Investigador Titular: Gonzalo Salas Contreras
(Universidad Central de Chile )
CDID “Centro de Documentación. Investigación y Difusión de la Carrera de Psicología”
Universidad Católica “Ntra. Sra. De la Asunción”
Theodule Ribot y el método patológico.
Theodule Ribot (1839-1916) el más relevante psicólogo de la historia de la psicología científica francesa, fue desde 1885 profesor de la Universidad de la Soborne y posteriormente en 1888 se hizo cargo de la cátedra de psicología experimental del Colegio de Francia. Saiz, Saiz, De la Casa, Ruiz y Sánchez (2009) mencionan que para algunos historiadores franceses, la figura de este psicólogo centralizaría y aunaría el inicio de la psicología científica de su país, ya que intentó independizar la psicología de la filosofía metafísica como de la fisiología y porque además representó un proyecto institucionalizador a través de su cátedra, laboratorio y revista. Respecto a esta última se puede mencionar que fue fundada en 1876 con varios profesores y estadistas ilustres. Revue Philosophique, -el nombre esta publicación-, a juicio de Valenti (1922) llegó a ser la revista más autorizada de Europa, contando con un sólido prestigio y una mayor influencia en el mundo docto.
El IV Congreso Internacional de Psicología se reunió en Paris en 1900, bajo la dirección Theodule Ribot y Pierre Janet. En este congreso invadido por un gran número de ocultistas, de espirituistas y de teósofos, aparecieron igualmente la psicología religiosa y la psicología animal. Ebbinghaus, en una ponencia denominada la psicología ahora y hace cien años, observaba que la nueva ciencia a ejemplo de sus hermanas mayores, había quedado liberada de sus tradiciones nacionales, Ribot, en su discurso inaugural, esbozó un balance de las investigaciones y de las experiencias realizadas en el transcurso de los últimos diez años. Otorgó además, un puesto de honor a la anatomía y fisiología, ciencias auxiliares de la psicología que colocaban a esta última ante la tarea de interpretar diversos procesos trasladándolos a su propio terreno (Mueller, 1960/1993). Klappenbach (2006) en sus notas respecto al artículo de Piñero (1903/2006) agregaría que el Primer Congreso Internacional de Psicología Fisiológica también se realizó en París, en el año 1889 y fue presidido de manera nominal por Charcot, aunque en realidad por Ribot, uno de sus vice-presidentes, junto con Magnan y Taine. Estos congresos que adquirireron diversos nombres en el pasado, en el presente son congregados por la International Union of Psychological Science -IUPSyS- y denominados International Congress of Psychology (ICP) habiéndose realizado el último en Berlín, el año 2008 y el próximo se desarrollará el año 2012, cuando en Cape Town, Sudáfrica se congregue el XXX Congreso Internacional de Psicología.
Volviendo a Ribot, declaró su visión científica de la psicología cuando mencionó “Hasta aquí la psicología ha tenido la desgracia de caer en manos de los metafísicos. Se ha formado así una tradición difícil de romper”. La evolución de Ribot, refleja las vicisitudes de la nueva psicología, aspirando a un status legal en el mundo científico, particularmente en sus relaciones con dos vecinos molestos: la filosofía y la fisiología (Mueller, 1965).
La obra de este prestigioso psicólogo francés se desarrolla abordando diversos tópicos relacionados con la patología, en tres textos claves. Las enfermedades de la personalidad (1885), Las enfermedades de la voluntad (1882), Las enfermedades de la memoria (1881) (Ribot, 1912, 1922, 1927). En estos tres textos, se denota su preocupación por dar a conocer los principales avances en materias de psicopatología y en ningún caso destacándose solamente como un compilador de información, sino que concibiendo sus propias teorías.
En su trabajo, Las enfermedades de la personalidad, estudia sucesivamente las condiciones orgánicas afectivas e intelectuales de la personalidad, insistiendo sobre las anomalías mentales, considerando temas como las perturbaciones orgánicas, las perturbaciones afectivas e intelectuales, llegando a temas tan complejos como la disolución de la personalidad (Ribot, 1912). De acuerdo a Ribot (1922) en su trabajo Las enfermedades de la voluntad, el autor menciona lo siguiente: “El principio fundamental que domina la psicología de la voluntad, bajo su forma impulsiva, en el estado sano como el morboso, es que todo estado de conciencia tiene siempre una tendencia a expresarse, a traducirse por un movimiento, por un acto. Este principio no es más que un caso particular, propio de la psicología de esta ley fundamental: que el reflejo es el tipo único de toda acción nerviosa, de toda vida de relación” (p.8). En este mismo trabajo, aborda otros temas relacionados con el debilitamiento de la voluntad, la falta de impulso, el exceso de impulso, debilitamiento de la atención como el aniquilamiento de la voluntad.
