Obras de S. Freud: Las metamorfosis de la pubertad

Tres ensayos de teoría sexual (1905): Las metamorfosis de la pubertad

Con el advenimiento de la pubertad se introducen los cambios que llevan la vida sexual infantil a su conformación normal definitiva. La pulsión sexual era hasta entonces predominantemente autoerótica; ahora halla al objeto sexual. Hasta ese momento actuaba partiendo de pulsiones y zonas erógenas singulares que, independientemente unas de otras, buscaban un cierto placer en calidad de única meta sexual. Ahora es dada una nueva meta sexual; para alcanzarla, todas las pulsiones parciales cooperan, al par que las zonas erógenas se subordinan al primado de la zona genital (1). Puesto que la nueva meta sexual asigna a los dos sexos funciones muy diferentes, su desarrollo sexual se separa mucho en lo sucesivo. El del hombre es el más consecuente, y también el más accesible a nuestra comprensión, mientras que en la mujer se presenta hasta una suerte de involución. La normalidad de la vida sexual es garantizada
únicamente por la exacta coincidencia de las dos corrientes dirigidas al objeto y a la meta
sexuales: la tierna y la sensual (2). La primera de ellas reúne en sí lo que resta del temprano
florecimiento infantil de la sexualidad (3). Es como la perforación de un túnel desde
sus dos extremos.
La nueva meta sexual consiste para el varón en la descarga de los productos genésicos. En
modo alguno es ajena a la anterior, al logro de placer; más bien, a este acto final del proceso
sexual va unido el monto máximo de placer. La pulsión sexual se pone ahora al servicio de la
función de reproducción; se vuelve, por así decir, altruista. Para que esta trasmudación se logre
con éxito, es preciso contar con las disposiciones originarias y todas las peculiaridades de las
pulsiones.
Como en todos los otros casos en que deben producirse en el organismo nuevos enlaces y
nuevas composiciones en mecanismos complejos, también aquí pueden sobrevenir
perturbaciones patológicas por interrupción de esos reordenamientos. Todas las perturbaciones patológicas de la vida sexual han de considerarse, con buen derecho, como inhibiciones del desarrollo.

Continúa en ¨Las metamorfosis de la pubertad: El primado de las zonas genitales y el placer previo¨

Notas:
1- Nota agregada en 1915. La exposición esquemática hecha en el texto se propone destacar las diferencias. Antes, en la pág. 181, se consignó en qué medida la sexualidad infantil se aproxima a la organización sexual definitiva por su elección de objeto, agregado en 1924 y el despliegue de la fase fálica.
2- La frase «la tierna y la sensual» fue agregada en 1915.
3- Esta oración fue agregada en 1920.
4- Nota agregada en 1924. Cf. un intento de solucionar este problema en las observaciones introductorias de mi ensayo «El problema económico del masoquismo» (1924c).