La Psicología de 1850 a 1950, Michel Foucault
El prejuicio de la naturaleza
Bajo su diversidad, las psicologías del fin del siglo XIX poseen como rasgo común el tomar prestado de las ciencias de la naturaleza su estilo de objetividad, y el buscar, dentro de sus métodos, su esquema de análisis.
1) El método físico-químico. Es el que sirve de común denominador a todas las psicologías de la asociación y del análisis elemental. Lo encontramos definido con la mayor nitidez en la Logique de J.S. Mill y en su Preface to James Mill’s Analisys .Los fenómenos del espíritu tanto como los fenómenos materiales exigen dos formas de investigación: la primera intenta, a partir de los hechos, acceder a leyes más generales según el principio de la universalización newtoniana; la segunda, al igual que el análisis químico para los cuerpos compuestos, reduce los fenómenos complejos a elementos simples. La psicología tendrá entonces la tarea de reencontrar en los fenómenos más complejos del pensamiento los segmentos elementales que los componen. En el principio de la percepción y del conocimiento de la materia, encontrará la sensación (“la materia puede ser definida como una posibilidad permanente de sensación”); en el principio del espíritu y del conocimiento que el espíritu tiene de si mismo, la psicología descubrirá el sentimiento. Pero estos elementos, en sus relaciones y en sus agrupamientos, son regidos por la ley absolutamente general de la asociación, en la medida en que es universal, pero solamente las formas de aplicación dentro de los diversos tipos de fenómenos mentales.*
2) El modelo orgánico. No se busca ya definir el dominio psicológico por las coordenadas tomadas de la física de Newton o la química de Lavoisier; ahora el esfuerzo se dirige a captar más de cerca la realidad humana definida por su naturaleza orgánica, tal como se la conoce desde Bichat, Magendie, Claude Bernard. El psiquismo, como el organismo, es caracterizado por su espontaneidad, su capacidad de adaptación y sus procesos de regulación interna.
Bain, a partir de un estudio de los instintos , Fechner mediante el análisis de la relación entre el estímulo y el efecto sensorial , Wundt, al retomar el problema de la actividad específica de los nervios , todos valorizaron ese tema esencial: el aparato psíquico no funciona como un mecanismo, sino como un conjunto orgánico, en el que las reacciones son originales y, por consecuencia irreductibles a las acciones que las desencadenan. Es necesario entonces, como lo decía Wundt, substituir el principio de la energía material por el principio del crecimiento de la energía espiritual. Es en este sentido que fueron emprendidas, al final del siglo XIX, las investigaciones experimentales sobre los umbrales absolutos y diferenciales de la sensibilidad, los estudios sobre los tiempos de reacción y las actividades reflejas: en una palabra, toda esta constelación de estudios psico-fisiológicos en los cuales se buscaba la inserción orgánica del aparato psíquico.
Esta misma inspiración orgánica suscitó las investigaciones sobre las regulaciones internas del psiquismo: placer y dolor, tendencias, sentimientos, emociones, voluntad. Para Bain, el placer resulta de la armonía de las sensaciones, y el dolor de sus contradicciones y de sus conflictos . Por debajo de los fenómenos conscientes Ribot busca el principio de esas regulaciones que caracterizan la vida activa y la vida afectiva: en una región en la que el placer y el dolor no afloran aún hay un “inconsciente dinámico” que trabaja, que elabora “en la sombra combinaciones incoherentes o adaptadas”; esta “subpersonalidad” envuelve en su profundidad el origen de la gran trinidad afectiva, constituida por el miedo, la cólera y el deseo; son los tres instintos nacidos directamente de la vida orgánica: instinto defensivo, instinto ofensivo, instinto nutritivo .
3) El modelo evolucionista. El Origen de las especies fue, a mediados del siglo XIX, el principio de una renovación considerable dentro de las ciencias del hombre que provocó el abandono del “mito newtoniano” y aseguró su relevo por un “mito darwiniano” cuyos temas imaginarios no han desaparecido totalmente del horizonte de los psicólogos. Esta mitología grandiosa sirve de decorado del Sistema de filosofía de Spencer; los Principios de psicología son precedidos por los Principios de biología y seguidos por los Principios de sociología. La evolución del individuo es descrita así a la vez como un proceso de diferenciación –movimiento horizontal de expansión hacia lo múltiple– y por un movimiento de organización jerárquica –movimiento vertical de integración en la unidad. Así procedieron las especies en el curso de su evolución y así procederán las sociedades en el curso de su historia; así procede el individuo en el curso de su génesis psicológica, desde el “feeling indiferenciado” hasta la unidad múltiple del conocimiento.
Jackson, en la neurología, Ribot, en la psicología patológica, retomaron los temas spencerianos. Jackson definió la evolución de las estructuras nerviosas por tres principios: va de lo simple a lo complejo, de lo estable a lo inestable, de lo más organizado a lo menos organizado. Esto implica, como contrapartida, que la enfermedad sigue la ruta inversa a la evolución; deteriora primero las estructuras más inestables y más recientes y avanza rápidamente hacia las estructuras más sólidas y más antiguas. Pero la enfermedad es también disociativa: la supresión de las estructuras superiores provoca una desintegración que descubre y libera las instancias inferiores . Ribot trasladó los análisis neuropsiquiátricos de Jackson a los dominios de la personalidad, de los sentimientos, de la voluntad, de la memoria : en las amnesias, son los recuerdos más antiguos y estables los que permanecen, mientras son borrados los más recientes y superficiales; en las alteraciones de la vida afectiva, los sentimientos egoístas que son también los más arcaicos reaparecen, así como surgen de nuevo los automatismos cuando la voluntad se derrumba, o las estructuras inconscientes de la personalidad cuando las formas lúcidas están obnubiladas.
La importancia del evolucionismo para la psicología se debe sin duda a que ha sido el primero en mostrar que el hecho psicológico no tiene sentido más que en la relación a un porvenir y a un pasado, que su contenido actual descansa sobre un fondo silencioso de estructuras anteriores que la cargan de toda una historia, pero que implica al mismo tiempo un horizonte abierto hacia lo eventual. El evolucionismo ha demostrado que la vida psicológica tiene una orientación. Pero para separar la psicología del prejuicio de la naturaleza, resta aún mostrar que esta orientación no es solamente una fuerza que se desarrolla, sino una significación que nace.
Fuente: “La psychologie de 1850 à 1950”, en D.Huisman y A.Weber, Histoire de la philosophie européenne, t.II, Paris, Librairie Fischbacher, 1957. Reproducido en M.Foucault, Dits et écrits, Paris, Gallimard, 1994, t.I, pp.120-137.
Traducción: Hernán Scholten
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