología de corte etnográfico que estudia los procesos mentales como un producto histórico y cultural, otorgándole especial relevancia al papel del lenguaje en la construcción de un pensamiento compartido. Estas son las ideas que retomará años más adelante Lev Vigotski.
La obra de Wundt es producto del pensamiento alemán, enraizado en el esfuerzo de creación de un Estado-Nación, como división político – administrativa y con el desarrollo de una conciencia nacional en el siglo XVIII que propenderá el surgimiento posterior del nacionalismo.
La influencia del pensamiento de W. Wundt será notable en alguno de sus
coetáneos como Emilio Durkheim, en particular sobre la consideración del hecho social como algo externo al individuo que no puede ser comprendido desde la perspectiva psicológica individual, en el abordaje sociológico de la moralidad y en la diferenciación
entre representación individual y representación colectiva.
Wundt influyó en importantes pensadores de la psicología como George H.Mead, Lev Vigotski y A. Luria, quienes señalan el surgimiento de los procesos mentales ligados a los procesos históricos y sociales y en particular a la comunicación.
Los aportes de Wundt serán el germen de una de las dos tradiciones históricas de la psicología social: la Psicología Social Sociológica, que estudiará la conciencia individual como resultado de la creación de significados en la interacción social. Algunas de las figuras relevantes que fueron influídas por Wundt fueron G.H.Mead y W.I.
Thomas.
W. Wundt fue una figura clave para todo el devenir de las ciencias sociales del
siglo XX. Trazó líneas de pensamiento que fueron seguidas o refutadas pero, de ningún modo ignoradas. Su ascendencia se vio reflejada en la psicología social, en el psicoanálisis (S. Freud, Totem y tabú), en la lingüística, en la sociología, en la antropología cultural y social.
Fue un hombre que realizó un trabajo sistemático y constante a lo largo de muchos años. Su producción significó cambios fundamentales en el pensamiento acerca del hombre. Separó la psicología de la especulación metafísica y la convirtió en ciencia experimental, muy cercana a los desarrollos de la biología y creó una psicología social no positivista, ligada a los desarrollos de una historia de la cultura y a la comprensión de la conducta humana, emergiendo de la interacción en contextos sociales.
Francia es también la cuna de algunos pensadores cuyos aportes fueron cruciales para la psicología social. Emilio Durkheim (1858-1917), sociólogo positivista vinculado a los orígenes de la sociología en Francia, enfatizó la primacía de lo social por encima de lo individual. Lo social es irreductible a una explicación psicológica individual, posee características peculiares y es anterior a la existencia del individuo. “La causa determinante de un hecho social debe ser buscada en otros hechos sociales precedentes y no en los estados de conciencia individual” (E. Durkheim, 1894, Las reglas de método
sociológico). Este fue el punto sobre el cual polemizó con Gabriel Tarde acerca de la primacía fundante de los fenómenos humanos: lo social vs. lo individual.
Le interesa a Durkheim la relación del individuo con la solidaridad social y cómo diferentes formas de organización social generan sistemas organizados de creencias y conocimientos sobre la realidad, las categorías básicas del pensamiento y la conciencia colectiva que los psicólogos sociales actuales tomarán como piedra angular en el desarrollo de la noción de representación social. De hecho, Durkheim diferencia las
representaciones individuales, estudiadas por los psicólogos, de las representaciones colectivas que los sociólogos estudian tomando objetivamente los hechos sociales. Esta es el área que S. Moscovici retomará más adelante en su teoría de las representaciones sociales (1961) que indica el punto de síntesis de la anterior antítesis durkheimiana entre la primacía de lo individual vs. lo social, una perspectiva más sociológica de la psicología social. Durkheim sostenía que había que tomar para su estudio “a los hechos sociales como cosas”, factibles de ser analizados objetivamente.
Es también en Francia que surge la consideración de la conducta de las masas, en la figura de Gustavo Le Bon, un noble preocupado por la irrupción de las masas a partir de la Revolución Francesa. Se hacía necesaria una disciplina que explicara el comportamiento social, conocer los mecanismos del control social frente a una Europa convulsionada, signada por cambios drásticos y acelerados, movimientos políticos revolucionarios, procesos de industrialización y urbanización, con los correlatos sociales de migraciones, división y enfrentamiento de clases.
Para G. Le Bon (“La Foule”, 1895), los fenómenos de masas eclipsan todas las
características humanas individuales positivas. El ascenso de las masas coincide con la declinación de la civilización, ya que el “alma colectiva”, a través de la sugestión y el contagio, propende una conducta inconsciente e irracional, de modo que los hombres “sienten, piensan y actúan de un modo completamente distinto a como lo haría cada uno de ellos por separado”. La masa se transforma así en una entidad psicológica distintiva e independiente de los miembros que la componen. Le Bon acerca su consideración de las
masas a las entidades psicopatológicas de su tiempo y a los abordajes de intervención en boga, la hipnosis como forma de control social presente tanto en los métodos curativos de la histeria como en los fenómenos de masas espontáneos.
Los estudios precursores sobre psicología de las masas y psicología colectiva
sentarán las bases para la moderna psicología social europea, que tanto peso e importancia le otorga a los condicionamientos sociales de la conducta humana.

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Fuente: Material de la Materia de Psicología Social, Cátedra I, N° 35
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