Psicología Clínica



La influencia del conductismo


Hans Eysenck, al promover la idea de que los psicólogos clínicos debían ser asesores e investigadores, contribuyó al desarrollo de un proceso que habría de cambiar la profesión con sus críticas a la psicoterapia tradicional y su defensa de la ciencia y el tratamiento ‘nuevos’ de la terapia conductista, terapia cuyo objetivo es la modificación de conducta de una persona y no el análisis de las causas que la provocan, objeto del psicoanálisis.

Investigación

La psicología clínica es una disciplina que se fundamenta en la investigación. Los programas de evaluación y tratamiento que utiliza están basados en teorías psicológicas y han sido probados en condiciones controladas y con criterios objetivos. Por ejemplo, el tratamiento conductista-cognitivo de la depresión se ha probado en gran número de individuos que sufrían síntomas específicos reconocidos como parte de esta enfermedad. Este tratamiento se compara con otros (tratamientos con drogas y terapias) y sus resultados son a la vez comparados y evaluados por investigadores que desconocen qué tipo de tratamiento ha seguido cada paciente (‘tests ciegos’). Para comprobar la mejoría de los pacientes se incluyen también métodos objetivos, como los cuestionarios.

Este tipo de ‘test ciego’ no es la única forma de establecer los efectos de un tratamiento determinado, y hay casos en los que no es recomendable por razones éticas o prácticas. En estos casos se recurre a otros métodos tales como los estudios individualizados, en los que se aplica un tratamiento de forma intermitente y no continuada. Si un observador ‘ciego’ comprueba que existe una mejoría durante la aplicación del tratamiento y un deterioro al suspenderlo, es razonable concluir que el tratamiento resulta efectivo.

El trabajo de los psicólogos clínicos

Los psicólogos clínicos trabajan con pacientes de todas las edades y abarcan una gran variedad de disciplinas. También colaboran con gran número de profesionales de la salud mental, como los psiquiatras (que en la actualidad son médicos especializados en el tratamiento de enfermedades mentales), geriatras, pediatras y psicoterapeutas. Algunos psicólogos clínicos se especializan en ramas o escuelas particulares de psicoterapia.

En primer lugar, colaboran en el diagnóstico de los pacientes. Por ejemplo, una lesión o una enfermedad cerebral puede afectar a múltiples capacidades o características de una persona, aparte de provocarle problemas físicos. El psicólogo clínico, al utilizar diversos tests psicológicos, como las escalas de memoria e inteligencia de Wechsler, puede evaluar cuáles son las áreas que presentan problemas y ayudar a establecer un programa de rehabilitación. Por ejemplo, si una persona con una lesión cerebral tiene problemas para recordar un dato importante (como dónde guardar la cafetera o la fecha de una cita), el psicólogo clínico puede ocuparse de organizar la colocación de etiquetas en los lugares más importantes de la casa o enseñar a la persona el uso de instrumentos de memoria artificial como las agendas personales.

En segundo lugar, los psicólogos clínicos se ocupan de los tratamientos de pacientes con problemas de diversa índole. Estos tratamientos pueden estar basados en planteamientos teóricos diversos (por ejemplo, las teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud y otros), aunque suelen recurrir a principios conductistas o conductistas-cognitivos. Estos principios, que derivan de las teorías del condicionamiento clásico y del operante, ideadas respectivamente por Ivan Pávlov y B. F. Skinner, han logrado un gran avance al aumentar el conocimiento sobre los elementos mentales o cognitivos de los desórdenes psicológicos.

Si una persona sufre una fobia, como la agorafobia, el psicólogo intentará comprender tanto el comportamiento como los esquemas mentales del paciente. El psicólogo determinará la causa por la que el individuo ha desarrollado el temor a salir (por ejemplo, si ha padecido experiencias desagradables, como la de haber sido atacado, que le hayan podido originar ansiedad) y tratará de ayudarle a controlar tanto las sensaciones fisiológicas asociadas con la ansiedad (taquicardia, pánico, sudor), como los pensamientos negativos asociados con la idea de salir al exterior (‘si salgo, perderé el conocimiento’).

En tercer lugar, los psicólogos clínicos se dedican a la investigación, que puede englobar estudios en profundidad sobre la efectividad de un determinado tratamiento o el estudio de un paciente en concreto. Finalmente, la mayoría de los psicólogos clínicos se dedican a la enseñanza, bien sea de médicos o enfermeras, de psicólogos que estén realizando prácticas clínicas o de otros grupos de personal sanitario.