Salud mental: Propuestas para investigaciones futuras

Salud Mental – Propuestas para investigaciones futuras

¿Dónde se encuentra la prevención y promoción de la salud mental en el momento actual?

Autor: García Moratalla, Beatriz

Fuente: Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, vol. XXVII, núm. 100, 2007, pp. 355-365 – Asociación Española de Neuropsiquiatría Madrid, España

Propuestas para investigaciones futuras

La revisión en la literatura actual revela un llamativo consenso con respecto a

qué hacer en los programas de prevención primaria y promoción de la salud mental.

Para que la prevención y promoción de la salud auguren un buen futuro, es necesario

un nuevo giro que reconduzca la trayectoria hasta ahora trazada y que permita modelar

y/o cambiar muchas de las características que definen hoy en día la prevención.

En primer lugar, es importante promover el entendimiento comunitario acerca

de la naturaleza de la salud mental y del trastorno mental, clave para los cambios en

las políticas y prácticas actuales (30). Fomentar una mayor conciencia de la importancia

de las poblaciones tanto en términos de comprensión de la etiología de los trastornos

mentales como del foco de intervención. Es necesario recuperar la perspectiva

comunitaria basada en intervenciones políticas de salud dirigidas a la población (2;

10; 11; 16; 23; 31), que reconozcan que el individuo se encuentra inmerso en un sistema

social concreto en el que es necesario un cambio social y una acción política

donde participen distintos colectivos para alcanzar derechos equitativos y reducir el

estrés de las situaciones sociales adversas. Los objetivos y propuestas de los programas

preventivos deben estar claramente definidos, priorizados o modificados basándose

en el asesoramiento del riesgo individual, incluyendo una mayor diversidad que

incorpore la heterogeneidad de los individuos dentro de la investigación de las distintas

poblaciones a estudiar. Los programas ya instaurados que, de algún modo, son

prometedores y eficaces deberían ser identificados, estudiados más detenidamente

para validar su efectividad y diseminarlos con la posibilidad de ser modificados para

que puedan aplicarse en nuevos campos (14; 30).

Es necesario que la Administración Pública se implique en cuanto a los recursos

socioeconómicos que destina a dichos programas, que exista una colaboración

interdisciplinar (30) entre diversos campos científicos (clínicos, investigadores,

políticos, servicios sociales, educadores, etc.), e incluso, una cooperación internacional

(20) que permita una coordinación y un conocimiento de los programas preventivos

implantados en los diversos países y se facilite la replicación de programas

específicos en distintos grupos, comunidades y poblaciones.

Se deben emplear métodos científicos más rigurosos con el uso de otras

metodologías como ensayos randomizados, y, en concreto, métodos cualitativos

que evalúen efectos interactivos y no lineales (31; 32) así como estudios longitudinales

a largo plazo (19) que avalen los resultados de seguimiento de dichos programas. Se precisan

también investigaciones para validar la calidad de la implantación

de estos programas y su relación con los resultados, así como la evaluación

del coste-efectividad y coste-beneficio de dichas intervenciones y la evaluación de

los programas en términos de validez interna y externa, y de fiabilidad.

Y, por último, es primordial la acción conjunta entre los equipos de salud

mental y de atención primaria para el desarrollo y la implantación de los programas

preventivos. Si ya los programas preventivos son deficientes en salud mental,

la escasez de ellos en atención primaria es relevante. Los programas de promoción

y prevención primaria de salud mental deberían implantarse desde la atención primaria,

dado que es el dispositivo profesional con el que contactan el mayor número

de ciudadanos a lo largo del año y actúa como primer filtro para las enfermedades

mentales. Lógicamente, dichos programas deberían implantarse apoyados y

coordinados con los servicios de salud mental, con unos objetivos realistas y posibilistas,

de acuerdo a las limitaciones que hoy en día existen en ambos dispositivos

(sobrecarga asistencial, poca motivación y escepticismo de los profesionales,

escasez de recursos, etc.). Algunos autores (33) han propuesto recomendaciones

de prevención y promoción en salud mental desde Atención Primaria con subprogramas

dirigidos principalmente a las llamadas transiciones o crisis psicosociales;

dichos subprogramas se catalogan como sencillos, poco costosos, eficientes y

accesibles que van a actuar principalmente en la detección de factores de riesgo en

dichas transiciones y aplicación de unas recomendaciones para que los asuman los

médicos de cabecera. En aquellos casos que evolucionen a enfermedad mental o

se compliquen, entonces estaría indicada la derivación a salud mental.

Es evidente que la tarea es compleja y ardua, y requiere la implicación de

muchas partes para reconducir la prevención y promoción en salud mental. Si no

fuese así, estamos avocados a atender cada vez más a personas que acudan a consulta,

ya no sólo con enfermedades mentales, sino con problemas de la vida o

malestares inespecíficos que demanden ayuda profesional para resolverlos, bien

porque los dispositivos correspondientes no les han ofertado esa ayuda o bien porque

las personas sean cada vez menos capaces de afrontar y resolver sus problemas

de una forma más legítima y adecuada.

Volver a la primera parte de «¿Dónde se encuentra la prevención y promoción de la salud mental en el momento actual?«

BIBLIOGRAFÍA

(28) MÁRQUEZ, S.; MENEU, R., «La medicalización de la vida y sus protagonistas», Gestión clínica y sanitaria, 2003, 5, pp. 47-53.

(29) CRAWFORD, R., «Healthism and the Medicalization of Everyday Life», International Journal of Health Services, 1980, 10, pp. 365-388.

(30) HERRMAN, H., «The Need for Mental Health Promotion», Australian and New Zealand Journal of Psychiatry, 2001, 35, pp. 709-715.

(31) WEICH, S., «Prevention of the Common Mental Disorders: a Public Health Perspective», Psychological Medicine, 1997, 27 (4), pp. 757-764.

(32) KOHN, L.; CHAVOUS, T. M., «How far Have We Come-Where Should We go?», Prevention & Treatment, 2002, 5, article 7. (www.journals.apa.org/prevention/volume5/pre005007.html).

(33) TIZÓN, J. L.; CIURANA, R., «Prevención en salud mental: el programa de actividades preventivas y promoción de la salud (mental) de la SEMFYC», Revista de la A.E.N., 1994, 47-48, pp. 43-64.