Fuente Intersecciones Psi (revista electrónica dela facultad de Psicología – UBA)
Autor: NATALIA PUTRINO, LEANDRO CASARI, BELÉN MESURADO Y MARTÍN ETCHEVERS
La investigación surgió dado que existe una marcada diferencia entre los efectos de la psicoterapia para el trastorno depresivo mayor (DM) y trastorno límite de la personalidad (TLP), siendo el tratamiento menos efectivo para este último. Considerando la importancia de la relación terapéutica en el pronóstico de los resultados terapéuticos, algunos de estos efectos diferenciales podrían explicarse por reacciones distintivas que los pacientes provocan en sus terapeutas.
El objetivo de la presente investigación fue caracterizar percepciones que tienen los terapeutas de sus reacciones emocionales y fisiológicas a pacientes diagnosticados con DM o TLP.
Para ello se realizó una entrevista semi-estructurada con 43 psicólogos clínicos de Argentina con diferentes orientaciones teóricas. Se les pidió a los terapeutas que pensaran en un paciente con quien habían trabajado el año pasado con DM y otro con TLP. Para asegurar que los terapeutas tenían un entendimiento común sobre cada trastorno, incluimos una definición de TLP y DM del Manual Diagnóstico y Estadístico del trastorno mental, quinta edición (American Psychiatric Asociación, 2013). Les pedimos a los terapeutas que describieran los sentimientos que experimentaron durantesus sesiones con cada paciente. También preguntamos si los terapeutas podían describir alguna sensación corporal que recordaban mientras estaban en sesión con cada paciente.
Las reacciones de los terapeutas se clasificaron mediante un análisis de investigación cualitativo consensual modificado. Los resultados de la investigación sugieren que los psicoterapeutas sientan emociones de desregulación con pacientes con TLP y sensaciones de fatiga con pacientes con depresión.
Nuestro estudio proporciona algún apoyo para la premisa de que los terapeutas pueden reflejar las experiencias internas de sus pacientes. Por ejemplo, los pacientes con TLP tienden a sentir y actuar de una manera más errática y emocionalmente inestable. Desde una perspectiva interpersonal, uno podría predecir que los terapeutas responderán con tensión muscular (excitación) y agotamiento (postarousal). Similar, uno puede predecir somnolencia y energía reducida (agotamiento) cuando se trabaja con pacientes con DM, siendo estos síntomas comunes en este trastorno.
En resumen, estas respuestas emocionales y fisiológicas de los terapeutas pueden reflejar la angustia de los pacientes (Levenson, 2013). En consecuencia, es necesario que los psicoterapeutas reconozcan sus propias reacciones corporales, tomar conciencia y ser capaz de dar sentido a sus emociones y sus sensaciones fisiológicas(Clarkin y Yeomans, 2013). Esta habilidad podría mejorar las habilidades de regulación emocional y permitir a los terapeutas a estar más en sintonía y receptivos a las necesidades de los pacientes en sesión (Rieffe, Oosterveld, Miers, Terwogt y Ly, 2008).
Por último, cabe destacar que la fortaleza de este estudio es que se evaluaron reacciones contratransferenciales, en cuanto a lo que el psicoterapeuta refiere de sus reacciones corporales en el tratamiento de pacientes con diferentes trastornos, como el trastorno límite de la personalidad y depresión mayor. La metodología es cualitativa porque permite un mejor enfoque para acceder a las percepciones y juicios de los terapeutas.