En el tercero de los trabajos referidos, se dedica al tema de la memoria, estudiando en detalle las amnesias generales, amnesias parciales como las exaltaciones de la memoria (Ribot, 1927). Respecto a la memoria, aparece su mirada claramente biologicista donde plantea que esta es el último término de una larga evolución, como un florecimiento, cuyas raíces parten de lo profundo de la vida orgánica: en una palabra, que la memoria es por esencia, un hecho biológico, por accidente; un hecho psicológico.
Ahora bien, no solo en los libros escritos por Ribot aparecen temas vinculados a la psicopatología, de hecho en el volumen 2 de L´Année Psychologique (Ribot, 1895) escribió un trabajo denominado Los caracteres anormales y mórbidos. Como se puede apreciar en lo extenso de su obra aparece la referencia al método mórbido, patológico o clínico que a juicio de a Saiz, et. al (2009) es un método de observación prolongada que trata de estudiar los procesos psíquicos en su fase de su desorganización mental individual, bajo la creencia de que esta observación permite conocer en profundidad el pensamiento psíquico, normal en sus procesos de evolución, involución o deterioro. Este método propugnado por Ribot como método científico principal, es especialmente válido para la explicación de las enfermedades mentales y fue utilizado además por la escuela psicopatológica derivada de él, muy particularmente por Pierre Janet. Por lo tanto, gracias al trabajo de ambos, la psicología francesa se habría consolidado en el estudio de la psicología anormal.
Pasando a otra esfera, una de las obras de Ribot, que mayor prestigio alcanzó a nivel internacional, es el libro denominado Psicología de los Sentimientos, aparecido por primera vez en 1896, el cual documenta un considerable caudal de datos interesantísimos, recogidos unos, de primera mano por el autor y espigados, otros, en las obras de los más famosos cultivadores de la psicología experimental, psiquiatría y neuropatología. Pone de manifiesto Ribot en este volumen, hasta la evidencia, la importancia que revisten los estados afectivos y el predominio que éstos ejercen, tanto en la esfera individual como en la colectiva, así como la transcendencia que alcanzan los sentimientos y las emociones que casi siempre prevalecen sobre las representaciones mentales en la vida (Valenti, 1922).
Parafraseando a Ribot (1896), se puede decir que la patología de cada emoción ha sido indicada a modo de complemento y aclaración, intentando hacer ver que bajo apariencias de confusión, de incoherencia y de promiscuidad, hay desde lo morboso a lo normal, de lo complejo a lo sencillo, un hilo conductor que puede siempre reconducirnos al punto de origen. La tesis que defiende el autor respecto a los estados afectivos es la tesis fisiológica en la cual menciona que estos son “son primitivos, autónomos, irreductibles a la inteligencia, pudiendo existir fuera de ella”. Esta mirada la plantea en contra la tesis intelectualista, que plantearía a los estados afectivos como secundarios, derivados o funciones del conocimiento.
Metodológicamente hablando, Ribot pensaba que la psicología debe moverse entre lo subjetivo y lo objetivo, utilizando tanto la introspección como el fecundo método experimental. Tempranamente se convirtió en un defensor acérrimo y pasional, casi histriónico de la nueva psicología científica. Pensaba que la vieja psicología era estrecha, pueril, superficial, verbal (no real) y escolástica.
“El psicólogo debía renunciar a esta psicología metafísica y optar por el acercamiento científico a los fenómenos psíquicos. Pese a defender frecuentemente a la metodología experimental, en sus investigaciones, Ribot siguió aplicando el método médico y descriptivo típico de la psicopatología francesa de la época” (Roselló, Rubi, Revuert y Munar, 1998, p.55).
Ribot, pretendió fundamentar una psicología científica, basada en el estudio de los hechos e independiente de la filosofía. El influjo de Ribot, permitió la aparición de la psicología científica, introdujo la escuela de los ingleses y alemanes en la psicología francesa y la convirtió en neuropatología mental. Sus campos de investigación principales fueron las perturbaciones mentales y los problemas del lenguaje. “El fundador de la psicología francesa se centró en el estudio de la patología, intentando aproximar los mecanismos normales a la mente de los patológicos”. (Sos Peña y Molto 1993, p.70).
Finalmente mencionar que en lo extenso de su legado, Ribot abordó una diversidad de temas, que pasan por los diversos procesos psicológicos, como atención, memoria, emociones y sentimientos, donde considera como ya se ha indicado, la mirada desde la psicología patológica. Otros trabajos importantes de Ribot, son la Psicología de la atención (1888), La herencia psicológica (1873), La imaginación creadora (1900), Ensayo de las pasiones (1906), La evolución de las ideas generales (1897), (Ribot, 1899, 1900, 1901, 1929). A modo de analogía y por todo lo anteriormente planteado, la acción de Ribot, presentaría la envergadura de la acción ejercida por Wilhelm Wundt en Alemania.
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