El vocabulario de Michel Foucault: LETRA N
Norma
(Norme, Normalisation, Normalité). Como exponemos en los artículos Biopoder, Biopolítica, Disciplina y Poder, el análisis foucaultiano del poder está centrado en su funcionamiento. Desde esta perspectiva, Foucault sostiene que para abordar la cuestión del poder es necesario dejar de lado los conceptos tradicionales de “ley” o “soberanía”, así como también la noción de represión, que ofrece una representación sólo negativa de sus mecanismos. Para Foucault, en su forma moderna el poder se ejerce cada vez más en un dominio que no es el de la ley, sino el de la norma, y, por otro lado, no simplemente reprime una individualidad o una naturaleza ya dada, sino que positivamente la constituye, la forma. Foucault distingue dos modalidades fundamentales de ejercicio del poder en las sociedades occidentales y modernas: la disciplina y la biopolítica, es decir, el poder que tiene como objetivo los individuos y el poder que se ejerce sobre las poblaciones. Disciplina y biopolítica son los ejes que conforman el biopoder. En efecto, el biopoder define el verdadero objeto del poder moderno, esto es, la vida, biológicamente considerada. El concepto de normalización se refiere a este proceso de regulación de la vida de los individuos y de las poblaciones. En este sentido, nuestras sociedades son sociedades de normalización. “La sociedad de normalización es una sociedad en la que se cruzan, según una articulación ortogonal, la norma de la disciplina y la norma de la regulación. Decir que en el siglo XIX el poder ha tomado posesión de la vida, decir al menos que en el siglo XIX el poder se ha hecho cargo de la vida es decir que ha llegado a cubrir toda la superficie que se extiende de lo orgánico a lo biológico, del cuerpo a la población, por medio del doble juego de las tecnologías de disciplina, por una parte, y de las tecnologías de regulación, por otra” (IDS, 225). • Las sociedades modernas no son simplemente sociedades de disciplinarización, sino de normalización. Surveiller et punir puede dar lugar a una interpretación reductiva, sólo en términos de disciplina. Pero es necesario completar el análisis con La volonté de savoir y los cursos “Il faut défendre la société” y Les Anormaux, dictados en el Collège de France y recientemente publicados. En ellos Foucault se ocupa del otro eje del biopoder: el poder en el nivel de la población y de la raza. Muestra, además, cómo se articulan disciplina y biopolítica (véanse los artículos respectivos). • Es necesario subrayar que la descripción de Foucault se refiere a una sociedad de normalización, no a una sociedad normalizada. La normalización describe el funcionamiento y la finalidad del poder. Pero aunque la realización de este objetivo haya alcanzado una extensión notable, no por ello es hegemónica; debe enfrentarse con los movimientos de lucha y cuestionamiento (véase: Lucha). La filosofía, en el sentido en que Foucault la entiende, cumple una función de anti-normalización. Ley y norma. Foucault establece cinco diferencias fundamentales entre la norma y la ley: 1) La norma refiere los actos y las conductas de los individuos a un dominio que es, a la vez, un campo de comparación, de diferenciación y de regla a seguir (la media de las conductas y de los comportamientos). La ley, por su parte, refiere las conductas individuales a un corpus de códigos y textos. 2) La norma diferencia a los individuos respecto de este dominio considerado como un umbral, como una media, como un optimum que hay que alcanzar. La ley especifica los actos individuales desde el punto de vista de los códigos. 3) La norma mide en términos cuantitativos y jerarquiza en términos de valor las capacidades de los individuos. La ley, en cambio, califica los actos individuales como permitidos o prohibidos. 4) A partir de la valoración de las conductas, la norma impone una conformidad que se debe alcanzar; busca homogeneizar. A partir de la separación entre lo permitido y lo prohibido, la ley busca la condena. 5) Finalmente, la norma traza la frontera de lo que le es exterior (la diferencia respecto de todas las diferencias): la anormalidad. La ley, en cambio, no tiene exterior; las conductas son simplemente aceptables o condenables, pero siempre dentro de la ley (SP, 185). “Nos convertimos en una sociedad esencialmente articulada en torno de la norma, lo que implica otro sistema de vigilancia, de control. Una visibilidad incesante, una clasificación permanente de los individuos, una jerarquización, una calificación, el establecimiento de límites, una
exigencia de diagnóstico. La norma se convierte en el criterio de división de los individuos. Desde el momento en que es una sociedad de la norma la que se está constituyendo, la medicina, en tanto es la ciencia por excelencia de lo normal y de lo patológico, será la ciencia reina” (DE3, 75-76). “La norma no se define como una ley natural, sino por el rol de exigencia y de coerción que es capaz de ejercer en relación con los dominios en los que se aplica. La norma es portadora, en consecuencia, de una pretensión de poder. La norma no es simplemente, no es ni siquiera un principio de inteligibilidad; es un elemento a partir del cual determinado ejercicio del poder se encuentra fundado y legitimado. Concepto polémico, decía Canguilhem. Quizás se podría decir político” (AN, 46). “Otra consecuencia de este desarrollo