EDUCACIÓN INFANTIL: Principales factores que intervienen en su desarrollo

3.- PRINCIPALES FACTORES QUE INTERVIENEN EN SU DESARROLLO.
3.1. El papel de la herencia y el medio.
El polémico análisis sobre el papel que en la determinación del desarrollo personal
juegan, respectivamente, la herencia (innatismo) y el medio ambiente
(ambientalismo)) se empezó planteando en términos tajantes y exclusivistas. Por una
parte, los innatistas defendían una prefiguración del desarrollo psicológico en los
genes y, por otra, los ambientalistas rechazaban toda idea de determinación
genética, reclamando para el ambiente todo el peso de la determinación. A esta
etapa siguió otra de dualismo, en la que se aceptaba la intervención de ambos
aspectos, pero se discutía sobre qué porcentaje del desarrollo se debía a la herencia
y qué porcentaje al medio ambiente.
Factores externos
Qué duda cabe que, la alimentación y nutrición, son aspectos que inciden en el
desarrollo y crecimiento de un niño.
Una situación de malnutrición en un período crítico, puede tener consecuencias
negativas en un futuro.
Las variables ambientales, como las condiciones de salud, hábitos sociales
relacionados con los ritmos fisiológicos y con las costumbres de la sociedad, el clima
afectivo en el que se desenvuelve el niño/a; la estimulación o experiencias a las que
se le somete … son determinantes del desarrollo.
Factores internos.
La carga hereditaria del niño, ese potencial genético además de transmitir las
características peculiares de cada individuo, proporciona las pautas generales de
conducta del individuo.
La maduración del sistema nervioso. Las diversas posibilidades de interacción y
combinación entre estos dos tipos de factores, posibilitan las características
personales específicas y las diferencias individuales.
Hoy prevalecen las teorías interaccionistas – contextualistas, puesto que es de
sentido común aceptar que nuestro comportamiento y desarrollo se ven influidos
tanto por aspectos genéticos como por aspectos ambientales, el problema
fundamental estriba en conocer cómo se relacionan los unos con los otros, y en
establecer si hay momentos del desarrollo o contenidos evolutivos en los que, en la
interacción entre lo dado por la herencia y lo adquirido en contacto con el entorno,
uno u otro aspecto juegan un papel determinante.
3.2. Mecanismos del desarrollo intelectual.
PIAGET concibió el progreso cognitivo como un proceso de constante interacción del
individuo con el medio. Hay una «asimilación» de los objetos de conocimiento a los
esquemas que el sujeto ya posee; por ejemplo, en los primeros meses de vida los
conocimientos del niño son, básicamente, los reflejos, de succión, prensión, etc. Las
características particulares de los objetos de conocimiento, que son nuevas respecto
a los esquemas que el sujeto posee, (la consistencia o el tamaño de los objetos, en
el ejemplo citado), inducen a una modificación de los mismos que se define como
«acomodación». Se producen, por tanto, unos procesos de «regulación» por los que el
sujeto se va adaptando y va modificando su comportamiento y sus concepciones
según su interpretación del medio. El mismo objeto de conocimiento es integrado de
forma distinta en los diferentes momentos evolutivos. Las acomodaciones que se han
producido en un momento no son válidas en otro. Es por ello que un concepto clave
de la teoría piagetiana que explica este proceso dialéctico del conocimiento entre el
sujeto y el medio es el de «equilibración». Para Piaget hay un constante proceso de
desequilibrio ante un contenido que no se adecúa totalmente a los conocimientos
previos del sujeto, y una búsqueda de formas de equilibración o equilibrio, la mayoría
de las cuales entran en conflicto en momentos posteriores, ante la creciente
capacidad del sujeto de reflexionar sobre la realidad.
3.3.- Condiciones educativas y desarrollo.
Para J. PIAGET Y BARBEL INHELDER el desarrollo precede al aprendizaje y, por
consiguiente, es necesario conocer los niveles de desarrollo alcanzados por los niños
para poder, de este modo, conocer lo que van a ser capaces o no de hacer y adaptar
los procesos de aprendizaje a esos niveles de desarrollo. Con ello, se sitúa en la línea
de las posturas maduracionistas, que mantienen, respecto a las posibilidades de
aprendizaje de los niños, una actitud de espera. Es necesario esperar que el niño
alcance determinados niveles de desarrollo para proponerle determinados
aprendizajes.
Para VYGOSTKY Y MAKARENKO, en cambio, el aprendizaje precede al desarrollo,
despertando procesos que, de otra manera, no podrían ser actualizados. Hay, pues,
que ayudar al niño en su proceso de desarrollo. La postura vigostkiana es, por
consiguiente, una postura de intervención. Considera que una propuesta adecuada
de aprendizajes puede contribuir a impulsar el desarrollo cognitivo de los niños.
PARA ALBERT BANDURA, conciliador de ambas posturas (desarrollo y aprendizaje
al mismo tiempo y nivel) el aprendizaje se puede adquirir a través de la experiencia
directa y/u observando el comportamiento de los demás. Así, las aportaciones de
ambas posturas llevan a la actitud actual de considerar que desarrollo y aprendizaje
son dos procesos íntimamente relacionados; que el nivel de desarrollo favorece la
adquisición de determinados aprendizajes, pero que una adecuada influencia
ambiental potencia las posibilidades de desarrollo madurativo del sujeto.

Volver al índice principal de «EDUCACIÓN INFANTIL«