Fragmento de análisis de un caso de Histeria. (1905 [1901]): Historial clínico de Dora
Nota introductoria:
Aunque este historial clínico fue publicado en octubre y noviembre de 1905, en su mayor parte ya estaba escrito en enero de 1901. El hallazgo de las cartas enviadas por Freud a Wilhelm Fliess (Freud, 1950a) nos ha ofrecido gran cantidad de datos contemporáneos sobre esta cuestión.
El 14 de octubre de 1900 (Carta 139), Freud le dice a Fliess que había comenzado a trabajar poco tiempo atrás con una nueva paciente, «una muchacha de dieciocho años». Esta muchacha era evidentemente «Dora», cuyo tratamiento, según se nos informa en el propio historial, terminó el 31 de diciembre. Durante todo ese otoño, Freud estuvo dedicado a su Psicopatología de la vida cotidiana (1901b), y el 10 de enero escribe (en una carta inédita) que está trabajando simultáneamente en esa obra y en «Sueños e histeria, fragmento de un análisis» -título original de la presente, tal como el propio Freud aclara en las «Palabras preliminares». El 25 de enero (Carta 140) escribe: «Ayer terminé «Sueños e histeria». Es un fragmento del análisis de un caso de histeria, y las elucidaciones versan en él en torno de dos sueños. De modo que en realidad es una continuación del libro sobre los sueños. [La interpretación de los sueños (1900a) había sido publicado un año antes.] Contiene además soluciones de síntomas histéricos y consideraciones acerca del fundamento sexual-orgánico de esa enfermedad en su conjunto. De todas maneras, es lo más sutil que he escrito hasta ahora, y provocará un horror aún más tremendo que el habitual. Uno cumple con su deber, sin embargo, y lo que escribe no es para el presente fugaz. El trabajo ha sido aceptado ya por Ziehen». Este último dirigía, junto con Wernicke, la publicación Monatsschrift für Psychiatrie und Neurologie, donde apareció finalmente el historial. Pocos días más tarde, el 30 de enero (Carta 141), Freud continúa diciendo: «Espero que «Sueños e histeria» no te decepcione. Lo fundamental en ese trabajo sigue siendo lo psicológico: la apreciación de la importancia de los sueños y la descripción de algunas peculiaridades de las representaciones inconcientes. Sólo contiene atisbos de lo orgánico -las zonas erógenas y la bi-sexualidad-, aunque se lo menciona y reconoce claramente, allanando el camino para efectuar un examen exhaustivo en otro momento. Se trata de una histeria con tussis nervosa y afonía, que pueden reconducirse a las características propias de una «chupadora»; en los procesos psíquicos conflictivos, el papel principal lo desempeña la oposición ante una inclinación hacia el hombre y otra hacia la mujer».
Estos pasajes muestran que el presente trabajo constituye un eslabón intermedio entre La interpretación de los sueños y los Tres ensayos de teoría sexual; aquel es su antecedente y este su consecuente,
El 15 de febrero (Carta 142), le anuncia a Fliess que la Psicopatología de la vida cotidiana estará concluida en pocos días más, y que entonces ya podrá corregir ambas obras y enviarlas a los editores. Pero de hecho la historia de una y otra fue muy distinta. El 8 de mayo (Carta 143), Freud ya estaba corrigiendo las primeras pruebas de la Psicopatología (que fue publicada en el momento fijado, en los números de julio y agosto de la Monatsschrift), y sostiene, en cambio, que aún no se ha resuelto a publicar el historial clínico. No obstante, el 9 de junio (en otra carta inédita) informa que «»Sueños e histeria» ya ha sido enviada, y enfrentará la mirada atónita del público en otoño». Nada conocemos sobre los motivos por los cuales Freud cambió una vez más de parecer y postergó su publicación durante otros cuatro años. Ernest Jones (1955, pág. 286) afirma que la primera revista a la que se envió el historial fue la Journal für Psychologie und Neurologie, cuyo director, Brodmann, desistió de publicarlo aparentemente por considerarlo una falta a la reserva profesional.
No hay manera de saber hasta qué punto Freud corrigió el ensayo antes de su publicación definitiva en 1905, pero toda la evidencia interna sugiere que lo modificó muy poco. Cierto es que añadió los últimos párrafos del «Epílogo», así como también algunos pasajes de las «Palabras preliminares» y varias notas al pie; no obstante, dejando de lado estos pequeños agregados, cabe considerar que el trabajo representa las técnicas y concepciones teóricas de Freud en el período inmediatamente posterior a la publicación de La interpretación de los sueños. Sorprenderá tal vez que su teoría de la sexualidad hubiese alcanzado un grado tal de desarrollo tantos años antes de la aparición de los Tres ensayos (1905d), que se publicaron casi al mismo tiempo que el presente historial, pero la nota de pág. 46 da fe de ello de manera explícita. Por lo demás, quienes hayan leído la correspondencia con Fliess sabrán que gran parte de esta teoría existía ya en una fecha todavía más temprana. Para dar un solo ejemplo, la afirmación de Freud en el sentido de que las psiconeurosis son el «negativo» de las perversiones figura casi con idénticas palabras en una carta a Ress del 24 de enero de 1897 (Carta 57), y ya había aludido a esa idea en la carta del 12 de diciembre de 1896 (Carta 52), donde introducía también la noción de «zonas erógenas» y esbozaba la teoría de las «pulsiones parciales».
Es curioso que, en sus escritos posteriores, Freud equivocara en cuatro oportunidades el año del tratamiento de «Dora» (1899 en lugar de 1900). Lo hace dos veces en «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico» ( 1914d), AE, 14, págs. 10 y 21, y otras dos en la nota al pie que agregó al historial en 1923. Sin ningún lugar a dudas, la fecha correcta es el otoño de 1900, pues, aparte de los datos externos ya mencionados, esa fecha queda rotundamente establecida por el «1902» que el propio Freud estampa al final del trabajo.
El siguiente resumen cronológico, basado en los datos que figuran en el historial, puede facilitar al lector el desarrollo del relato:
James Strachey.
– Epílogo