del biopoder es la importancia creciente tomada por el juego de la norma a expensas del sistema jurídico de la ley. […] No quiero decir que la ley desaparezca o que las instituciones de justicia tiendan a desaparecer, sino que la ley funciona cada vez más como una norma y que la institución judicial se integra más y más a un continuum de aparatos (médicos, administrativos, etc.) cuyas funciones son sobre todo reguladoras” (HS1, 189-190). Medicina, psiquiatría, psicoanálisis. La sociedad de normalización coincide con la formación del Estado gubernamentalizado (véase: Gobierno), es decir, con una forma de ejercicio del poder que depende estrechamente del saber o, mejor, con aquella forma en la que los mecanismos del poder y del saber se sostienen y refuerzan mutuamente. Foucault insiste sobre la función de normalización que desempeñan los saberes: medicina, psiquiatría, psicoanálisis, psicología. • Nos ocupamos del rol de la medicina en el artículo Medicalización. La sociedad de normalización es una sociedad fundamentalmente medicalizada. • “Tecnología del instinto es lo que ha sido el eugenismo desde sus fundadores hasta Hitler. Del otro lado tienen ustedes, frente al eugenismo, la otra gran tecnología de los instintos, el otro gran medio que ha sido propuesto simultáneamente, con una sincronía notable, la otra gran tecnología de corrección y de normalización de la economía de los instintos que es el psicoanálisis. El eugenismo y el psicoanálisis son las dos grandes tecnologías que se han armado hacia fines del siglo XIX para dar pie a la psiquiatría en el mundo de los instintos” (AN, 124). • En la nueva psiquiatría, la psiquiatría que reemplaza la de los alienistas, la psiquiatría dominada por la noción de automatismo, nos encontramos con un doble juego de la norma: la norma entendida como regla de conducta y la norma entendida como regularidad funcional. La primera se opone al desorden, a la excentricidad, al desvío en el orden de los comportamientos. La segunda se opone a lo patológico, al mal funcionamiento del organismo. A causa de este doble juego de la norma la psiquiatría encontrará su punto de anclaje en la medicina orgánica a través de la neurología. Lo anormal en el orden de las conductas será referido a lo anormal en el orden del organismo (AN, 149-150). Racismo. “La raza, el racismo, es la condición de
aceptabilidad de la condena a muerte en una sociedad de normalización. Allí donde ustedes tienen una sociedad de normalización, allí donde tienen un poder que es, al menos en toda su superficie y en primera instancia, en primera línea, un biopoder, y bien: el racismo es indispensable como condición para poder condenar a muerte a alguien, para poder condenar a muerte a los otros” (IDS, 228). Véase: Racismo. Sexualidad. La importancia de la sexualidad para Foucault radica en que el sexo se ubica en el punto en el que se cruzan el eje de las disciplinas y el eje de la biopolítica. (HS1, 191-192) Véase: Sexualidad. Democracia, soberanía. “La forma jurídica general que garantizaba un sistema de derechos, en principio igualitarios, estaba sostenida por estos mecanismos minuciosos, cotidianos y físicos, por todos estos sistemas de micropoder esencialmente desigualitarios y disimétricos que constituyen las disciplinas. Y si de manera formal el régimen representativo permite que directa o indirectamente, con o sin relevo, la voluntad de todos forme la instancia fundamental de la soberanía, las disciplinas dan, en la base, la garantía de la sumisión de las fuerzas y de los cuerpos. Las disciplinas reales y corporales constituyeron el subsuelo de las libertades formales y jurídicas. […] El Iluminismo, que descubrió las libertades, también inventó las disciplinas” (SP, 223-224). El poder se ejerce entre estos dos límites: el derecho de la soberanía y la mecánica de las disciplinas (IDS, 34). Ciencias humanas. En Les Mots et les choses el concepto de norma aparece, junto con el de función, como uno de los modelos constitutivos de las ciencias humanas (véase: Hombre).
Norme [182]: AN, 43, 46, 147-151, 260, 264. AS, 248-249. DE1, 134, 151, 447, 452, 453, 458, 463, 506, 696, 841. DE2, 129, 168, 224, 323, 346, 360, 362, 364-366, 390, 595, 614, 675, 695-697, 731, 814. DE3, 50, 74-76, 188, 288, 291, 373-374, 378, 380, 407, 436, 442, 447, 495, 523, 697. DE4, 95, 199, 377, 379-381, 757, 771, 775. HF, 124, 141, 237, 406, 561, 565, 607. HS1, 10, 50, 53, 72, 189-190, 195-196. HS2, 53. IDS, 21, 34, 53, 71, 156, 213, 225. MC, 369, 371-374, 386-387. MMPE, 13, 73. MMPS, 13, 73. NC, 36, 53, 123. OD, 62. PP, 17, 56-58, 206-208, 234. SP, 185-186, 195, 224, 228, 257, 306, 310.
Normalisation [143]: AN, 3, 24, 39-40, 45-46, 48, 124, 151, 239, 249, 253, 311. DE2, 316, 362, 433, 454, 456, 614, 622, 640-641, 644, 663, 724, 758-759, 793, 828. DE3, 76, 92, 146, 147, 150, 188-189, 213-214, 273, 358, 373-374, 376, 421. DE4, 10, 16, 60, 95, 199, 204, 339, 345, 384, 546, 576, 610, 643, 781-782. HS1, 12, 92, 118, 138. HS2, 18. IDS, 34-36, 53, 160-162, 166, 217, 223, 225, 228. MC, 389. PP, 57, 59, 87. SP, 25, 186, 228, 251, 303, 313-315.
Normalité [42]: AN, 241, 265. DE1, 358, 634. DE2, 418, 433, 454, 469, 685-686, 781. DE3, 50, 375-376, 670. DE4, 30, 82, 180, 311, 342, 379, 581, 772. HS1, 155, 204. HS2, 278. MMPE, 16. MMPS, 16. NC, 35. PP, 116, 282. SP, 25, 186, 229, 303, 311.
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